🌠Dangerous night🌠

69 8 64
                                    

Olivia salía de la biblioteca, cuando se cruzó a Rocío. La mejor amiga, o hermana adoptiva cómo se hacía llamar, de su compañero de piso.

—Hola —saludo Rocío, agitando una mano en el aire.

Si los pasillos de la universidad eran de por sí ruidosos, el saludo de ella, hacía que lo fuera aún más.

—Hola —dijo Olivia.

Su tono de voz era mucho más bajo que el de Rocío, y tuvo que volver a repetirlo porque se perdió entre tanta gente que pasaba entre ellas.

—Olivia, Dios, recuerda alzar la voz —reclamo estando frente a ella.

—No, gracias, prefiero dejar mí voz donde esta —dijo y dio una sonrisa.

Y aún siendo las personas más diferentes que puedan existir en ese edificio, completaron su saludo con un calido abrazo.

—Hoy es viernes —canturreo Rocío al separarse—. ¿Qué haremos? Se de ...

—Yo nada —le interrumpió—. El lunes tengo un examen, y el martes una entrevista con el el profesor de literatura francesa. Y para ambos debo estudiar.

—Uhg, ¿Puedes ser un poco menos nerd? Eres capaz de aprobar hasta con los ojos cerrados —dijo Rocío con claro disgusto—. ¿Qué pasó con la Olivia que conocí en esa fiesta?

Olivia se detuvo, y con ella Rocío.

—Ella murió, a quien conociste, era la chica de una sola noche.

—¿Ese es el discurso que le dices a quienes te buscan para una segunda noche? —pregunto.

Por completo desprevenida, cayó en una trampa que ella misma se puso. Su cara se fue tiñendo de rojo, y las palabras parecían no querer salir ordenadas de su boca.

—Yo, yo no —tartamudeo—. No es así, porque no ocurre. Nadie me busca, ni una, y menos dos noches.

—Ay ay ay, amiga que dramática eres —exclamo Rocío, y pellizco la mejilla de Olivia—. Si sigues hablando así, voy a estrellar tu rostro contra un espejo.

Antes de poder defender de la amenaza, entre ellas se hizo presente Marius. Este parecía provocar sonrisas en ambas, más aún en su compañera de departamento.

—Buenos días a las mujeres más hermosas de la universidad —saludo—. Mejor dicho, me corrijo, del mundo entero

—Uh, ya vienes a pedir algo, te conozco como nadie más —dijo Rocío.

—Si, es cierto ¿Qué quiere?

Marius abrió la boca ofendido, y se tomó el pecho, agregándole aún más dramatismo a su acto.

—¿Qué les hace pensar que soy capaz de tal barbaridad? —pregunto.

Olivia se cruzó de brazos, y alzó una ceja. Postura que fue copiada por Rocio, y ambas le deban esa mirada con la que demostraban que ya no le creían.

—Bien, me olvidé el almuerzo —bufo.

Las vio a ambas, y estaba claro que le iba a ser difícil llegar a un acuerdo, aún así no quería darse por vencidos tan rápido. Las conocía bien, y con eso a su favor, sabía que una era más ruda que la otra.

  Con cierta seguridad, se acercó a Olivia, y noto un leve brillo en su mirada. Brillo que no se cansaría nunca de ver.

—Se fuerte —susurro Rocío.

Y Olivia la vio con preocupación.

—Livs —llamo Marius, y paso un brazo por sus hombros—. No dejarías que muera de hambre ¿O si? Vamos, soy tu compañero de piso.

Glitter & Gold.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora