✨ Primaveral, II✨

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Dormía bajo una extraña calma pese a que faltaba un par de días para la boda. Le adjudicaba está paz a Marius. Según Olivia él le había pegado la tranquilidad. Mientras que el muchacho decía que aún no había chocado contra la realidad del momento, y que no debía confiar tanto en esa calma.

Pero ahora los dos no pensaban en eso. Desde la última crisis de la joven bruja es que habían decidido ir a dormir temprano para comenzar temprano con sus tareas. Recién era más de media noche y en el cuarto reinaba el silencio, interrumpido con uno que otro ronquido.

No había nada que perturbara la paz. O al menos eso era lo que Olivia creía. Aunque no ocurría hacia muchos años, que pudiera pasar cerca de la fecha más importante le preocupaba.

Cuando no soñaba con algo, era la tranquilizadora oscuridad lo que invadía su campo onírico. Pero los pensamientos intrusivos de los últimos días comenzaron a tener efectos en el momento menos esperado.

Aún sin ver nada, pudo sentir una vacía mirada azul sobre ella, o como un par de manos heladas la acorralaban contra un muro. Era todo oscuro, pero la sensación de que le faltaba el aire, y la presión que le impedía respirar la abordo.

Hasta que escuchó su voz, gruñendo ante su decisión. Fue lo que necesitó para despertar.

-No podrás.- dijo y se replicó como un eco.

Solo abrió los ojos. Noto que se aferraba a las sábanas, y que su pecho se agitaba nervioso. También noto que Marius aún la abrazaba, aunque era con un solo brazo que cruzaba sobre su estómago.

Pese a los años durmiendo juntos, se preguntaba cómo es que podía seguir durmiendo así, tan torcido. Sonrió, tomo el brazo que los unía, y salio con cuido de bajo de este. Le dio un beso en la frente, y Marius se acomodo hacía el otro lado sin despertar.

Olivia, agobiada por su sueño, fue al baño. Iba tanteando la pared, pues sentía que la noche se había hecho más oscura.

Al verse en el espejo noto el gran cansancio bajo sus ojos, pese a que era la primer noche en que no dormía de corrido. Lavo un par de veces su rostro, hasta que en un momento dejo las manos en este. Tomo aire y lo exhaló con gran fuerza.

-Todo estará bien.- se dijo a si misma.

Cuando sacó las manos de su vista, algo vio en el reflejo, que hizo dar un brinco del susto. Volteó para cerciorarse que no hubiera nada, y así era. Su corazón latía acelerado, y no recuperaba el color en la piel.

Cientos de veces se vio envuelta en una situación así. Pero solo una vez la vivió del mismo modo que su presente. Luego de la primera vez, asumió que no se iba a volver a casar o nada por el estilo. Con Zoe nunca se habló de eso, y Olivier fingió su muerte antes de tocar el tema de manera más madura.

El estrés con su magia era la peor combinación. Podía llegar a notar lo que sea y no saber qué es. Y casi siempre terminaban siendo pequeños fragmentos de visiones futuras.

Un ladrido otra vez la hizo saltar, y fue abrir la puerta con rapidez. Cristopher la esperaba sentado del otro lado, moviendo la cola de un lado a otro.

-Hola amiguito.- saludo.-Guarda silencio, no ...

-Hola.-

Olivia pegó un grito, haciendo que Marius gritara, y el perro ladrara.

-Cielos ¿Desde cuándo eres tan silencio?- pregunto alterada Olivia.

-¿Y tú desde cuándo hace tanto ruido? ¿Estas bien?
- pregunto preocupado.-Te escuché gritar hace unos minutos.

Ella asintió, y dio una leve sonrisa. Le mentía, y no sabía por cuánto tiempo iba a sostener aquello.

-Me golpee el pie de camino al baño.- explicó.-¿Tú estás bien? ¿A dónde ibas?

Glitter & Gold.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora