Capítulo 21

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NARRA MITSUYA

-Tengo que prepararme- susurró mientras le acariciaba la espalda.

-Espera- saqué pañuelos del bolsillo del pantalón y la ayudé a levantarse.

-Gracias.

Estaba tan avergonzada que tuve que dedicarme a recoger su uniforme para que no se sintiera observada, limpiándome yo mismo cuando se lo dejé en la silla para que no se sintiera presionada y se tomara el tiempo que necesitara hasta que estuviera lista. Y unos segundos después escuchamos que alguien la llamaba buscándola para el próximo acto.

-Dios, creo que llego tarde.

Se puso rápidamente el sujetador y la camisa y me agaché con la falda en la mano para que metiera los pies y poder ayudarla a ponérsela.

-Mete- le indiqué sonriendo, no se estaba dando cuenta de que iría sin ropa interior, otra vez.

Al estar dentro de la prenda la levanté hasta su cintura y me puse tras ella para subir la cremallera.

-¡¿HANABI?!- volvimos a escuchar.

-¡YA VA!- avisé nervioso -se está acercando- reí terminando de colocarla bien.

-Gracias- habló tímidamente sin poder mirarme.

-¿En serio?

-¿Qué?- miró por primera vez.

-Anda- bromeé -mira qué ojos más bonitos los que me miran.

-Bobo- susurró poniéndose el jersey, la ayudé con el cuello para que no se despeinara mucho -todavía ni te has abrochado el pantalón, no te has puesto la camisa, y hay una chica a punto de entrar paniqueada por encontrarme.

-Y se va a llevar una buena sorpresa- abrí los brazos sintiéndome un rey.

Me miró el torso con timidez y se dio la vuelta.

-¿Qué ha sido eso?

-¿El qué?

-Has rechazado mi cuerpo con la mirada.

-¿Qué dices?

-¿Ahora me llamas exagerado?

-¡No he dicho eso en ningún momento!

-¿Ahora me llamas mentiroso?

-¡¿Qué?!

No pude contener más la risa y desesperándose por mí caminó para irse.

-Espera- la agarré del brazo aunque no fuera el mejor momento -no quiero que te vayas dándole vueltas a la cabeza- miró al suelo y se sonrojó, coloqué la mano en su barbilla para que me mirara y le acaricié la mejilla.

-¡¿DÓNDE ESTÁ?!

-¡QUE YA VA!- aparté los brazos y cerré los puños muy estresado -mejor vete, pero luego no te escapas.

Se encorbó al primer paso y se detuvo gimiendo en bajo.

-¿Estás bien?- le acaricié la espalda esperando que me respondiera que sí.

-Duele.

-¿El qué?

-¿Tú qué crees?- podía notar el odio en sus ojos.

-Perdón- me rasqué la nuca.

-Deja de sonreír.

-Perdón también por eso- no podía estar más orgulloso -está claro que no te escapas jaja.

TRAS EL TELÓN - MITSUYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora