Serendipia

Capítulo 7

N/A: Buenas, quería aprovechar la publicación de este capitulo para hablar rápidamente del 8M.

Hoy es 8 de marzo y quería que recordemos una vez más a todas esas mujeres que día a día luchan, este día es importante porque nos da voz, porque es importante gritar y no quedarnos más calladas.

Porque nosotras seamos ese lugar seguro al que otra pueda recurrir cuando lo necesite. Por favor sigan luchando, no se queden calladas, hagan todo el ruido que puedan y no dejen nunca que se olviden de las que ya no están.
Si podemos salgamos a la calle hoy y si no pueden no importa, hagan... hagamos ruido desde donde estamos, usemos las redes, usemos los colores que nos representan pero no nos quedemos más calladas.

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Narra Flavia 

Miré a Javiera durante unos cuantos minutos, no quería molestarla solo esperar a que se tranquilizara. 

– ¿Estás bien? 

– Si, perdona 

– ¿Tú y Merino se conocen?, perdona que pregunte pero noté que te incomodo su presencia 

– No nos conocemos en si, el suele ir a la cafetería y varias veces me pidió salir 

– ¿Saliste con él? 

– No, pero ya no se como decirle que no quiero nada con él, ni siquiera salir 

– Entiendo– me quedé unos segundos en silencio antes de decidirme por hablar– dile que estas conmigo 

– ¿Qué? 

– Merino trabaja hace años en esta empresa y sabe que conmigo no debe meterse, dile que estamos juntas para que te deje de molestar 

– ¿Crees que funcionará? 

– Te lo aseguro 

– Gracias– ella sonrió de forma tranquila, de alguna forma le había dado un escape a su problema con Merino 

– Si sigue molestandote dímelo por favor 

– Lo prometo– me paré y le indiqué que me siguiera– ¿a donde estamos yendo? 

– Solo ven 

Salimos de la oficina, a unos pocos pasos tras una puerta de vidrio estaba la terraza en la que solía tomarme unos momentos para mi, pero quería compartirlo con ella. 

– Wow– se acercó al barandal apreciando la vista– que lindo lugar, se respira mucha tranquilidad 

– Me gusta estar aquí, aunque está cerca de la oficina me ayuda a despejarme 

– Siempre es bueno tener un  lugar para despejarse 

– ¿Puedo preguntarte algo? 

– Claro– giro para quedar de frente a mi pero siguió apoyada en el barandal

– ¿Por qué tú y esa chica terminaron? 

– Maira y yo estuvimos juntas casi 5 años, me apoyó mucho con mi música, creí que estábamos bien no lo sé, fui tonta

– ¿Qué pasó? 

– Ella me engaño en nuestro departamento, salí antes de la cafetería y cuando llegué la encontré con esa chica 

– Oh… lo siento 

– Tranquila yo se que ya no siento nada por ella, pero ahora insiste en que hablemos 

– Y tú no quieres 

– Ella quiso que sigamos juntas pero yo no pude, no confiaba en ella y creo que es una de las cosas principales en una relación, la confianza 

Narra Javiera 

Hace mucho tiempo no me sentía cómoda hablando sobre lo que había sido mi relación con Maira, pero Flavia me daba esa confianza para poder hablar con libertad. 

– ¿Tú has estado en una relación últimamente? 

– Hace un tiempo mi relación terminó

– Puedo preguntar… ¿Qué pasó? 

– Ella se enamoro de alguien más, cuando llegue a nuestra casa me dijo que quería hablar, me dijo que hacía algún tiempo estaba con alguien más Y que ella quería que esa relación fuera en serio 

– Eso debió ser duro 

– Lo fue, estuvimos varios años juntas pero me tocó aceptarlo 

– Por lo visto no nos ha ido bien en el amor a ninguna

– Tienes razón 

Hablamos durante un rato, realmente estaba cómoda con ella y Flavia también se veía igual. 

– Oye perdona pero ya tengo que irme 

– Claro, deja que te lleve 

– No quiero molestarte con ello 

– No me molestas Javiera, eres una gran compañía para mi 

– Tu también eres una gran compañía

– ¿Vamos?– asentí y volvimos al interior de la empresa 

En cuanto subimos al auto le di la dirección de mi departamento a Flavia. Realmente nunca pensé que cuando me dieron ese número de celular terminaría volviéndome amiga de su dueña, deje escapar una risa. 

– ¿Qué pasa? 

– Creo que debo agradecerle a tu hermano por darme tu número 

– Yo igual, gracias por no mandarme a la cresta 

– No podría, me caes bien

– ¿Qué canciones presentaste hoy? 

– Dos son mías y una era de mi mamá, la escribió para mi cuando cumpli mi primer año 

– Eso es muy lindo 

– Se que ella estaría feliz de ello, lástima que él se lo impidió

– ¿Qué…– mire por la ventanilla y noté que habíamos llegado 

– Debo irme, luego hablamos– tomé mis hojas– gracias por todo, fue un gran día– deje un beso en su mejilla y baje