Capítulo 47

402 26 30
                                    

Un día más escribiendo,

¿Sabéis esa sensación en la que tu instinto te dice que algo va a pasar y supones que será un suceso horrible? Pues es algo que me pasa a menudo, siempre con un sexto sentido alerta que me suele fallar porque al final nunca pasa nada.

En fin, supongo que desde el terremoto de mis padres me volví un poco paranoica creándome un miedo irracional a todo.

Lo bueno de mi locura es que a veces acierto y puedo decir te lo dije. Al final con el tiempo conseguí ignorar esos temores para tener una mejor vida, estaba harta de que me pidieran que me tranquilizara, además era un estado de ánimo agotador y conseguir vencerlo fue una de mis victorias más sanas.

Claro que, la voz interior a veces era demasiado fuerte e ignorarlo se hacía insoportable haciendo que mi cuerpo me pidiera correr hasta escapar del peligro. Sea cual fuere.

Fue relativamente fácil vencer a unos cuantos de los que llevaban peleando desde el inicio, fue una gran idea dejar a algunos de nosotros para una segunda ronda porque veníamos descansados para empezar a repartir. Lo malo es que Kisaki también contaba con un buen sequito de verdugos que esperaban que estuviéramos flojos para contraatacar.

Odiaba a ese tío, y sobre todo a su analítica cara. Pero no era momento de pensar en ese feo.

En el momento en el que tiré a mi rival choqué de espaldas con alguien y giré rápido preparándome para lanzar un puñetazo, vi a Umiko en la misma posición a punto de pegarme, suspiramos bajando el brazo y nos miramos nerviosas. Se hizo sombra y frente a nosotras apareció un sonriente Hanma.

-Se me han metido unas guapas en los ojos.

-Estás de suerte.

-¿Sí?- se relamió.

-Te tengo muchas ganas- respondió la rubia estirando las piernas.

-¿Me sonrojo?

Umiko fingió una arcada y se tapó la boca.

-Muy bien que así sea- se rió de nosotras -¿quién emp-

Le reventó la cara de una patada. Mientras Shuji se enderezaba tocándose la mandíbula yo permanecí inmóvil ante una escena que nunca hubiese imaginado. Con mucha tranquilidad escupió la sangre que se le había acumulado en la boca y nos miró enfurecido, a punto de entrar en cólera por semejante atrevimiento. En esta nueva situación también me puse a contar las posibilidades que tenía de morir a manos del Empire State.

Sin que Umiko se lo esperase la contraatacó con un directo de izquierda que iba hacia su cara pero para desgracia de él yo sí reaccioné y desvié la dirección del brazo con el pie, así que decidiendo que le estorbaba me agarró del uniforme y del muslo y me levantó como si fuera aire.

-¡HAKKAI!

Fue lo único que pude gritar al ver que me lanzaría hacia su dirección mientras Umiko luchaba intentando ahogarlo subida a su espalda, pero no sirvió de nada e intentando atraparme caí sobre mi amigo y se comió el cemento. Me levanté rápido sin reparar en que algunos botones se me habían roto y corrí a ayudarla.

-¡GRACIAS HAKKAI!

Hanma consiguió tirarla de espaldas al suelo dejándole salir un quejido de dolor y también me subí de un salto.

-¡¿Y AHORA QUÉ PASA?!

Me agarró de una pierna y empezó a moverse agresivamente pero me agarré de su cara y sin querer le metí la mano en la boca y me mordió algunos dedos. Por motivos obvios también le dejé arañazos por la cara.

TRAS EL TELÓN - MITSUYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora