|Los factores de la responsabilidad|

50 8 53
                                    

Barbastro, España, 1917.

Entre algunas lecturas del periódico, Olivia descubrió su nueva vocación. El nombre de esa mujer retumbo dentro suyo. Y a lo que esta se dedicaba fue la clara señal para cambiar lo que se esperaba de ella. Por un lado, les había planteado a sus padres que tras casarse con alguien que la amara lo suficiente para permitirle estudiar, ella estudiaría medicina.

Sin embargo, el nombre de una docente y artista, Olga Cossettini de Argentina, hizo que descartara de inmediato esa idea. Ya no deseaban casarse con alguien que la amara lo suficiente para que le dejara estudiar. No, ahora quería estudiar por su cuenta, aunque el único permiso que necesitara fuera el de Circe e Hisirdoux.

Aunque había demostrado ser una joven responsable, no dejaba de meterse en problemas. Quizás era la mejor leyendo en su clase, pero ser distraída era su maldición. Estaba segura de salir con algo en la mano, para luego volver a su casa sin eso. Y era así como podía perder cientos de objetos, desde lapiceras en la escuela, hasta sus muñecas en el parque.

Con eso como algo que le jugaba en contra debía hallar la manera de terminar de ganarse la confianza de sus padres.

Durante el desayuno, Olivia escuchaba como sus padres se organizaban para volver por un día a la ciudad de New York. Les había quedado pendiente un tramite, y después de eso iban a poder disfrutar con calma las vacaciones.

-Yo me quedo.- dijo.

Circe la vio, y luego a su hermano, para volver la vista a ella.

-No, tu vendrás, y punto.- sentencio.-¿Para que te quieres quedar? Te aburres sola, y seguro nos quedamos a pasear por la ciudad.

Olivia tomo aire, y se puso de pie. No intimidaba a nadie. Pese a ser la mas alta de su clase, en su casa se quedaba atrás. Y aun le faltaba esa corporalidad para hacerse ver. Ante los ojos de su familia, seguía siendo una niña, próxima a ser una niña berrinchuda de diecisiete años.

-Mamá, te debo demostrar que me puedo cuidar sola.- exclamo.-Cambie los planes de mí vida, y necesito de tu confianza para llevarlos a cabo.

-¿De tu padre no?- Circe se cruzo de brazos.-¿Cuáles planes ahora?

-Quiero ser docente.- dijo con orgullo.-Estudiar en la ciudad, y dar clases allí.

-Hija ...

-Mamá, déjame demostrar que me se cuidar sola, y que la casa estará intacta cuando vuelvan.- dijo a modo de suplica.

Le entrego a su madre una mirada de aquella que usaba cuando pedía algo en el mercado. Sus grandes ojos grises brillaban con encanto y esperanza. Y solo la veía a ella, pues sabia que a su papá ya lo tenia comprado desde su nacimiento. Con Hisirdoux no debía decir mucho que él le daba todo lo que quería.

-Ah, esta bien jovencita.- dijo desarticulando su postura.- Pero si llega a haber el mas mínimo desorden te mando a un reformatorio.

Olivia festejo, y luego se quedo quieta, al sentir como su cuerpo comenzaba a cosquillear sin que ella lo buscara.

-Gracias madre.- sonrió e hizo una reverencia.-No te vas a arrepentir. Es mas te sentirás orgullosa de mí.

-Olivia Julia, mejor guarda silencio.- dijo Circe tratando de contener la risa.-Nos vamos hoy, y volvemos en la mañana, tienes todo ese tiempo para demostrar que ya eres una jovencita responsable.

Se acerco a ella, y la tomo de los hombros para verla a los ojos.

-Se que lo eres, y esta es una oportunidad para crecer.

Glitter & Gold.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora