❛ El príncipe Kim Hongjoong se encuentra próximo a su coronación por lo que debe demostrar sus habilidades como líder del sur, mientras que Park Seonghwa debe cumplir con una misión real para poder conseguir la corona del norte. Seonghwa es enviado...
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Hongjoong abandonó los labios de Seonghwa despacio, pues el aire les hacía falta después de tan apasionado beso. El príncipe del sur le brindó una sonrisa al pelinegro, quien correspondió con un gesto similar.
Seonghwa acarició la nuca de Hongjoong con las yemas de los dedos, sintiéndose anonadado por su intenso aroma a alfa y por sus preciosos ojos chocolate. — debemos regresar a la caravana. — Seonghwa dijo con un tono de voz dulce, acariciando los pómulos del príncipe como si fuera a tallar sus rasgos en una escultura.
Hongjoong se separó unos centímetros del cuerpo del pelinegro, humedeciéndose los labios mientras se colocaba la capa de un azul oscuro nuevamente. — al menos tuve un beso suyo antes de entrar a esa odisea, sé que cuando nos instalemos en Heugcheol me será casi imposible verlo. — Hongjoong hizo un puchero inconscientemente, causando una nueva sonrisa en los labios de Seonghwa.
— haré lo que esté a mi alcance para verlo todo el tiempo que sea posible. —Seonghwa caminó sonriente hacia el caballo, el cual estaba atado junto a sirio sobre un tronco.
Ambos se habían desviado del camino por gusto de Hongjoong. Habían partido de más allá de Junggan antes del amanecer, pues no querían que los posibles espías les siguieran hacia el este. Les esperaban largas horas hasta llegar a Heugcheol y después de allí, estarían pisando las verdaderas tierras del este, donde sabían que el príncipe les estaría esperando si lograban sobrevivir a los posibles ataques que tuvieran para ellos.
Tres días habían pasado desde el ataque en más allá de Junggan. Hongjoong le había pedido algo a Félix para que su celo se calmara, pues no podía desaparecer de forma tan abrupta siendo que los soldados estaban arriesgando sus vidas para proteger el reino. Después de que se encontró más lúcido y de la ayuda del teniente Seo, mandó a los heridos hacia el sur junto a Félix y Mingi, solicitando más soldados y comida para que no fueran presa fácil para el enemigo, es por lo que solo un pequeño grupo se dirigía hacia allá, debido a lo arriesgado que era mover un grupo de ejército tan grande como el que estaba preparado.
La dinámica entre Seonghwa y Hongjoong se resumía a encuentros casuales donde compartían momentos bastante íntimos, pues ambos estaban conscientes de lo momentáneo que podía ser el estar juntos, pero hasta el momento, ambos estaban conformes con lo que obtenían del otro.
Hongjoong arreó a sirio para poder incorporarse en la caravana, logrando alcanzarlos unos cuantos kilómetros después.
Yunho giró la cabeza cuando escucha un fuerte galopeo, sabiendo de inmediato que se trataba del príncipe Kim pues reconocía los cascos de sirio a donde quiera que fuera. Sospechaba de las razones del porque Hongjoong y Seonghwa se habían desaparecido, pero la verdad es que no estaba en posición de decir algo al respecto.
— ¿todo despejado? — Hongjoong preguntó, ganándose un asentimiento por parte del general.
— por el momento no hemos visto nada extraño. El pelotón que va adelante de nosotros ya hizo su informe y no se han encontrado con nadie lo que resta del camino, si seguimos así, podremos llegar cuanto antes.
