-Señorita Towa- el pelirrojo hizo salir de su mente a la adolescente que miraba distraída a los jardines que la habían acogido en esos tres días.
-¡Lo siento!-
-No, discúlpeme. ¿En que pensaba?- Riku se aproximó un poco a Towa mientras la miraba intentando descubrir en su rostro el motivo de su distracción.
-Yo no...quisiera irme.-
-Oh...yo tampoco quisiera que se fuera. Pero si extendemos este encuentro, provocará muchas sospechas-
Con una sonrisa encantadora que buscaba ser tranquilizadora, Riku acercó su mano para tomar la de la chica. Ella aceptó, recibiendo como siempre en aquel tacto una sensación novedosa, curiosa, que la hacía sentir deseos de estar muy cerca de él. Towa sabía que transmitía de sí misma que era alguien segura, amable, fuerte e incluso coqueta, pero su propia verdad es que con Riku se sentía completamente diferente. Se sentía como si fuera más pequeña, pero a la vez más mujer. Se sentía atraída, ansiosa de saber que había más allá.
Ella había estado con un par de muchachos, cosas poco serias pero que la divertían, que la hicieron en su momento sentir una adolescente que quiere aprender las cosas más simples del amor. Pero con él...era otra cosa. Y a la vez, tenía mucho que ver con eso.
Apretó en respuesta la mano del pelirrojo, haciendo que el enfocara su unión y luego su rostro blanco.
-Fueron días maravillosos, no tengo otras palabras.
-Todo gracias a usted. Yo solo la traje, usted lo hizo especial.
-¡No dejes de buscarme!- dijo, con un tono considerablemente más elevado- sé que aún hay resquemores, que no puedes hacer una vida normal. Pero, te lo pido...no te olvides de mí. Este tiempo pretendo ayudar con el templo.
-Princesa, si me lo pide lo haré- la chica agradeció en su mente y sonrió intensamente. Adoraba cómo le hablaba, su forma de expresarse con ella y todo lo misterioso que se alojaba en él.- Vendrá una suerte de transporte, llevada por mi sirviente. La llevarán a su casa y allá usted debe decir que estuvo en la aldea de Kenji. Que conoció a Koriu, a Yorio. Que convivió en el gran palacio y estuvo en la fiesta de bienvenida del hanyo. Espero que con eso baste.
-Pienso que sí. ¿Setsuna sabe de mi regreso?
-Le envié una carta pidiéndole que adelantara su llegada. No hay problema con ello.
-Wow...no esperaba que mi hermana menor actuara de esta forma. De Moroha quizás sí.
-No quise involucrar a la joven Moroha, conozco las circunstancias y no quería incomodar a Kenji- Towa asintió, era cierto.
-Si lo ves, agradécele por mi. Y dile que iré a visitarlo un día de estos.
-No creo que se buena idea, princesa
-¿Por qué?
-Supe, por mi sirviente, que su tío no está en mejores términos con mi amigo.
-Em…- la adolescente no supo qué decir ¿ellos peleados? ¿Acaso su tío se había enterado de su romance con Moroha? Eso podría ser una buena razón. Luego, temió que los celos de su padre coincidieran en parte con los de su tío. Una especie de carroza, que hizo recordar a la chica la del cuento de la Cenicienta, la recibió justo en la entrada del sitio. Riku que aún sostenía su mano, la ayudó a subir al mismo.
-Buen viaje, princesa- no supo porque, pero el corazón de Towa se alteró por la antelación. Esperaba una despedida...pero para su sorpresa, el pelirrojo cerró la puerta junto a ella.
¡NO! ¿qué? Pensó la chica, atormentada de que sus días de ensueño terminarán así.
-¡Riku!
-¿Sí?- el joven detuvo el transporte con un movimiento de la mano y se acercó por la ventanilla del mismo para ver a la chica que no había sacado su cabeza de la carroza. Towa seguía sentada, un poco pasmada, pero al verlo buscarla con la mirada, reaccionó.
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La Vida Como La Soñamos
FanfictionEsta historia y los personajes no me pertenecen la historia pertenece a "Doratina" en fanfiction y twitter (@EmilyCyrine) los personajes pertenecen a "Rumiko Takahashi". Créditos a "Tokio cristal" por la portada. Moroha tiene un año, dado por sus p...