----Narra Dani----
Dani: Es que sé que voy un poco tarde, pero mejor tarde que nunca ¿no?
María: Supongo.
Dani: Pues toma-le tendí una cajita y una bolsa con unos sobres.
María: ¿Qué es?
Dani: Ábrelo.
Abrió la cajita y me miró.
María: ¿Y esto por qué es?
Dani: Por tu cumpleaños.
María: Pero si ya ha pasado un mes.
Dani: Por eso he dicho lo de mejor tarde que nunca.
María: Tonto, no hacía falta que me regalaras nada. Con verte sonreír todos los días, me basta-me abrazó.
Dani: Pero a mí no y no me discutas que sabes que siempre gano yo.
María: Tonto.
Dani: Creo que tú tienes la culpa de que sea un tonto.
María: ¿Yo?
Dani: Sí, tú. Porque cuando estoy contigo solo puedo pensar en una cosa, en ti.
María: Dani, ¿por qué siempre tienes que ser tan perfecto?
Dani: ¿Hace falta que te lo diga otra vez?
María: No, prefiero no enfadarme contigo.
Dani: Pues saca el regalo o pensaré que no te gusta.
Abrió la cajita y sacó el colgante.
María: Tiene nuestros nombres.
Dani: Sí, para que sepas no me pienso separar de ti.
María: ¡Te quiero!-me abrazó.
Dani: Lo otro mejor ábrelo en tu casa.
María: ¿Por qué? ¿Y estos sobres?
Dani: Son las cartas que te escribí cuando te fuiste. A lo mejor no entiendes la letra, con seis años no escribía muy bien. También hay cartas siendo más grande, nunca me olvidé de ti.
María: Entonces, ¿llevas esperándome desde que me fui?
Dani: Siempre pensé que ibas a volver y no me equivoqué, siempre cumples tus promesas.
María: Es verdad, con seis años te prometí que volvería y que...-se sonrojó.
Dani: ¿Qué?
María: Nada.
Dani: Te has puesto roja, ahora me lo dices.
María: También te prometí que cuando volviera nos casaríamos. Lo que hace tener seis años y un mejor amigo chico.
Dani: Pues yo me lo tomé enserio y se lo dije a mis amigos, pero ellos no me creían.
María: Normal, ¿quién le cree a un niño?
Dani: Nadie, pero a un adulto sí.
María: ¿Qué quieres decir?
Dani: Pues que te prometo que siempre te voy a querer y nunca te voy a olvidar ni a dejar por nada ni por nadie. Te quiero demasiado.
María: Y yo a ti.
La besé. Estuvimos un rato abrazados nos queríamos y nos llevábamos prometiendo ese amor desde que éramos niños.
Al rato, la acompañé a casa de sus abuelos porque tenía que coger ropa limpia y después se iría. Yo me fui a mi habitación y me puse a pensar en todo lo que había sucedido en tan poco tiempo.
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Cuando Menos Piensas Sale el Sol
FanfictionQuizá y solo quizá, no todo en la vida sean cambios malos. También hay cambios buenos y gente que cambian tu vida para bien, ¿no? Terminada.