Cap 25 A veces los humanos son mucho peores

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Como todas las pasadas mañanas en la cabaña, Moroha e Inuyasha comían en silencio mientras Kagome buscaba formas infructuosas de hacerlos hablar entre sí. Pero era inútil, ninguno de los dos cedía. Aun así, mientras fingía que su progenitor no existía, en su mente la adolescente pensaba en lo que su prima le había dicho respecto a que tenía que resolver todo lo que la atormentaba antes de poder seguir correctamente con su entrenamiento. El problema era que, en este caso, era su padre el equivocado.

Se levantó antes de que terminaran sus padres y, mientras se despedía, ordenó en su espalda correctamente su arco para salir deprisa. Hace unas semanas había estado haciendo trabajos afilando armas para personas específicas que se lo pedían, conocidos de su vida anterior, solo gente en la que podía confiar. Lo que sí, ese día debía apresurarse si quería alcanzar a ver a Riku cuando se reuniera con su prima. Habían logrado pactar la cita lejos de la aldea, para asegurar no ser vistos. Justo cuando terminaba su trabajo y se permitía disfrutar de los momentos con su recompensa imaginando que se compraría un pastel en el camino, un aroma familiar le encontró saliendo de la aldea. Se encontró con su prima de cabello plateado esperándola.

-Hola Towa ¿no es temprano?

-Sí, estaba nerviosa y me vine ante por si pasaba algo.

-Keh…- Moroha sonrió mostrando su colmillo rebelde, le divertía ver la expresión inquieta de su prima y notar que se había cepillado el cabello, que había agregado accesorios a su atuendo y que tenía un brillo sutil en los labios la entretuvo aún más.

-No puedo evitarlo.

-¿Por qué tanto?- preguntó la morena, notando que en realidad lo que buscaba Towa era conversar con ella.

-La última vez ella y yo...ya sabes.

-Se besaron.

-Sí, sí. No sé cómo debería actuar ahora. Pero tengo muchas cosas atoradas en mi garganta, necesito hablarle.

-Fácil, normal. Ustedes se gustan, solo disfrútalo. Y si necesitas decirle cosas ¡no lo dudes tanto! Mejor arrepentirse de lo hecho que lo no hecho-

-Tengo un poco de miedo por lo mismo. Entregarme a algo cuando en realidad no sé si él y yo tendremos algún futuro. Pasar por ese riesgo…

-Towa- dijo Moroha, enderezándose con seriedad. Ella no solía ser la persona que daba los consejos, de hecho, le costaba mucho hacerlo pero en esta ocasión, lo absurdo del sentimiento de su prima la hizo sacar su lado más centrado.- Nadie prepará una cena deliciosa de varios platos y con un buen postre pensando que se terminará. Hazme caso y disfruta de lo que estás pasando, lo demás solo son circunstancias.

-¿Cuando te volviste comprensiva y sabia?

-El mismo día que te volviste una romántica- respondió Moroha, sacándole la lengua. Su prima solo se rió de ella. Estuvieron unos segundos apreciando sus alrededores, calladas.

-Moroha

-¿Qué?

-¿Extrañas a Kenji?- preguntó la hanyo, tomando atención en el rostro de sorpresa de su prima.

-Keh…¿a qué viene eso?

-Cuando hablan de él y cuando tu hablas de cosas de amor pones una expresión muy triste.

-Deja de interpretar cosas

-¿Por eso quieres ver a Riku, verdad?

-No. Ya verás. Ahora vámonos, si tenemos suerte él también estaba ansioso y está en el lugar-

Las primas siguieron el camino conocido hasta que llegaron al sitio acordado. Riku no estaba ahí, así que aguardaron atentas a cualquier cosa. Minutos después como si de una sombra se tratara, apareció la figura afable del amor de Towa justo frente a ellas. Lo primero que hizo fue sonreírle a ambas.

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