-¿Estás bien?- pregunté al notarla temblar más que yo, algo que me esperaba -¿Hanabi?- la abracé fuerte para que se tranquilizara.
No se movía, así que solo la acaricié hasta que pudiera reaccionar, apoyándome en ella y dándole el calor que podía hasta que dejara de estar entumecida.
-Quiero ir a casa- avisó con una débil voz.
-Te llevo- le dejé un beso en el hombro antes de levantar la cabeza y salir de debajo del escritorio -dame la mano, te ayudo, vamos.
Los pasillos estaban llenos de estudiantes tranquilizándose, y en estos casos la mayoría aprovechaba para irse a casa aunque el temblor hubiera sido pequeño, como el de hoy.
-¿Quieres acompañarme a por la mochila o te quedas aquí?- su respuesta fue agarrarme fuerte de la mano, pero estaba tan mal que no quería que se moviera mucho más -voy a llamar a Peyan.
No tardó mucho en aparecer con su mochila.
-Gracias- la cogí.
-¿Necesitas algo?- le preguntó preocupado, pero negó y nos giramos para irnos.
-Creo que hay reunión.
-No voy a ir- respondí sin darme la vuelta.
Su casa estaba vacía, dejé las cosas en el salón y la acompañé hasta su cuarto, donde le destapé la cama para que pudiera meterse, pero no lo hacía.
-Deberías descansar.
-Ha sido pequeño- se abrazaba así misma -soy una exagerada.
Me acerqué y se secó una lagrima que le caía por la mejilla.
-Exagerado es lo mucho que te quiero- con los pulgares le limpié las lágrimas que le seguían cayendo.
-Seguro- aseguró con sarcasmo.
-Ya hablaremos de eso.
-Hablémoslo ahora.
-No, metete en la cama- no me estaba haciendo caso -métete en la cama- fruncí el ceño, al igual que ella cuando le señalé el colchón.
Escuchamos la puerta de la entrada y bajó para abrazar a su abuela.
-¿Cómo estás mi niña?- se le notaba preocupada.
-Estoy bien- susurró, Termi esperaba paciente su turno apoyado en una de sus piernas.
-¿Tú estás bien hijo?
-Sí- al sentir que no me quedaba nada por hacer decidí despedirme -descansa.
El temblor no había ocasionado ningún destrozo, fue bastante leve en comparación a otros. Pero sigue siendo una pesadilla que Hanabi no ha podido superar y hay que estar pendiente a ella, porque tal como había pasado, se paralizó. Y en caso de catástrofe grave sería peligroso que no reaccionara a tiempo, por eso no dudé en ponerla a salvo.
-¿El otro día no tenías otro fondo de pantalla?
Cerré el teléfono y lo guardé en el bolsillo.
-Solo era una pregunta.
-Todas tus preguntas van con otro sentido Hakkai- suspiré agotado mirándola conversar con Chifuyu -Yuzuha, ¿por qué la has invitado?
-Desde que nos conocemos has querido presentársela a todo el mundo, así que vi la oportunidad y la aproveché.
-Si no lo hacía era por algo- a veces parecía idiota defendiendo mis dudosas decisiones.
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TRAS EL TELÓN - MITSUYA
Fanfiction¿Qué pasaría si la mejor amiga de Mitsuya tuviera que lidiar con las nuevas integrantes de la ToMan? En una historia donde todo es predecible, nada es lo que parece.