Capítulo 19

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Narra Ana…

Estaba agotada, mi cuerpo estaba ten cansado que me dolía cada musculo mis ojos apenas pudieron adaptarse a la poca luz que había en este maldito lugar, Minho me ayudo a sentarme contra la pared, pero mis orejas notaron el leve suspiro que vino de las puertas.

- Thomas… - mi voz era un susurro apenas, pero tenía que recuperarme lo suficiente para poder cambiar de nuevo.

- Genial, como si no tuviéramos ya problemas – Minho miro mal a Thomas que se acercó a mirar a Alby, - Es un suicidio lo que acabas de hacer –

- ¿Qué le paso? – pregunto mirando el golpe de la cabeza de quien era un padre para mí.

- Tu qué crees novato – llame su atención y el me miro tratando de parar el sangrado de mi pierna, - Estaré bien, necesito cambiar de nuevo –

- Estas perdiendo sangre y estas cansada – Minho me abrazo sabía que ambos estábamos asustados, - Pero solo así podrás mantenerte a salvo –

Minho dijo que debíamos irnos, y tenía razón mis orejas podrían estar aturdidas, pero aun posea sentir las vibraciones que las patas de esos horribles seres hacían, pero la insistencia de Thomas por esconder a Alby acabo con la poca paciencia de Minho.

- Minho no podemos dejar a mi papa aquí…por favor – pedí mirándolo con ojos de cachorro que ninguno resistía.

Fue así que entre los tres logramos esconderlo a dos pasillos de las puertas usando lianas para mantenerlo en el aire lejos de la vista y el poco olfato que los penitentes tenían.

Pero antes de que pudiera terminar de atarlo a una raíz, mis orejas se movieron hacia el sonido metálico golpeando contra el suelo.

- Ana debemos irnos – Minho tomo mi mano, pero si estábamos juntos nos encontrarían más rápido, - Escúchame, nos separaremos cambia de forma y mantente cerca de las puertas – dejo un beso en mi frente antes de huir por el pasillo dejándonos solos.

- Nos abandonó chino cobarde – mire mal a Thomas por su comentario, cuando salimos de nuestro escondiste.

- No todos tenemos un instinto suicida como nosotros Thomas – dije cambiando mi forma frente a los ojos asombrados de Thomas.

Increíble, ¿le dolerá?

Mire a Thomas con los ojos abiertos, solo Newt, Minho y Alby podían escucharme de esta manera cuando estaba en esta forma y que Thomas lo hiciera era sin duda sorprendente.

Thomas… ¿me escuchas?

Pregunte acercando mi cabeza más hasta que su mano termino entre mis orejas, el me miro abriendo los ojos y solo asintió con la cabeza ambos decidimos que hablaremos de esto más tarde ahora nuestras vidas estaban en peligro.

Antes de irnos me restregué contra la pared donde Alby estaba, con los años había descubierto que los Penitentes no se acercaban a lugares donde mi olor se encontraba cuando estaba en esta forma.

Caminamos por tres pasillos, pero Thomas se detuvo cuando piso algo viscosos mi nariz lo reconoció y no pude evitar ruñir con molestia, antes que alguno se moviera un Penitente cayo frente a nosotros rugiendo molesto.

Sin dudarlo me interpuse cuando quiso atacar a Thomas, y una fuerte pelea se presentó entre los dos, arañazos, mordiscos era lo que ambos teníamos en el cuerpo, miré a Thomas cuando corrí delante de él pensando que me seguiría, pero estaba congelado en su lugar.

¡Thomas, larcho idiota corre!

Si dudarlo corrió en mi dirección con el Penitente detrás de él, dejé que él se fuera mientras yo detenía a la viscosa criatura obligándola a seguirme, no supe cuánto paso hasta que lo perdí.

Pero aun así no me detuve, tenía que encontrar a Minho y a Thomas, pero mis orejas captaron el fuerte grito de Thomas y sin dudarlo lo seguí encontrándome con el cayendo desde un muro con el Penitente.

Cuando ambos tocaron el piso, con mis patas saque a Thomas y ambos corrimos antes de que esa cosa se levantara, aunque esperaba que no lo hiciera.

¡Ana!, ¿Dónde estás?

¡Minho, ¿estás bien?!

Mi nariz buscaba el olor de mi amigo y mis orejas sus pisadas y no estaba lejos, empuje con mi nariz a Thomas pidiéndole me siguiera y después de dos pasillos Minho choco con él.

- ¿Qué te paso?, ¿Por qué estas sangrado más que antes? – Minho pregunto acercando mi cabeza a sus ojos y mirando mis heridas.

Pero antes de contestarle otro de esos monstruos nos encontró, jamás había visto tantos penitentes y ya estaba cansada de ver de estas cosas, gruñí con fuerza asiéndole saber que tenía que pasar por mi antes de tocarlos.

Corrí de tras de ellos Minho dijo que podríamos perderlo en su sección, pero esa cosa se negaba a dejarnos las cosas fáciles tuve que regresar a mi forma normal para poder correr por el estrecho pasillo, pero Thomas espero hasta que estuviera más cerca para correr hasta nosotros y lo último que vi fue una nueve de humo levantándose cuando las puertas se cerraron.

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