- Muévete Aria, más rápido. Más duro.
La respiración de la chica es errática, con los músculos tensos y la piel brillante por el sudor. No puede más.
Si pensó que el primer entrenamiento fue duro es porque no había probado la segunda clase con el Alpha.
- Mal.- Dictamina el hombre cuando la agarra de los brazos frenando su intento de ataque.- Así no es como te he enseñado a lanzar un upper.
Aria resopla, haciendo volar el mechón blanco que se interpone en su vista. Ya está derrotada y Hunk puede verlo. Sin embargo, que Aria aprenda a defenderse y atacar le parece importante, y que ella haya tenido la iniciativa lo hace sentir orgulloso.
- No voy a poder hacerlo. ¿Cómo se supone que voy a vencer a un hombre lobo?- Se queja ella dejándose caer al suelo. Cerrando los ojos por un segundo.
- No podrás hacerlo. Somos más fuertes, más grandes y más rápidos que vosotros los humanos.
Aria mira a el Alpha con reproche, como diciendo "Si, eso no me ayuda". Pero Hunk sonríe abiertamente, mandando esos escalofríos por su cuerpo, mientras se sienta a su lado.
- Pero también somos más orgullosos y confiados. Y tú, pequeña humana, tendrás que encontrar un hueco entre todo eso.
Ella gruñe como toda respuesta, dejándose caer de nuevo y mirando el techo. Quiere hacerlo, pero es más cansado de lo que ella creía y no depende solo de la motivación si no de la disciplina.
- Está bien. Enséñame otro movimiento.- Por fin se levanta haciendo sonreír de nuevo al lobo.
- Como ya te he dicho antes, si tienes que defenderte de alguien más grande tienes que atacar siempre nariz o ojos, rodilla y, por supuesto, su punto más débil, la ingle.
- Vamos, que le machaque los...
- Esa boca.- Interrumpe Hunk haciendo a Aria reír.
Nunca se cansará de molestarlo. De esa forma de fruncir el ceño o de ponerse a la defensiva. Eso que tanto le molestaba y ahora parece hacerle gracia.
El peli negro se acerca hacia ella dispuesto a seguir con la lección. Siempre le explica el movimiento antes de practicarlo en serio para que comprenda las situaciones y pasos.
- Ahora imaginemos que te ha atrapado y está a tu espalda. Seguramente tenga tus brazos retenidos y sientas que no puedes moverte.
Hunk se posiciona como dice, acercándose aún más a ella por la escalda y rodeándola con sus brazos.
Aria asiente tratando de poner todo su esfuerzo en la explicación, sin embargo el contacto de sus brazos con los suyos, el cálido aliento y en su nuca y su cuerpo tan cerca del de ella no le deja pensar con claridad.
El lobo parece encontrarse en una situación parecida, pues tarda unos segundos en continuar con la clase, aprovechando para admirar lo pequeña que se ve entre sus brazos.
- Para escapar de esta posición.- Habla más bajo Hunk.- Bruscamente inclínate hacia atrás e intenta golpear tu nuca con el oponente. Cuando se desequilibre, bruscamente inclínate tómale del pie y levántate tirando con todas tus fuerzas. Es todo cuestión de centros de gravedad. El atacante se caerá por muy grande que sea.
Sin embargo Aria no contesta, no trata de replicar lo que él le explica y no se mueve, ni un centímetro. Temerosa de lo que siente en esa posición.
- ¿Me estás escuchando?
De nuevo al chica trata de volver a centrarse, asintiendo sin haberlo hecho en realidad. Pero es que están tan cerca, que sin quererlo, y al darse la vuelta, quedan a escasos centímetros.
- Hunk...- Pero se queda sin palabras.
Al igual que ella, él apenas siente que puede respirar tan cerca de ese exquisito olor, tan cerca de esa humana de ojos grandes y piel pálida que le trae por el camino de la amargura.
Sin quererlo ambos recuerdan aquel beso, aquel que pareció abrirle la puerta a nuevos sentimientos y sensaciones que nunca pensaron sentir. Que él no quería, que ella no sabía que existían.
Ella tal vez no comprenda lo que ocurre. Pero Hunk no puede ocultar más las consecuencias de estar junto a su mate. De ese lazo que los une y lo obliga a inclinarse sobre ella.
Esta vez no quiere ser rudo, no quiere rabia. Solo quiere volver a probar sus labios y saciar ese hambre animal que solo ella parece capaz de provocar.
Aria lo ansía. Por alguna razón que no entiende, se encuentra deseando a aquel hombre de ojos claros como el agua. Quiere besarlo y arrepentirse después. Dejarle ese problema a la Aria del futuro.
Sus respiraciones se entremezclan, despacio, como queriendo hacer esto eterno. Sus labios pican por besarse y están dispuestos hacerlo.
- Alpha Hunk.
Una voz interrumpe el momento y, totalmente sorprendida y avergonzada, la peli blanca se separa con prisa como si aquel hombre quemase.
Con mirada de odio Hunk divisa a Maika, que entra al gimnasio con su característico paso altivo. Como si no le importase romper su oportunidad de besar a su mate.
- ¿Que es lo que quieres?- Gruñe molesto por la interrumpción mientras ve de reojo a una Aria sonrojada recoger el equipamiento con prisa.
- La reunión de las siete. Parece que se le ha olvidado. Edén está ya esperando en el despacho.
Maika mira con detenimiento a la chica de pelo blanco y luego a su Alpha. Es su Luna pero la situación no deja de parecerle cómica. Como dos adolescentes a los que les acaba de pillar su madre en su primer beso. Ridículo.
¿Otra reunión? Aria levanta la vista chocando con la retadora de aquella rubia que tanto odia ahora mismo. Recuerda al instante aquella conversación, aquella risa burlona sobre su papel como Luna.
Y casi sin pensar habla, sorprendiendo a los dos presentes.
- Yo también quiero acudir.
Hunk se gira hacia ella con el gesto serio. Y la chica está casi segura de que va a negarse.
- Está bien.
- ¿¡En serio!?- Las dos chicas preguntan a la vez. La rubia con asco y Aria con ilusión.
Hunk sonríe ante el brillo de su mirada haciendo poner los ojos en blanco a Maika que no puede creer que el rudo Alpha de Uskad se deje engatusar por una niña bonita. Por una Luna de repuesto.
- ¿Has estado estudiando no? Tu papel es estar a mi lado en decisiones políticas y económicas. Supongo que te corresponde.
Aria quiere saltar de emoción, aunque no lo hace, fingiendo seriedad y sonriendo contenta.
Sin mucho más que decir se dirigen al despacho.
Primero sale Maika moviendo las caderas al mismo ritmo que su impecable melena suelta. Después Aria con el pelo recogido y aún sudada, pero ilusionada con ejercer al fin su papel como Luna es esta manada.
Y por último el Alpha con su gesto serio tipico del trabajo, pero sin perder de vista el hermoso cuerpo de su mate y el recuerdo de ese beso fallido que promete cobrarse más adelante.
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Esperando a la Luna
WerewolfEn un mundo donde los hombres lobos reinan sobre el resto de especies, Aria no tiene mucho que opinar. Por mucho que quiera hacerlo. Por eso, cuando Hunk aparece para llenar el puesto de su Luna mientras espera su llegada, elige a Aria como remplazo...