Capitulo 29.

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Nuestros ojos se encontraron y había un brillo y una intensidad que jamás le había visto, sentí algo nuevo, algo dentro de mi cambio por completo, me quería le empecé a besar rápido, luego lento, nos devorábamos el uno al otro y cuando me di cuenta estábamos en la cama a horcajadas sobre él, y como no con su sonrisa arrogante;

- ¿a que estas esperando? – le pregunte frustrada

- No pienso hacer nada

- O vamos tienes que estar de broma, prácticamente estoy haciéndotelo ya Dominic

- Eso no es suficiente – solto una sonrisa ronca

- Está bien... llevamos una semana sin hacer nada, sin tocarnos, no estoy de broma Dominic quiero que me toques tan jodidamente mal que soy capaz de cualquier cosa yo sola pero nunca siento lo mismo, te quiero a ti, y te quiero a ti dentro de mí. – y como si esas palabras hubieran sido parte de un conjuro Dominic estaba encima de mi devorándome y quitándome la ropa.

Después de haber estado toda la tarde entre las sabanas, la voz de unas de las sirvientas nos comunico que dentro de media hora estraria la cena servida y que vendrían algunos invitados y desde ese momento el humor de Dominic volvió a cambiar.

- ¿Qué pasa? – le regunte mientras le abrazaba por la espalda.

- No me fio de la visita de mi madre – dijo mientras cogía mis manos y me llevaba al frente de él.

- ¿tan mala es? – le sonrei y el sonrió de vuelta.

- No te puedes hacer una idea, aun que ella diga que ha cambiado, la sigo viendo como siempre.

- Bueno eso lo podrás comprobar ahora – le bese y salimos hacia el salón.

Sin estar ni siquiera cerca del salón había una especie de risa chirriante y aterradora llegando hasta nosotros.

- Bien, mierda – Dominic se tensó a mi lado

- ¿Qué pasa? – le mire asustada

- Nada... - me dio una sonrisa forzada y siguió para adelante

Nada más llegar a la puerta todas las miradas estaban en nosotros, la madre de Dominic estaba sentada en un sillón blanco que hacia juego con su muy elegante vestido, a su lado había una mujer bastante joven, diría que de la edad de Dominic con un cuerpo de escándalo que con el vestido negro corto que llevaba dejaba poco a la imaginación, no pude mirar a nadie más a mi alrededor porque de repente la rubia se levanto del sillón corriendo hasta donde estábamos nosotros envolviendo a un muy innecesario e inapropiado abrazo a Dominic.

- Dios estás más guapo que la última vez que te vi – le sonrió, y algo dentro de mí se puso en alerta.

- Tú tampoco estas nada mal – dijo Dominic serio, y mi piel se erizo

- Creía que ya no te iba a volver a ver por esta casa, pero en cuanto Mónica me mando un mensaje de que vendrías a cenar no me lo quise perder por ninguna cosa – sonrió

- Claro – dio otra sonrisa forzada.

- Kiara – la voz de Mónica nos saco de la burbuja de estos dos.

- ¿Sí?

- Ella es Handy – sonrió – la antigua novia de Dominic – bravo, perfecto, simplemente perfecto. Sabía perfectamente que estaba haciendo, estaba claro que yo no podía competir con su belleza, y mucho menos con su fortuna, estaba claro que yo no era lo que quería para su hijo y aquí lo estaba demostrando.

Nadie dijo que fuera fácil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora