CAPÍTULO 21

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A cada paso que da, Aria se siente menos segura. Pero ya no hay marcha atrás. La mansión ya queda a mucha distancia y ha llegado demasiado lejos como para regresar y arrepentirse.

Además no quiere volver a aquella casa rodeada de la presencia de Hunk donde se siente ahora asfixiada.

Cuando el viento roza su cara se acomoda aún más el abrigo de piel metiendo las manos congeladas en los bolsillos.

Tal vez debería haber avisado a alguien de su partida, o de su paradero. Pero ya es tarde, las últimas luces del sol se pierden entre los árboles y el frío comienza a calar sus huesos cuando divisa la pequeña cabaña iluminada en su interior.

Llama a la puerta deseando entrar al calor. De todas formas ¿Qué es lo peor que puede pasar?

A los pocos segundos aquel hombre grande de mirada oscura le abre la puerta con seriedad. Va vestido menos elegante que a la fiesta pero con una camisa arremangada de forma impecable. Paul Snyder. 

Que asiente al verla brevemente, dejando un hueco para que pueda pasar al interior.

- Hola.- Sonríe la chica sin saber muy bien que decir.

Sin embargo no la mira directamente si no que busca algo detrás de ella y Aria se siente tan incómoda que pasa dentro buscando el calor de la chimenea encendida donde arden algunos leños aún sin consumir.

- Luna Aria. Me alegro de verte.- Sonríe Alexa dentro, sentada junto al fuego con sus largas piernas cruzadas y el pelo perfectamente recogido en una trenza.

La peli blanca sonríe de vuelta y espera nerviosa de pie, cuando escucha a Paul cerrar la puerta tras ella y un escalofrío la recorre.

Quiere hablar sobre el proyecto de los pueblos agricultores. Evitar llegar a una enemistad que no beneficiará en nada a ambos países. No puede creerse que Treycia esté de acuerdo en asumir todas esas pérdidas.

Solo tratar de hacer su papel de Luna que tanto se empeña el lobo en quitarle.

- No ha venido.- La voz ronca del Alpha le suena extraña, casi como un reproche.

La sonrisa amplia en el rostro de la pelirroja se borra de golpe. Como si toda su fachada se derrumbara, dejando ver su verdadero rostro al fin. Uno no muy amistoso hacia Aria que de repente se siente atrapada y en peligro.

- ¿Dónde está Hunk?- La chica no responde aún en shock mientras Alexa se acerca a ella.- ¿En que parte de "os esperamos a los dos" no entendiste que debía venir el Alpha?

- Es por lo del proyecto de las montañas, ¿no?

- Alexa, la niña no es tan tonta como creíamos.- Se burla Paul acercándose también a ella.

Aria retrocede asustada, sintiéndose acechada por esos dos lobos. Se aparta todo lo que puede tratando de buscar una salida, pero su espalda choca contra la chimenea y sus piernas sienten el calor del fuego demasiado cerca. En la esquina opuesta de la pequeña cabaña.

- De todas formas nos servirá de cebo. El Alpha vendrá a por su Luna y seguiremos con el plan.- Resuelve la pelirroja con una sonrisa sádica.

Aria quiere decir que no funcionará, que está bastante segura de que el Alpha no vendrá a "rescatarla" pero sus palabras no salen. La puerta de salida de la cabaña está sin seguro pero demasiado lejos. Tendría que esquivar a dos depredadores y correr, lo más rápido y lejos posible.

Sus manos tantean una rama sobresaliente del montón ardiente justo cuando Paul se abalanza sobre ella. La pequeña humana consigue esquivarlo por los pelos y agradece las clases de defensa del Alpha.

Con rabia el hombre vuelve a atacarla pero esta vez es demasiado tarde para él. Con todas sus fuerzas consigue sacar el palo en llamas y atestarle un golpe en la cabeza tan fuerte que cae confuso al suelo durante unos segundos.

Aprovechando el momento de asombro en el que se encuentra Alexa, comienza a correr hacia la puerta. Se siente como en una pesadilla de esas que corres sin avanzar. Que tu destino está más y más lejos a cada paso que das. 

No es tan rápida como debería y la mano de la mujer, agarrando con fuerza su pelo, la hace caer de bruces lastimándose la frente y la nariz. Sintiendo un fuerte pitido en la sien por el golpe.

-  ¡Maldita! Necesitarán más que a una débil humana para parar nuestros planes. El Alpha de Uskad pagará por su osadía y morirá. Tendrás la suerte de ver como lo asesino antes de morir tu también.

Aria a penas la escucha, demasiado desesperada por salir de ese infierno. La rama ha rodado a escasos metros pero no puede llegar a ella por el fuerte agarre que le hace doler el cuero cabelludo.

Entonces comienza a forcejear, con manos y piernas, por su vida. Alexa ha de admitir que es más fuerte de lo que parece. Sobre todo cuando consigue darle en la rodilla y que suelte su agarre el tiempo suficiente como para que alcance la rama y la acerca lo suficientemente cerca de su cara como para tener que retroceder.

La loba se ve atemorizante iluminada por el rojo fuego y con los ojos brillando en odio. 

Las llamaradas dan calor a ambas, pero es Aria la que consigue tirar el arma empujando también a la mujer y correr hasta alcanzar la puerta. A la vez que la pelirroja se retuerce para apagar las llamas que han alcanzado su ropa.

Pronto la pequeña cabaña de madera arde y Alexa debe sacar a su hermano, aún semiinconsciente, a pesar de tener que dejar ir a la chica del pelo blanco que corre por su vida por el oscuro bosque con la luna como único testigo. Entre gruñidos se promete volver a dar con ella y acabar lo que empezaron.

Aria corre tratando de mantener el aliento. Un hilo de sangre corre por su frente por el golpe, sus manos están rasguñadas y un poco quemadas, pero nada importa. No cuando sabe que si se detiene podrían alcanzarla. Sería su fin.

Las ramas arañan sus piernas en cada paso que da y no se detiene ante los tétricos sonidos de los animales nocturnos ni del fuego consumiendo la cabaña como un gran montón de leña.

Debe llegar a casa. Llegar hasta Hunk y contarle que está en peligro. Que los hermanos Snyder pretenden quitarle el trono de la peor forma posible ya que no pueden ganarle en una guerra al país más sangriento y experto. Que pretenden asesinarlo.

Tiene que ir y sentir la seguridad que solo él parece poder transmitirle. 

Ya puede imaginarse su tono serio pero las caricias en su espalda. Sus dos ordenes rápidas a Edén que lo solucionarán todo. Luego ya discutirán, pero antes debe salvarle la vida.

Decidida y asustada no baja el ritmo hasta que divisa las luces de la enorme mansión rodeada de jardínes entre la negrura de la noche.

Solo unos metros más, solo unos metros más y conseguirá ayuda para Uskad.

Esperando a la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora