TRAS EL TELÓN - MITSUYA

Capítulo 44

Hanabi había llevado durante el día algunas de sus cosas y muebles a la casa de sus tíos para empezar con el proceso de la mudanza. Su abuela ya había sido avisada y la familia había estado yendo y viniendo transportando objetos.

Dada la situación y enterados de que Mitsuya era la pareja de su sobrina dejaron que se quedara una última noche con él en el que todavía era su hogar.

-¿Quieres cenar algo?

-No tengo apetito.

-Ni yo- le miró con ternura -pero aquí al lado han abierto una pastelería que cierra tarde y tiene cosas interesantes- desvió la mirada- era por si querías.

Mitsuya rodó los ojos y cogió las zapatillas de ambos.

-¿Qué haces?

-Póntelas vamos a elegir tarta.

Fue a la entrada para coger la correa de Termi pero al ir a por él estaba dormido.

-Dejémosle descansar.

Al regresar con una tarta de queso en la mano Mitsuya miraba la sonrisa escondida de su pareja. Lo que más le había gustado era que estaba tan alegre que no se había parado a observar que habían salido en pijama como dos abuelos casados, ahora estaban regresando de la mano sin importarles que los observaran. Al menos al que se había dado cuenta de que estaban siendo el punto de mira de muchos, pero no se lo diría.

Cuando Hanabi se sentó en el sofá para ver su serie favorita se alarmó al ver su pantalón de Snoopy.

-¡¿HEMOS SALIDO EN PIJAMA?!

-No- bromeó su novio -solo tú ¿no lo sabías? creí que lo habías hecho queriendo.

-¡¿QUÉ?!

Mitsuya empezó a reír -es broma, hemos ido los dos así.

-Bueno- se sentó aliviada -eso está mejor.

-La vergüenza la pasamos juntos- se dejó caer en el sofá junto a ella y le agarró la mano -¿estás nerviosa por lo de mañana?

-Ni que fuéramos a morir.

-Solo es una pregunta.

-Estoy menos nerviosa ahora que no tengo que esconderme.

Se pusieron cómodos compartiendo el pastel y el chico no tardó más de dos episodios en aburrirse.

-No entiendo cómo puede gustarte, Friends no tiene gracia.

Le quitó la tarta -a la cama.

-¿Qué?

-Castigado.

-¿Y me dejas sin tarta?

-Y sin buenas noches.

-Pues me meto en tu cama.

Se fue corriendo a su habitación y la esperó. Pero no fue hasta tres capítulos más tarde que la pelirroja subió y se metió entre las sábanas cuando él ya estaba casi dormido. Le dejó un beso en la frente y se tumbó a su lado, al sentirla la abrazó fuerte y se arrimó.

-Ja ja.

-¿Qué?- cuestionó la pecosa sin entender la expresión.

-Me has dado el beso de buenas noches.

Apoyó la mano en su cara y buscó su frente hasta frotarla.

-Te lo he quitado.

-Idiota.