Capitulo 14

5.3K 320 5
                                    

Kiara.

Ya han pasado dos semanas desde que ocurrió todo lo de la cocina, y yo aún no puedo evitar sonrojarme, solo de pensar como me tocaba y como me besaba me sube un calor y unas mariposas por todo mi cuerpo.

- Kiara, la mesa tres – La voz de Gabriel me saco de mis pensamientos, él era el jefe de personal. Gabriel era un hombre ya entrado en los cincuenta y tantos, su pelo prácticamente era blanco al igual que el de su mujer Luisa, no los conocía mucho, pero me estaban tratando con demasiado cariño, más del que estoy acostumbrado a recibir.

- Hola buenas tardes ¿Qué les puedo servir? – Pregunte sin mirar quien había en la mesa mientras buscaba mi libreta.

- ¡Vaya por dios! – esa voz aguda y repelente la conocía a la perfección aunque solo la hubiera escuchado dos veces o tres – no quiero a chusma atendiéndome

- Va a ser tu día de mala suerte entonces, porque te has sentado en mi sección – dije mirando alrededor – y por lo que veo no hay más mesas libres en otras secciones.

- Eso quiere decir que nadie quiere que tú los atiendas, Dominic por dios di algo – dijo con su voz aguda haciendo un puchero, mis ojos se dirigieron a él después de estar dos semanas sin verle, su pelo estaba más corto desde la última vez y una barba incipiente estaba asomando por su barbilla y lo hacía jodidamente sexy.

- ¿Leslie que más da? Haz el maldito pedido y la perderás de vista pronto – una pequeña punzada de dolor se sintió en mi pecho y estomago después de sus palabras

- Está bien – dijo enfadada cruzándose de brazos debajo de sus pechos haciéndolos aun más grandes – yo tomare un batido de chocolate con nata y confetis de colores – lo apunte todo en la agenda.

- ¿Y tu Dominic... - no pude acabar la palabra porque otra vez la maldita voz de pito volvió a interrumpirme

- ¿Desde cuándo una camarerucha pierde el respeto a un cliente – sonríe maliciosa – recuerda tu clase social cariño – soltó una carcajada – tú nos estas sirviendo, a lo mejor si lo haces bien te podemos contratar de chacha para que cuides a nuestros hijos y limpies nuestra casa. – las lagrimas picaban en mis ojos, y puedo asegurar que estaban rojos tan rojos como lo estaría mi cara de la vergüenza.

- Basta ya Leslie – dijo Dominic dando un puñetazo en la mesa y levantándose – esto no ha sido buena idea, coge tus malditas cosas y vámonos.- pasaron a mi lado Dominic no me miro ni si quiera obtuve de él una mirada de disculpa estaba claro que aquí había otro inconveniente el seguro que estaba avergonzado de que yo tuviera que trabajar para obtener las cosas mientras a él se lo daban todo hecho, entre miradas de pena, otras de dudas por saber que acababa de pasar la voz de Gabriel me saco de mis pensamientos.

- Kiara – llamo firme, y esto no era buena señal.

- Hola... - dije pasando a la trastienda.

- ¿Qué es eso que acaba de pasar ahí fuera? – dijo enfadado

- Yo... es que veras ems... él es ¿Mi compañero de casa?... y bueno esa es su 'novia' – o por lo menos a la que se ha tirado más de una vez – y bueno digamos que no la caigo muy bien... - dije mirando al suelo

- Kiara, en este establecimiento no quiero numeritos como ese, por simples celos, o tonterías, esto es algo serio, no me puedo arriesgar a perder a mis clientes por escenas como estas.

- Eso...significa que... ¿me estas despidiendo? – dije en un susurro

- Si Kiara, lo siento mucho pero esto no lo puedo dejar pasar.

- Está bien – dije en un sollozo esperando que no se hubiera notado mucho – recogeré mis cosas ahora mismo.

- Pásate mañana a firmar los papeles y a por tu dinero correspondiente de las dos semanas de trabajo. – simplemente asentí no podía mirarle a la cara porque las lagrimas ya habían comenzado a salir de mis ojos, la puerta se cerro y yo comencé a quitarme mi mandil, compre unas cacerolas y una nueva amasadora con el dinero que gane de las propinas los primeros días, pero hoy no podía llevármelo andando.

- Gabriel – lo llame en un susurro pero él lo oyó

- ¿Qué pasa? – dijo todavía enfadado.

- ¿Te importaría si mañana termino de llevarme las cosas?... es que no tengo coche

- Claro Kiara, no hay problema – dijo pareciendo amable

- Lo siento... por todo el numerito – le di una sonrisa triste y Salí al aparcamiento.

El día estaba bastante gris, pero no parecía como si fuese a llover, la primavera ya se estaba acercando, los días eran un poco más largos, pero yo siempre me sentía mal, vacía porque pensándolo a veces en la otra vida tuve que ser una verdadera cabrona para que todo me salga tan mal.

Cuando menos me di cuenta estaba en la puerta de casa, bueno de la casa de Dominic, había un coche aparcado en la entrada aparte del de él, y rezaba todo lo que me sabia para que no fuera Leslie la que estuviera dentro.

- ¡Kiara! – la voz de Hanna me recibió de un grito – Dios cuanto tiempo

- Hanna, si.... – sonreí – pero déjame respirar aunque sea solo un poco.

- Oh si claro – me abrazo un poco menos fuerte y yo solté una carcajada.

- Pero si tenemos aquí a la pequeña ocupa – dijo Liam con una sonrisa

- Hola a ti también desaparecido – le sonreí y me recibió en un abrazo

- En realidad he estado muy encontrado – dijo separándose y mirando pícaramente a Hanna que se sonrojaba.

- Por favor parar de hacer eso delante de la gente – la voz de Dominic solo me hizo tensarme.

- Que tu estés con una perra insensible no quiere decir que esto sea asqueroso – dijo Liam mientras besaba a Hanna

- Si claro – añadió sin más Dominic - ¿Para que habéis aparecido vosotros dos ahora? – dijo cortante

- Bueno veréis – dijeron mirándose y con una sonrisa – Los padres de Hanna tienen una casa muy cerca de la playa privada y esta semana está completamente libre, así que si vosotros queréis podéis venir también – me quede pensando en si sería buena idea ir y despejarme – eso sí queda totalmente prohibida la entrada a perras insensibles como Leslie, dios tiene que ser muy buena en la cama si no, amigo – dijo mirando a Dominic – no sé como lo aguantas – y se me escapo una carcajada y todos se me quedaron mirando Liam y Hanna con una sonrisa pero Dominic un poco más serio.

- Por mi está bien – dijo Dominic – pero ¿tú no tienes que trabajar? – pregunto confundido

- Hace – miro mi reloj – media hora que me han despedido – le mire fijamente – justo el tiempo que hace que dejasteis la cafetería, tú y Leslie – le dije cortante – así que si creo que yo también voy – dije mirando a Hanna y Liam antes de meterme en la habitación de debajo de las escaleras.

Nadie dijo que fuera fácil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora