. Ana
Desperté desorientada, estaba recostada en una cama y al parecer en una cabañita desconocida, con cuidado me puse de pie y examine todo con cuidado, el acercarme a una especie de armario pude ver un espejo, con cuidado me acerque curiosa de verme ya que sentía que no me conocía y sentía que eso tenia que ver con el echo de no recordar nada mas que mi nombre, al estar frente al espejo pegue un pequeño brinco cuando vi lo que parecían ser mis orejas… pero estas eran parecidas a las de los perros pero mas esponjosas, mire mi rostro y mis ojos eran de un verde precioso aunque lo diga yo misma, y pude distinguir dos franjas en mi nariz, extrañada di otro salto cuando sentí movimiento detrás de mi me di la vuelta buscando pero mi sorpresa fue cuando distinguí una hermosa cola esponjosa que al parecer me pertenecía.
Esto se estaba poniendo extraño, no sabia donde estaba y por mas que buscaba en mi mente no recordaba nada, y creo que el tener cola y orejas no ayudaba mucho con lo asustada y confundida que estaba.
Armándome de valor salí de la cabaña esperando encontrarme a alguien que me explicara que estaba pasando, pero el lugar parecía vacío, pero sabia que no estaba solo porque podía escuchar voces a la distancia y sentía el olor de varias personas en el lugar, y lo raro es que solo sentía olor masculino no había ni rastro de olor femenino. Caminé unos pasos hacia el sonido de las voces en cuanto estuve lo suficientemente cerca, pude escuchar mejor las voces y como lo sospechaba solamente eran masculinas, cuanto entendí que era la única chica entre en pánico, no sabia donde esta, no recordaba nada y encima parece que estoy encerrada aquí con puros hombres desconocidos.
Asustada retrocedí esperando no me escucharan, pero sin querer termine empujando unas tablas que hicieron bastante ruido, puede escuchar una puerta abrirse y decidí correr en dirección al bosque tratando de esconderme, mire a mis espaldas y pude ver como alrededor de 15 chicos me seguían, corrí hasta lo profundo del áspero bosque y trepe al primer árbol que encontré con suficientes ramas como para esconderme.
Pude ver como varias de ellos pasaban corriendo buscándome y pidiendo que volviera y que no me lastimarían, pero… ¿cómo se confía en una manada de chicos que ni siquiera conoces?, cuando deje de escucharlos cerca, baje con cuidado y para mi sorpresa caí sin hacer ruido, camine con cuidado escuchando a mi alrededor, cuando sentí como choque con algo me tense, lentamente me día la vuelta Encontrándome con un tipo alto y con unas cejas algo peculiares.
- Tranquilízate ¿esta bien?, no voy a lastimarte – dijo en un tono tranquilo.
Cuando trato de acercarse retrocedí asustada, mientras tomaba un palo que estaba por ahí, el evento las manos en señal de paz.
- No voy a lastimarte, ninguno lo hará solo queremos ayudarte, ¿recuerdas tu nombre? – cuestiono.
Yo solo negué con la cabeza, no pensaba decir una palabra hasta saber dónde y por qué estaba encerrada aquí con puros adolescentes.
- Es normal, a todos nos pasó, solo calmante y vamos con los demás para explicarte todo ¿de acuerdo? – pregunto mientras señalaba la salida del bosque.
Asentí mientras bajaba el palo que sostenía, tenía una idea, pero para eso tenia que aparentar estar tranquila, aunque por dentro pareciera una hoja, el chico solo asintió y comenzó a caminar yo lo seguí unos pasos antes de tomar con fuerza el palo y golpearlo en la cabeza tratando de no aplicar demasiada fuerza.
Cuando el chico quedo inconsciente con su cinturón logré al menos amarrarlo de las manos al tronco de un árbol, no se si fue por la adrenalina o por la extraña sensación de confianza que me invadió en ese momento que decidí salir del bosque Encontrándome con barios chicos buscando en lo alrededores cercanos, en cuando me vieron ninguno dijo nada… claro ¿que se piensa cuando vez a una chica con orejas y cola?
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La protectora
FanfictionElla los protegió, y ahora ellos deberán protegerla a ella de una muerte que la persigue.