-Venía a coger mi bandeja cielo, no puedo quedarme con Termi- fue a la cocina a recogerla -tengo una cita- explicó entusiasmada -y tengo que preparar la cena.
-¿Qué? Abu tienes más vida que yo eso no es justo- hice puchero.
-No tienes porque no quieres.
-Hola abu- Mitsuya entró agarrando la chaqueta delante de su entrepierna y se sentó como pato en una de las sillas.
Me reí en bajo y me miró con desprecio.
-¡Takashi!- se acercó a abrazarlo -¿cómo estás?
Me miró de reojo y a regañadientes contestó que bien, mi abuela hizo lo mismo y me miró las piernas. Bajé un poco más la camiseta intentando que, no sé, me tapara hasta los tobillos.
-Voy a casa de Mitsuya ¿con quién voy a dejar a Termi?
-¿Tu madre ha empezado a odiar a los perros?- le preguntó.
Negó con la cabeza -no quiere traerlo.
-¿Qué pasa con Termi?- me preguntó con el ceño fruncido.
-Cuando llevo a Termi las niñas no me hacen caso- me crucé de brazos.
-Llama a tu tía, ya tienen uno, no les importará.
-Hemos quedado en quince minutos, pensaba que te lo llevarías- seguí haciendo berrinche, no me daba tiempo, las niñas eran muy exigentes con la puntualidad.
-¿Y esta es la que cuida a tus hermanas?
-Nos lo llevamos- aseguró Mitsuya.
-¿Ves? No pasa nada.
-Pero no me van a hacer caso.
-Seguro que te acabas entreteniendo con algo- contestó él. Su media sonrisa hablaba sola.
-Takashi también te puede hacer compañía- apoyó la mano en su hombro -seguro que podéis divertiros solos.
Los dos me miraban esperando una respuesta, era muy turbio creer que mi abuela nos estaba animando a hacer precisamente lo que Mitsuya tenía en mente.
Lo miré con segundas -algo se nos ocurrirá.
Intentó no sonreír mientras se levantaba para agarrar del brazo a mi abuela.
-¿Tenía prisa verdad?
-Va a venir el chico del bingo- avisó coqueta mientras caminaban hacia la entrada.
-¿Chico?
-Sí, sí.
-¿Cuántos años tiene?- empezó a preocuparse.
-Unos buenos 62 años.
-WOW es un bebé, qué buen mozo.
-Eso dicen mis amigas- habló toda orgullosa saliendo de la casa.
-Ya nos veremos abu- saludó viendo cómo se iba.
-¡Dale bien de comer!
Cerró la puerta y me miró.
-Algo te daré.
-Estás enfermo.
Caminé hasta alcanzar las escaleras y sentí su mano en la cintura dándome la vuelta y apoyándome en la pared. Se acercó a mi cara y me dejó un beso en la punta de la nariz.
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TRAS EL TELÓN - MITSUYA
Fanfiction¿Qué pasaría si la mejor amiga de Mitsuya tuviera que lidiar con las nuevas integrantes de la ToMan? En una historia donde todo es predecible, nada es lo que parece.