O12

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—¿Cómo que no entendes? ¿Ahora te vas a hacer el pelotudo? — me acerco a él peligrosamente. No saco mi mirada de sus ojos, aunque esté temblando.

—No entiendo de qué me hablas, Vicky — dice con cierto temor y levanta las manos — ¿Por qué no te tranquilizas y me explicas mejor? — quiso apoyar sus manos en mis hombros pero yo me remuevo enseguida. Veo que frunce más el ceño.

—¿Querés que te explique? ¡¿Qué preferis cogerte a Martina porque no cogemos?! ¡¿Qué hablas con tus amigas para decirle la mala persona que soy?! ¡¿Qué estamos por terminar?! ¡¿Qué Kiara es más linda que yo?! ¡Eso pasa! ¡No soy la persona que querés! — exclamo enojada, siento mis mejillas arder. Lo veo que cierra los ojos con frustración.

—Lo que sea que te hayan dicho...

—¿Qué? ¿Vas a negar todo ahora? ¡Yo misma lo escuché de tu boca! ¡Qué la habías pasado bien con Martina cuando estuviste con ella! ¡Ni se te ocurra negarlo! ¡Me das asco, Leandro! — grito enojada, estoy re sacada y mis ojos se humedecen, queriendo salir las lágrimas. Leandro busca mis manos para tomarlas, pero estoy tan alterada que soy capaz de meterle una cachetada.

—No, no fueron así las cosas, yo...

—¡¿Y cómo fue entonces?! ¡¿Cómo mierda fue?! ¡¿Qué lo que le dijiste a Kiara de mí es todo mentira?! — siento la primera lágrima caer por mi mejilla, pero la limpio rápidamente — Yo pensaba que eras diferente a los demás, pero terminaste siendo peor — escupo molesta y siento las lágrimas caer sin pudor — ¡Ahora quiero que te vayas de mi casa y de mi vida! ¡No quiero saber nada de vos ni que me vuelvas a buscar! ¡Porque ni pienso darte otra oportunidad!

Por un momento me olvido que Enzo está ahí mirando como peleamos con Lean, pero no le doy bola, en este momento sinceramente no me importa, estoy bastante enojada con Leandro para preocuparme por eso.

Escucho pasos que suben por las escaleras, luego la puerta se abre dejando ver a Matías.

—Vicky, yo...

—¡Andate! — digo enojada, él nuevamente trata de acercarse a mí, pero antes Matías se acerca y lo toma de los hombros.

—Ya es hora de que te vayas, compa — murmura él. Sin más, Leandro se va enojado, es el colmo esto, la que debería estar enojada soy yo. Él se enoja como si tuviera el derecho después de lo que hizo.

Cuando finalmente se fue, me siento sobre la cama y comienzo a llorar. Los ojos me arden de tanto llorar, pero es imposible no hacerlo. Me siento tan decepcionada, jamás en mi vida se me pasó por la cabeza que Leandro me haría algo así, como me juraba amor eterno como tonta yo le creía. Teníamos una bonita relación, una relación de dos años, y él mismo tiró todo eso a la mierda.

Tapo mi cara con mis manos y siento que Matías se acerca.

—Vicky, sabes que podes contar conmigo para lo que sea, ¿No? — pregunta mientras soba mi espalda con su mano.

Asiento.

—Quiero estar sola, Matias... déjame sola — le digo tratando de no gritar y él entiende porque luego se va.

Por fin puedo llorar en paz







[>>>]







Enzo

Me despierto y me cambio para ir a entrenar. No puedo faltar a los entrenamientos porque necesiro estar bien preparado para el mundial, que si te pones a pensar falta un mes. Todavía no puedo creerlo, encima ser convocado es uno de mis mayores logros hasta ahora, estoy poniendo todo mi empeño para que Scaloni me tenga en cuenta y me ponga de titular en los partidos.

Llego al predio y camino por el largo pasillo, antes dejo mi bolso en el vestuario y luego ahí si me dirijo hacia donde estaban todos. Veo a todos y hago un saludo en general porque me da paja ir saludando uno por uno. Visualizo a Julian y me acerco a él para saludarlo con un choque de manos.

—¿Todo bien? — me pregunta Juli con una sonrisa.

—Si re. Che te tengo un re chisme — le susurro para que los demás nos escuchen.

—Uy a ver contame dale — Julian junta sus manos y los frota para luego escucharme con atención.

—No sabes, Lean...

No puedo seguir hablando porque enseguida el dt nos llama la atencion.

—¡Escuchen todos! Quiero que troten durante 10 minutos así entramos en calor y luego empecemos con las actividades ¡Vamos, apuren! — nos indica Scaloni y todos nos ponemos en fila para empezar a trotar. A diferencia de Juli y yo que nos ponemos uno al lado del otro para chismear.

—Bueno te decía, Leandro tiene una novia. Y adivina qué, la novia es mi vecina — veo que levanta las cejas y me mira mientras trota a mi lado.

—¿La que me decis que se queja del volumen de la música?

Suelto una risa.

—La misma — murmuro y él me mira sorprendido.

—Fua, que chiquito es el mundo.

—Y te digo otra cosa, no sé si ya cortaron — le digo y él levanta las cejas, indicándome que siga hablando — Si, ayer escuché que estaban peleando, ella me dijo que él le metió los cuernos y la re bardea por atrás.

—No me la contes, — comenta sorprendido — nunca me imaginé algo así de Lean.

—Yo tampoco, pero que se yo, son cosas de ellos — me encojo de hombros y giro mi mirada, justo ficho a Lean recién llegando al entrenamiento, tiene una cara de cansado y los ojos rojos — Hablando de roma, el burro se asoma.

Julian entiende mi referencia y se ríe, también mirando al ojiverde que miraba a Scaloni que se acercaba a él. Parece que lo cagaba a pedos por las caras que hacía, pero luego lo mandó a entrenar con nosotros, no saludó a nadie y comenzó a trotar.

Cuando llegó el momento de descansar, todos nos acercamos a las gradas y nos sentamos en esas. Agarro mi botella de agua y comienzo a tomarla. Frunzo el ceño cuando veo a Julian tirarse agua en el pelo pero no le doy bola. Agarro mi celular y busco el Instagram de la piba esta para mostrarle a Julian.

—Mirá, esta es — le muestro la pantalla del celular con una foto de ella y Julian levanta las cejas.

—Es linda, eh.

—Sí, pero la caga su carácter de mierda, sino ahí la pienso — le saco mi celular y salgo de Instagram para apagarlo.

—Apa entonces te gusta — Julian me mira divertido y me codea.

Niego con la cabeza y sonrío incrédulo.

¿Victoria? No me gusta ni ahí, tiene pinta de ser insoportable. Y lo es. Además ella no es mi tipo.

—Na, no es mi tipo — le doy un trago más al agua y lo cierro para dejarlo denuevo sobre la grada.

Me quiero dar vuelta pero antes escucho que mi celular suena, lo busco entre todas las cosas y veo que es una llamada, en la pantalla decía claramente de quien era.

Marta

Enseguida corto la llamada y lo pongo en silencio para que no vuelva a sonar. No quería ponerme de mal humor tan temprano.

—¿Quién era? — pregunta Julian mirándome.

—Mi vieja, no sé para qué me llama.

—¿Y por qué no le atendiste?

Niego. Sinceramente no quiero hablar con ella.

—Porque no quiero ponerme de mal humor desde temprano. Vamos a entrenar — apoyo mi mano sobre la espalda de Juli y lo empujo hasta la cancha denuevo para seguir entrenando.

Vecinos | Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora