Capítulo 27

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Los encontramos descargando, acomodándolos en el backstage para que nosotros lleváramos las cosas a su debido sitio cuando se fueran.

-Las telas me las tengo que llevar- avisó Mitsuya -¿dónde estarán?- preguntó dando vueltas entre las cosas.

-Creo que en la caja que pone "telas para vestuario"- señalé obvia.

La cogió y se acercó con ella -aquí viene tu último vestido.

-Estoy emocionada.

-Más te vale- sonrió coqueto y se marchó.

-¿Me ayudas con la pintura? lo necesitan para la decoración.

Agarró un bote grande para dejarlo en el taller de manualidades para que no mancharan el salón de actos. Mitsuya volvía cada vez que dejaba una caja mientras nosotras dos nos moríamos por el camino en nuestro segundo viaje.

-Yasuda no puedo más- arrastraba el bote de no sé cuántos kilos por el pasillo a tropezones.

-Ay Hanabi empújame- iba igual que yo pero unos pasos adelantada.

-Solo puedo ofrecerte una patada, y me estoy arriesgando.

Empezamos a reír, estábamos dando un espectáculo patético en medio de la escuela.

-Pronto sonará e-

< RING, RING >

-Van a salir todos y nosotras aquí, derrotadas por pintura.

-No te rindas.

Parecíamos estar agonizando, caminando como zombis esperando llegar a una lejana aula. Los estudiantes empezaban a salir, mirándonos sin ayudar, porque claro, ¿quién iba a ayudar? a nadie le apetece.

-Eso es más grande que tu cabeza.

Me giré y Kyo me sonreía como si estuviera orgulloso de algo.

-¿Sí? ni lo había notado.

Soltó una risa nasal -hola a ti también.

-Hola Kyo- avanzando un paso más, gemí levantando con mis últimas fuerzas el envase -¿qué pasa? ¿necesitas ayuda?- pregunté quitándome el sudor de la frente.

Suspiró fuerte y me movió con cuidado.

-Anda quita- cogió el tarro y fue a por el de Yasuda.

-¡HÉROE!- grité feliz.

-¿A dónde lo llevo?

-Al taller de carpintería.

La seguimos contentas, incluso podía abrirse paso con la pintura, era muy cómodo ir detrás de él. Yasuda no dejaba de cuchichearme lo grande que era Kyo, en algún momento incluso pensamos que nos escuchaba, así que se hacía aún más evidente que hablábamos de él porque soltábamos risitas y nos callábamos cuando giraba.

-¿Quedan más?

-No, eran los últimos. Ya podemos ir a comer.

Yendo al comedor seguimos conversando sobre él.

-Ese culo está más duro que mi cabeza.

-¡Yasuda!

-¿Qué?- volteó pensando que lo habíamos llamado.

-Yasuda pregunta qué deporte haces para estar tan en forma.

-Baloncesto.

-Me dijiste voleibol.

TRAS EL TELÓN - MITSUYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora