O21

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—Ah, hola pa — respondo cortante a la vez que le doy una mirada fría. Me da bronca que ahora venga como si nada después de estar dos semanas sin mandarme un puto mensaje aunque sea.

—Perdón si no te hablé estos últimos días, estuve muy ocupado, me dieron más trabajo de lo normal y tenía que cumplir — quiere demostrar tristeza en su voz, pero claramente no le sale porque no le creo ni un poco.

—Claro, demasiado ocupado yéndote de vacaciones con tu nueva familia, ¿no? — lo encaro cruzandome de brazos. Él se sorprende por la manera en que le respondí, pero después suelta un suspiro.

—Esas vacaciones ya las teníamos pendiente desde hace rato, no podíamos ir antes porque tenía muchos gastos, pero teníamos que ir porque se los había prometido. Ya sé que estuve mal en no avisarte pero se me pasó — explica y yo siento que me hierve la sangre del enojo.

—Con nosotras no salías ni siquiera a tomar un helado y a ellos los llevas a la costa — suelto una risa incrédula — No te la puedo creer.

—Hija, ya sé que estuve muy mal en no decirte, pero entendeme...

—No, vos entendeme a mí — lo interrumpo — Yo te defiendo de mamá todas las veces que ella habló mal de vos, ella dice que sos un mal padre, que no te portas como tal conmigo, que preferis a tus hijastros antes que a mí... Y yo le decía que no, que no era así, que vos sí me querías, que eras totalmente diferente a lo que ella decía, pensaba que vos ibas a cambiar por mí, que por más que ahora tengas una nueva familia no te ibas a olvidar de mí — mientras hablo, siento ese nudo horrible que se hace en la garganta, conteniendo la ganas de llorar, aunque igual se me cristalizan los ojos — Pero al final ella tiene razón. Preferis a tu nueva familia antes que a mí.

—No hija, no llores, no es así. Me imagino todas las cosas que dijo tu mamá, pero las dice para dejarme mal parado a mí, pero vos me importas, Vico — se acerca a mí y me quiere tomar las mejillas, pero yo amago para que no me toque, nota eso y se aleja de nuevo — Yo... yo te quiero, sos una de las personas más importantes que tengo en la vida, yo sin vos no soy nada.

—Mentira, toda la vida te tuve idealizado pensando que ibas a cambiar por mí, pero no fue así. Desde que te separaste de mamá cambiaste mucho. ¡Te fuiste con otra familia y los pusiste primero a ellos antes que a mí! — elevo la voz un poco y él hace una seña para que hable más bajo, pero no me interesa — Vos sos mi todo, pa. Y me duele que el sentimiento no sea mutuo — sin previo aviso, las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas, mi papá me mira con pena, se nota que quiere abrazarme pero no me voy a dejar.

—No digas eso, Vico, yo te quiero, te amo, vos sos mi vida entera...

—¡Callate! ¡Solo sabes mentir! ¿¡Qué tienen ellos que nosotras no pudimos darte!? — formo puños con mis manos y comienzo a pegarle en el pecho con fuerza — ¿¡Eh!? ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio, papá! ¡Sos el peor pap...

No pude terminar de hablar porque rompí en llanto, las lágrimas comenzaron a caer y sollozo con fuerza, me aferro al pecho de él para que no me vea llorar. Siento que me rodea con sus brazos para llevarme hacia él y me abraza, yo hago lo mismo. Aunque le tengo tanta bronca, me duele pelear con él, no me gusta eso.

Cuando me rescato, me separó bruscamente de él y me seco las lágrimas enseguida.

—Andate — le digo todavía con mi nudo en la garganta.

—Pero hija, hablemos...

—No, hoy no quiero saber nada de vos, andate.

—Pero Vico...

—¡Basta de decirme así! — casi vuelvo a llorar, pero me contengo para no hacerlo.

—Bueno. Hija, quiero que arreglemos las cosas, no me gusta que estemos peleados — insiste, parece estar muy arrepentido, pero no me importa.

Vecinos | Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora