Capitulo 17

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Memorias del Lobo que mato a la abuela de la bruja de Caperuza Roja.
Por RUI
Capitulo 17

... Había una vez, un recuerdo...

- Mathiz! La abuela llamo al verla caminar tan alegremente con el joven.

- Abuela! Ella se sorprendió al verla pues no esperaba encontrarla en el pueblo pues a ella no le gustaba convivir con los humanos.

- Buenas tardes señora Eliska, soy Marack.

- ... No me interesa. Mathiz vamos a la casa, estoy cansada, necesito un baño y estoy hambrienta.

- Abuela...

- Andando! Eliska comenzó su regreso y sin otra opción Mathiz la siguió.

- Si. Marack te veo después.

- Claro.

Al llegar a su casa la abuela miró con detalle cada rincón.

- Sucede algo abuela?

- Solo quiero cerciorarme de que todo está igual.

- No cambie nada.

- Eso puedo notar. Bien, prepárame la tina con hierbas relajantes y prepara algo rico de comer.

- Si, enseguida.

Después de media hora la tina estaba lista para usarse, tenía flores y hierbas secas relajantes la cuales desprendían un aroma muy relajante.

- Ya está abuela.

- Si, ahora prepara la comida.

- Deseas algo en especial?

- No.... Mejor si, prepara sopa de habas y carne.

- Con gusto.

Eliska se metió a la bañera, su cuerpo quedo sumergido baja el agua haciendo que un poco escurriera mojando el piso.

- Así que ese era el humano que ha tomado el corazón de Mathiz... No esta mal, pero aún así, el amor es una enfermedad desagradable, sin embargo, eso me ayudara a sacarle el corazón a esa niña ingenua... - Eliska tomó una toalla de mano para pasarla por todo su cuerpo limpiandolo, con suaves movimientos. - El amor es un error, es una mentira, es un maldito sufrimiento, amar es morir en vida... Maldita seas Marock. Poco a poco los ojos de aquella bruja comenzaban a cerrarse pues el cansancio del viaje y el agua en su punto exacto la llevaron a sentirse soñolienta.

Una vez que sus ojos se cerraron por completo, un sueño que más bien fue un recuerdo, la llevó a lo que había sucedido hace varios inviernos.

Una joven Eliska caminaba por un sendero alejado de cualquier pueblo, el sol ya se había ocultado y la noche era fría pues comenzaba a entrar el invierno. Cansada por su larga caminata decidió hospedarse en el siguiente pueblo que encontrará, pero la suerte no estaba de su lado pues por más que caminaba aún no llegaba, cansada decidió parar. Ella se acomodo al pie de unos árboles y cerró los ojos quedándose dormida.

- Buenas noches. - Una voz varonil las hizo despertar de golpe. - Oh disculpe no quise asustarla.

- Cómo te atreves a importunar el sueño de una mujer.

- Lo lamento, yo la vi sola y pensé que tal vez necesitaría ayuda.

Eliska miró aquel hombre, era muy apuesto, tenía su rostro cuadrado, ojos cafés oscuro, cabello castaño, piel canela, brazos fuertes.

- Estoy bien, no necesito ayuda.

- Aún está muy lejos el siguiente pueblo y estos caminos pueden ser peligrosos.

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