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Seonghwa había intentado dormir, pero la fiebre no abandonaba su cuerpo, al contrario, había aumentado, provocando que comenzara a tener pesadillas, las cuales le causaban un deterioro físico inexplicable

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Seonghwa había intentado dormir, pero la fiebre no abandonaba su cuerpo, al contrario, había aumentado, provocando que comenzara a tener pesadillas, las cuales le causaban un deterioro físico inexplicable. Soltó un leve gruñido por la sensación de muchas púas metiéndose en su cabeza y lo único que pudo hacer fue; sostenerse con fuerza y recargar la frente en el terroso suelo a la espera de que lo frío pudiera ayudar. No entendía que pasaba, su cuerpo estaba reaccionando de forma extraña, su lobo actuaba inquieto y bramaba de dolor.

Soltó un quejido cuando un nuevo dolor se hizo presente en la zona de la ingle, causando que apretara con fuerza la tierra entre los dedos, llegando a rozar las puntas de los pies contra el suelo. Al parecer se trataba del celo, y al estar mal herido y sufriendo por dentro, resultaba más agotador y doloroso.

— por favor. — susurró, acostándose de espaldas sobre el suelo, buscando tener refugio de alguna manera.

La fiebre le causaba escalofríos fuertes y hacía que su ropa desaliñada se bañara entre sudor y sangre, tornando la situación peor. Su lobo reclamaba, exigía y pedía a Hongjoong, desgarraba su interior pidiendo las caricias del alfa, pero eso no podía ser.

Intentó conciliar el sueño lo mejor que pudo, pero eso no sería fácil, pues algo interrumpía sus sueños una y otra vez, como un bucle que le atacaba cada que cerraba los párpados. No dejaba de recrear un escenario horroroso que solo le hacía sentir peor.

Seonghwa estaba en el bosque, rodeado de un montón de soldados, cabalgando hacia un lugar que desconocía por completo. En un momento dado, bajó del precioso caballo, caminó hacia un pequeño lago, se inclinó para beber y cuando pudo ver su reflejo: sus ojos se encontraban en una tonalidad amarilla y una corona de color blanco decorada por piedras de jade, estaba posada de forma majestuosa sobre su cabellera.

— estamos cerca de entrar a Mabeob, su alteza.

Dijo uno de los soldados, lo que hizo que Seonghwa ladeara la cabeza hacia el hombre, terminando por asentir, pasando a levantarse del suelo y consecutivamente volviendo a montarse en el caballo, arreándolo con fuerza.

Seonghwa era consciente de que eso era un sueño, pero no entendía porque todo se desarrollaba en primera persona, como si de alguna manera, se tratara de una realidad alterna en la que ahora vivía, hasta podía sentir el viento golpear su rostro, el sonido del galopeo y los gritos de guerra que los soldados lanzaban.

Una vez más, sus manos estaban bañadas de sangre.

Seonghwa se puso de pie después de derribar a un hombre de capucha roja, miraba a su alrededor y no había nada más que no se tratara de sangre volando por todos lados, manchando las hojas verdes y los troncos de los árboles de ese inmenso bosque, nuevamente, su respiración se tornaba errática y cuando intentaba ver el rostro del sujeto, el sueño se reiniciaba.

Seonghwa gritó cuando nuevamente se repitió lo mismo, perdiendo los estribos hasta terminar arrodillándose en el suelo, frente al hombre que había derribado. Sus orbes recorrieron las manos ensangrentadas del hombre que intentaba detener el sangrado, en uno de sus dedos tenía un anillo de jade. Anillo que conocía a la perfección de tantas veces que lo había visto y tocado.

FIREWORKS || SEONGJOONG/HONGHWADonde viven las historias. Descúbrelo ahora