¿Qué pasaría si la mejor amiga de Mitsuya tuviera que lidiar con las nuevas integrantes de la ToMan?
En una historia donde todo es predecible, nada es lo que parece.
Agachó la cabeza para ponerse delante y darle un beso.
-Hola preciosa.
La sudada chica se sentó en el escritorio para beber mejor.
-¿Qué hacías?
Mitsuya se estiró en la silla, pero Hanabi conocía la cara de su novio.
-Trabajando un poco, la nueva colección no se va a sacar sola, ya queda poco.
Dejó el agua y agarró el ratón para ver en qué otra pestaña estaba metido, y efectivamente, estaba mirando la cámara de seguridad del gimnasio.
-No lo entiendes- intentó excusarse -eso es trabajo.
-¿Sí?- su chico asintió -¿te la has trabajado mientras me espiabas?
Fingió estar ofendido y se llevó la mano al pecho.
-Estaba comprobando que tu ropa deportiva hacía su función, quería saber si estabas cómoda- Hanabi arqueó una ceja y se puso la coleta hacia delante -hay que ver qué mal piensas de mí.
-Oh vale vale- le siguió el rollo -por eso está el zoom en la máquina que estaba usando.
-Exacto- la pelirroja se cruzó de piernas -gajes del oficio no lo entenderías.
-Intentas averiguar si la calidad del tejido va a ser una competencia.
-Sí- miró sus piernas -gracias por entenderlo.
-Takashi odias los elásticos y ni siquiera haces ropa deportiva.
-Te equivocas ahora me gustan mucho.
Hanabi rodó los ojos y se levantó de un pequeño salto dándole suavemente en la cabeza.
-Voy a ducharme he quedado con las chicas.
-¡No me he tocado!- avisó mientras se alejaba -¡solo te estaba mirando el culo!
-¿Quieres ser mi esponja?
-Qué graciosa.
La mujer desapareció de su vista y Mitsuya borró la sonrisa mientras se levantaba.
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La acompañó hasta la entrada para despedirse.
-No creo que tarde.
Se besaron.
-Draken también va a venir me ha llamado antes.
Hanabi se colocó el bolso.
-Suena a movida, a nosotras también nos ha llamado Umiko.
El joven asintió.
-Te quiero.
Se giró con la mano alzada para despedirse pero la agarró rápido y la llevó hasta él.
