Capitulo 33:

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María: ¿Judith?

Judith: No me lo creo.

María: ¿Qué pasa?

Judith: Me ha llamado...

Álvaro: Ei chicas, ¿de qué habláis tan apartadas?

Judith: De nada, María nos estaba contando algunas cosas sobre sus amigas de la ciudad.

Álvaro: Ah.

Judith me miró y comprendí que era un tema que no quería hablar delante de Álvaro, así que no dije nada. Miré hacia Mireya y la vi abrazada a Blas, se veían tan bien juntos. Se llevaban muy bien y cuando estaban juntos, los dos tenían sonrisitas de enamorados. Miré el móvil y lo tenía sin batería, genial.

María: ¿Tenéis hora?

Dani: Las doce y media.

María: ¡Mierda!

Dani: Se dice gracias.

María: Gracias.

Carlos: ¿Pasa algo?

María: Tengo que irme.

Dani: Te acompaño.

María: Puedo ir sola.

Carlos: ¿Adónde vas?

María: Al hospital a ver a mi abuelo.

Carlos: Está de camino a mi casa, si quieres vamos juntos.

María: Vale-le sonreí.

----Narra Dani----

No me lo podía creer, no me dejaba acompañarla porque podía ir sola y ¿Carlos si podía ir con ella? Vale, que Carlos la acompañara pero su abuelo me había pedido a MÍque la cuidara y eso pensaba hacer. Quisiera ella o no.

Dani: Lo siento, ¿nos vamos?

María: Voy a ir con Carlos, no hace falta que vengas tú también.

Dani: Lo siento, pero lo de antes no era una pregunta así que andando.

Carlos: Bueno, entonces yo me quedo un rato más.

María: Hasta luego chicos.

Todos: Adiós.

Fuimos todo el camino ella delante y yo detrás. Empecé a reírme, me parecía ridícula toda esta situación. Ayer no quería verla y hoy soy algo así como su guardaespaldas.

María: Si vas a reírte de mí, te vuelves a la plaza ¿vale?-me reí-.No entiendo te qué te ríes.

Dani: Nada, déjalo.

Me miró con cara de malas pulgas y aligeró el paso.

Dani: Por más que aligeres el paso no vas a lograr deshacerte de mí.

Se paró en seco y me miró de frente.

María: ¿Por qué? ¿No piensas dejarme en paz?

Dani: Lo siento, pero he hecho una promesa y no puedo romperla.

María: ¿A quién le has hecho esa promesa?

Dani: Lo siento, pero no puedo decírtelo.

María: Idiota.

Dani: Pero reconoce que te gusto hasta idiota.

María: ¿De qué vas?

Estallé en carcajadas, había conseguido enfadarla. Me encantaba la cara que ponía, parecía una niña.

Cuando Menos Piensas Sale el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora