|I put a spell on you|

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Golpeó con fuerza la mesa donde llevaba horas practicando un hechizo, y tras un fuerte grito, lanzó todo lo que había sobre esta. Había pasado su brazo tatuado, por todo el largo, provocando un ruido infernal.

Tomo un pocillo de cristal donde, aparte, hacía una pócima que acompañaba al mismo hechizo, y lo lanzo con fuerza contra la puerta de madera gruesa y antigua. Lo que provoco que hiciera aun mas ruido, y todo su contenido salpicadera. 

—Maldición —exclamo. 

 Y por la puerta paso otra muchacha. Esta vio a su alrededor, desde el desastre que se abría paso por el suelo, hasta el liquido viscoso color violeta que escurría por la puerta. 

—¿Qué quieres? —le pregunto al verla—.No ves que no estoy de humor. 

—Si lo he notado. Hace un par de día a decir verdad. 

—¿Qué diablos quieres? —insistió.

—¿Qué haces? A demás de gritar —pregunto—.Vas a levantar sospechas. 

—Hace años que vivo acá, todo los días sospechan de mí —dijo, sonando irritada por la observación—.Sin embargo, cada dos por tres vienen a verme por una pócima o lo que sea para lo que sea. Así que realmente no me importa levantar sospechas con mis gritos.

 La muchacha quedo muda frente a ella, mientras su reprimenda iba en aumento. Sabía que no era la favorita de la hechicera, y también la razón de esto. Pero no podía hacer mas que guardar silencio y aceptarlo, porque necesitaba una casa, y porque no todos los días con Circe era así. 

 Era una vez cada tanto meses que la mayor, solo por apariencia, bramaba mas de la cuenta. Y eso ocurría justo porque aquel hechizo cada vez le costaba mas hacerlo, y cada que lo lograba era menos efectivo. 

—No hay forma —dijo al fin—.Los ingredientes no funciona, o él me tiene bloqueada de alguna forma. 

—¿Cómo? —pregunto, y vio con nervios al frente. 

—Tu sabes algo ¿Cierto?

 Ella negó, pero de inmediato corrió la vista. 

—Si sabes, y eres tan —hizo silencio para evitar decir algo desagradable—.¿Por qué lo proteges?

—No lo protejo —dijo y noto su error—.Lo siento, es que yo, creo que ...

 Circe la vio muy fijo, tanto que pudo notar el leve temblor en su mirada celeste. Y se vio reflejada en ella. La estaba asustando, o ¿Era ella quien estaba aterrada? Se hizo a un lado, y noto la oscuridad en su cuarto. Chasqueo los dedos y se volvió a iluminar. La oscuridad se oculto a sus espalda y dio un suspiro de cansancio.  

 Le dio la espalda, y fue por su abrigo. Cuando estuvo a punto de salir su inquilina dijo algo que le heló el corazón. 

—Te protejo a ti —dijo—.Él simplemente esta oculto y creo que es mejor así, debes sanar tu corazón. 

 Circe la vio por encima del hombro y le dio una sonrisa cargada de pena. 

—Cuando tengas una hija con el hombre de tu vida, y los pierdas a ambos, sabrás porque lo busco con locura. 

En el mercado, obtuvo todos los ingrediente para repetir la pócima, y para hacer la cena. Compro para la inquilina también, pese a que no tenia mucha esperanza a estuviera cuando volviera. Y no la culpaba, ella tampoco seguiría allí si una hechicera cascarrabias la tratara de la forma en que lo hizo. 

 Quizás algo de razón tenia, y debía dejarlo ir para evitar seguir cayendo en la locura de saber que cada día estaba mas lejos de tenerlo a su lado.

Glitter & Gold.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora