❛ El príncipe Kim Hongjoong se encuentra próximo a su coronación por lo que debe demostrar sus habilidades como líder del sur, mientras que Park Seonghwa debe cumplir con una misión real para poder conseguir la corona del norte. Seonghwa es enviado...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hongjoong miró el reloj en su muñeca, volviendo a ver el cielo nocturno mientras esperaba a Seonghwa. Habían regresado al cuartel hace unas horas y en ese momento ya era de madrugada. Hongjoong estaba cansado, pero las ganas de ver al pelinegro eran más grandes.
Seonghwa caminó por el nocturno bosque, teniendo la conversación de la tarde en su pensamiento. Quería convencerse de que era lo correcto y cualquier cosa que su lobo decía para contradecirlo le enojaba, por eso había estado ignorando a su parte animal todo el día.
Hongjoong ladeó la cabeza al escuchar el crujir de las ramas, sonriendo automáticamente cuando sus ojos chocan con los de Seonghwa. Alrededor de ambos las luciérnagas aparecieron, creando un ambiente encantador.
— llego un poco tarde. — Seonghwa se disculpó, terminando de acortar la distancia para acercarse al cuerpo de Hongjoong.
— no importa, esperaría durante días si fuera necesario. — Hongjoong dijo y para Seonghwa fue confuso como el príncipe parecía no tener ningún problema con la idea de gustar de él, cosa que Seonghwa no podía corresponder por el debate interno que constantemente tenía, como si olvidara que en dos ocasiones había tenido momentos íntimos con el príncipe, y que había pensado en él de formas que no podía admitir en voz alta, pues eso representaba su cabeza colgando de una soga.
Seonghwa tomó la barbilla del príncipe para alzarle el rostro, inclinándose a darle un beso en los labios, para desaparecer sus ruidosos pensamientos. Mientras ambas bocas estaban en contacto, Seonghwa esperaba sentir la emoción de su lobo en algún lado, pero eso nunca pasó, le había dejado solo en aquella situación. Se separó despacio, sujetando los mofletes del príncipe con ambas manos, solo observando los orbes chocolate iluminarse por los destellos verdes de los insectos voladores. Debía admitir que se sentía un poco extraño haciendo todo eso por cuenta propia, podía ver a la perfección las facciones de Hongjoong sin que su lobo interrumpiera, y hasta cierto punto, podía entender la fascinación de su lado animal con el príncipe. Hongjoong era bellísimo. — usted es tan precioso. — susurró despacio, como si temiera decir sus pensamientos en voz alta. Sobó el pómulo de Hongjoong con el pulgar sin dejar de verlo. Lo decía de verdad, estaba suficiente lúcido como para darse cuenta.
— ¿qué dice? — Hongjoong rio, cubriéndose la boca mientras sus ojos se achicaban más de lo normal. Para Seonghwa fue la sonrisa más linda que alguna vez había visto.
— lo siento, creo que estoy siendo muy empalagoso.
— no me molesta. — Hongjoong respondió sin borrar la sonrisa de sus labios. Rodeó el cuello de Seonghwa con ambos brazos, atrayéndolo para besarlo despacio, solo dejando que ambos belfos se acariciaran. — sé que esto puede ser pasajero, pero ha sido lo mejor que he tenido en mi vida, siento tan lindo al tenerlo así de cerca. — el de cabello azul susurró sobre los labios de Seonghwa, empujándolo suavemente contra el musgo, solo para acomodarse encima del cuerpo un poco más grande. Dejó ambas manos a los costados de la cabeza del pelinegro, observando su rostro con una sonrisa. — ¿es normal?
