Aria aun no puede creérselo, cuando despierta envuelta por los brazos de aquel gran Alpha de pelo negro que duerme como un ángel.
¿Qué ocurrió? No lo sabe. Lo que si sabe es que se siente maravillosamente bien y que, ahora comprende, que ha sido tonto de su parte negarse a una química que debería haber seguido desde el principio.
Teme a la reacción de Hunk cuando se despierte. Sabe lo que opina él de ese tipo de sentimientos y no querría no ser correspondida. Pero es inevitable ignorar lo que sea que los une, como una conexión especial.
La luz del sol ilumina parte del rostro del lobo que molesto entierra su rostro en el hombro de la chica buscando además ese exquisito olor.
No quiere soltarla. Ahora comprende que la ha cagado. Que fingir que no es su mate ha sido el peor error de su vida y que ahora tendrá que pagarlo con creces. ¿Debería decírselo? ¿Debería ser tan egoísta como para quedarse con ella obligándola a vivir a su lado?
Aún recuerda la promesa que le hizo. Que volvería con su familia, que sería libre una vez encontrara a la verdadera Luna. Y ahora se le hace tan injusto que se siente un imbécil, engañándola de esa manera.
Sus labios hacen contacto con la pálida piel de Aria, que se eriza por esa simple acción, recordando la noche anterior. Sabe tan bien, que Hunk tiene la sensación de poder vivir en ese pequeño hueco entre su cuello y su hombro toda la eternidad.
- ¿Estás despierto?- Susurra Aria acariciándole el pelo.
Como toda respuesta Hunk gruñe bajito haciéndole cosquillas. Una linda risa dulce resuena por la habitación. Una de la que el hombre ni siquiera se siente merecedor.
- Quiero dormir todo el día.- Asegura ella rodando sobre las sabanas dejando al Alpha una hermosa imagen de su pecosa espalda.
Y Hunk está de acuerdo. Piensa pasar con ella todo el día retozando e incluso repetir lo de anoche otra y otra vez.
Sin embargo unos golpes en la puerta sacan a ambos de su ensoñación. El lobo se incorpora rápidamente y Aria abre los ojos como platos, observando la ropa de ambos tirados por toda la habitación, del olor a sexo por todos lados y, sobre todo, el hombre desnudo a su lado.
- ¿Aria?- Edén llama al otro lado de la puerta de nuevo haciendo el corazón de la chica correr con miedo.
Por alguna razón le da vergüenza que sepan que se acostaron, aunque sea ridículo. Siente que es incorrecto.
- Estoy cambiándome. ¡No entres!- Inventa rápidamente la chica enrollando la sabana en su cuerpo y recogiendo la ropa interior para ocultarla en el armario.
- No te quiero molestar. ¿Está Hunk ahí?
- ¡No!
El Alpha quiere reír cuando las pequeñas manos de Aria pretenden empujarlo hasta el baño. Apurada por borrar cualquier pista de su paradero. Es ridículo. Literalmente Edén lo está oliendo ahí dentro, y seguro hasta ya ha adivinado lo que pasó en la noche.
Y efectivamente, la otro lado de la puerta Edén trata de aguantar la risa también. Consciente de todo. Ha de admitir que le sorprendió al no encontrar al Alpha en el su dormitorio y seguir su rastro hasta la de la linda Aria. Pero no puede evitar estar contento por ambos. Por aceptar al fin el vínculo.
- Pues dile cuando le veas,- Finge sabiendo que su Alpha le escucha.- que el consejo le han convocado en dos horas. Es importante.
Esta vez el Alpha deja de sonreír, consciente de lo que significan esas palabras. De que el momento que tanto ha esperado y que ahora tanto teme, ha llegado.
- Nos vamos.- Dictamina serio haciendo comprender a Aria que algo no marcha bien.
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Por primera vez esas alfombras rojas y señoriales cuadros oscuros le intimidan. Al igual que todos los rostros que se congregan al rededor de esa mesa de reuniones.
Ha tenido todo el viaje de ida para pensar como enfrentar la situación. Su plan inicial está saliendo tal como quería. Por fin le dirían que no necesita una Luna y que puede destituir a Aria si quiere. Pero ya no quiere.
Se ha enamorado de ella y no quiere perderla.
Aunque por otro lado se siente culpable por retenerla aquí. Siente que le debe el que regrese a Ewhana y recupere su vida. No encerrarla en esta jaula de hielo que sabe que se puede volver Uskad. Con un hombre que de verdad la merezca, y no un mate que la rechazó desde el inicio.
- ¿Sabes por lo que estas aquí?- Habla al fin la Alpha de Blairia con su impecable moño y tono monotono.
El lobo de ojos azules asiente con esa seriedad que le caracteriza pero no dice nada.
- Debemos admitir que ni siquiera nos sorprendió tu falta de respeto presentando a una humana como Luna. Pero también admitiremos que fue una gran idea. Representar a su grupo minoritario nos hace ganarnos un poco el apoyo de las aldeas humanas también.
Eso al peli negro no podría importarle menos, pero prefiere estar callado mientras la mujer sigue llendose por las ramas.
- Debes marcar a la Luna Aria.- Interrumpe el Alpha Paul cansado de tanta charla.
En ese momento Hunk siente que se le cae el mundo encima. No se esperaba para nada que fuesen a tratar ese tema. Marcarla. Clavarle sus colmillos para unirla para siempre a él, como deberíá haber sido desde un principio por ser su mate. Aunque ellos eso no lo saben.
Imagenes de aquel primer día que la conoció vuelve a su memoria como un tormento.
"¿Si encuentras a tu mate podré volver a casa?" "Si la encuentro, serás libre."
También de la pelea de aquella primera gala.
"¡Yo lo único que debería agradecer es no ser tu verdadera mate!"
- No.
Se niega rotundamente, apretando los puños con enfado. Enfado consigo mismo, con los Alphas y con las malditas reglas.
- El amor es algo hermosos que surge Alpha Hunk. Aprenderán a amarse para toda la eternidad.- Trata de animarlo el viejo Alpha de Scoadal al ver su expresión de pánico.
Pero eso no es lo que a Hunk le preocupa.
¿Como iba a encadenarla a él de ese modo para siempre? ¿Con que derecho por mucho que la ame? Justo porque la ama no se le hace justo. Ni siquiera sabe que es su verdadero mate y ahora esto.
- Sabeis que no es mi verdadera Luna. No me podeis obligar a hacerlo.
No piensa dar otras razones. Solo piensa en huir de esa emboscada de Alphas. Con pasos rapidos da media vuelta y se encamina hacia la salida. Importandole poco las quejas a su espalda y todo lo que digan. No piensa obligar a Aria a ser marcada como un objeto, por mucho que él quiera hacerlo.
Sin embargo, por si las cosas no fueran suficientemente mal, lo peor le espera al otro lado de esa puerta.
- Aria.- Susurra él cuando se encuentra frente a frente con los ojos totalmente rotos de la peli blanca que, por desgracia, lo ha escuchado todo.
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Esperando a la Luna
WerewolfEn un mundo donde los hombres lobos reinan sobre el resto de especies, Aria no tiene mucho que opinar. Por mucho que quiera hacerlo. Por eso, cuando Hunk aparece para llenar el puesto de su Luna mientras espera su llegada, elige a Aria como remplazo...