----Narra Mireya----
Nos pusimos a escuchar música y el pavo un rato, al poco tiempo le llegó un mensaje a María.
María: Es Dani, dice que lo averiguará.
Judith: ¿Por qué no llamas a Mayte y te aseguras?
María: Es que si se entera de que lo sé matará a Valen y después Valen a mí.
Ana: Pero es mejor que sepa la verdad.
Mireya: Ana tiene razón, habla con las dos. Será lo mejor.
María: Sí. ¿Vamos mirando la peli que vamos a ver?
Judith: De miedo no, por favor.
Mireya: ¡Una romántica!
María: ¡Sí!
Judith: No, mejor una de risa.
Mireya: Jo, yo quiero una de amor.
María: Yo también, ¿Ana tú qué prefieres?
Ana: A mí me da igual.
María: Eso no vale, dime alguna película que te guste.
Ana: En realidad me da igual que sean de miedo, de amor o de risa. Mientras sea interesante-María y yo la miramos mal-.Mejor será que veamos una de risa. Lo digo por vuestra amiga.
Miramos a Judith.
María: Vale, una de risa. ¿Cuál?
Mireya: ¿Cuáles tienes?
Nos pusimos a mirar las películas que tenía y al poco rato llegaron los chicos. Abrí yo. Abracé y besé a Blas, entramos dentro obligados por David y me senté en el sofá con Blas. Nos pusimos a hablar. Carlos y Ana estaban sentados en otro sofá hablando, Dani y María se habían ido a la cocina, David estaba algo pensativo y Judith no paraba de pasar de Álvaro. No la comprendía, si lo quería no debería haberse comportado así con él.
Álvaro: ¿Me volverás a mirar a los ojos algún día?
Judith: No sé.
Álvaro: ¿Todavía me quieres?
Judith: No sé.
Álvaro: ¿Hay algo que sepas?
Judith: Que eres un pesado.
Me hubiera gustado que ya estuvieran bien.
Blas: ¿Te pasa algo amor?
Mireya: Me gustaría que encerraran a esos dos en una habitación y que no les dejaran salir hasta que se perdonaran-señalé a Judith y Álvaro.
Blas: Es una buena idea, ¿lo hacemos?
Mireya: ¿Cómo?
Blas me sonrió y me lo contó al oído para que nadie escuchara. Le sonreí y miré a Judith que empezaba a cansarse de Álvaro.
Mireya: Judith, ¿puedes ir a por mi móvil? Me lo he dejado en el cuarto de María.
Judith: Vale.
Me miró como dándome las gracias y me dio un poco de pena, porque después se mosquearía conmigo. Miramos a Álvaro y él captó enseguida que tenía que ir detrás de Judith. Cuando entraron los dos a la habitación, Blas y yo nos levantamos y cerramos la puerta. Suerte que tenía llave. Se escuchó un grito de Judith y después como alguien pegaba en la puerta. También se escuchaban unas risas. María y Dani salieron de la cocina y le contamos lo que habíamos hecho, después nos sentamos en el salón y nos pusimos a hablar. Al rato, se escuchó un porrazo.
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Cuando Menos Piensas Sale el Sol
Hayran KurguQuizá y solo quizá, no todo en la vida sean cambios malos. También hay cambios buenos y gente que cambian tu vida para bien, ¿no? Terminada.