Capítulo 12

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Narra Flavia

En cuanto Javiera terminó su canción me miró a los ojos, esos hermosos ojos verdes que me llevaban a otro mundo, tome su guitarra y la deje a un lado nuestro, ella me miraba algo intrigada pero estaba segura de lo que quería.

Tiré de sus manos pegandola más a mi, por favor me estaba volviendo loca por Javiera. Sus mejillas estaban tomando un leve color rosa y sus labios ligeramente abiertos me llamaban.

– ¿Puedo besarte?
– ¿Realmente quieres hacerlo?
– Quiero, ¿me dejarías hacerlo?– no dijo nada solo puso una mano en mi cuello y me pegó más a ella, uniendo nuestros labios.

Sus labios eran suaves y tenían un ligero sabor del vino que estábamos tomando, lleve una de mis manos a su cintura quería pegarla lo más posible a mi.
Podía perderme en sus labios el tiempo que fuera necesario, no estaba siendo un beso brusco, era tranquilo y pausado, todo a su lado parecía hacer que el tiempo se detuviera. 

Tuvimos que separarnos cuando el aire empezó a faltarnos, pegue mi frente a la suya, ambas estábamos sonriendo y quería seguir así todo el tiempo pero mi celular sonó, lo tomé y vi que era una llamada de mi hermana.

– Tengo que contestar
– Está bien– Javiera se paró y guardó su guitarra mientras yo me senté en el sillón para hablar con Teresa.

*Llamada*

– Tere, ¿pasó algo?
– ¿Pudiste hablar con Javiera?
– Si
– Oye perdona, se que me pediste que respetará que tu e Isi estén separadas pero ella es mi amiga
– Y yo soy tu hermana– Javiera volvió a la sala y se sentó al lado mío
– Fla…
– Después hablamos Tere

*Fin de la llamada*

Las dos nos quedamos en silencio unos minutos.

– ¿Estás bien?
– Si, solo es mi hermana
– ¿Qué pasó?
– Dice que tengo que entenderla porque Isidora es su amiga
– ¿Tú y ella no son unidas?
– Poco, después de que nació Emiliano me centre en protegerlo y creo que eso nos separó más
– Oh…– ella me miró unos segundos– ¿que va a pasar ahora?
– ¿Con que?
– Con nosotras
– No se
– No quiero afectar aún más tu relación con tu hermana
– Tengo que hablar con Tere, entiendo que ella e Isidora sean amigas pero es mi hermana y la necesito a mi lado– se limitó a asentir

Esa era la verdad, tendría que hablar con Teresa y explicarle que lo que yo quería era estar con Javiera.

– Tengo que irme
– Esta bien
– Mañana pasaré a verte en la cafetería– deje un beso en su mejilla y salí.

Narra Javiera

Después de ver a Flavia salir de mi departamento me quedé pensando, nos habíamos besado, no me arrepiento de ello pero ahora tendrá que hablar con su hermana y las cosas pueden salir mal.

Llegué a la cafetería y empecé a limpiar las mesas, algunos clientes entraban a comprar y se iban, ya era rutina en la mañana pasaban por un café e iban a sus trabajos.

Escuché la campanilla de la puerta cuando se abrió, gire y vi a Teresa, se acercó más y se quedó parada mirándome.

– Señorita Betancourt, ¿quiere que le sirva algo para tomar?
– Hola Javiera, me gustaría que hablemos– la miré durante unos segundos y asentí
– Esta bien, ven– caminamos hasta una mesa donde le indique que se sentara, la imite quedando enfrentadas– Dime
– Quería pedirte perdón por como te trate ayer, estuve pensando toda la noche y me di cuenta de que fui una idiota, lo único que a mi me importa es que mi hermana sea feliz
– Te entiendo
– ¿De verdad?
– Flavia me dijo que tu e Isidora eran unidas mientras ellas estaban juntas, así que entiendo que yo no te caigo bien
– ¿Puedo pedirte algo?– asentí esperando ya cualquier cosa de ella– No quiero que tengas una relación con mi hermana, sean amigas pero no más que eso por favor
– Yo…
– Flavia tiene que volver con Isidora, ella va a hacerla feliz de nuevo– Teresa no me estaba dando muchas opciones, lo que menos me gustaría es meterme en su relación de hermana
– Creo que deberías hablar con Flavia, lo que menos quiero es meterme en su relación, son hermanas y eso es más importante que cualquier cosa
– Gracias Javiera– sonreí mientras me levantaba de la mesa– ¿Puedo pedirte dos cafés?, quiero ir a hablar con Flavia, dos cortados por favor
– Claro, ya te los preparo

Preparé los dos cafés, se los di, Teresa salió de la cafetería y poco después vi entrar a Merino.

– Señorita Cáceres
– Señor Merino
– Ahora que estás con mi jefa ¿puedo pedirte café o necesito permiso de la señora Betancourt?
– ¿Lo mismo de siempre?
– ¿Y tal vez puedas incluir una cita?– intentó agarrarme del brazo pero me corrí
– No quiero nada con usted Merino, permiso

Volví a mi lugar detrás de la barra, en algún momento tendría que hablar con Flavia sobre él, con Teresa haciendo hasta lo imposible porque Isidora vuelva con su hermana no íbamos a lograr seguir con esa mentira mucho más.

Termine de preparar el café y se lo lleve a Merino hasta su mesa, cuando estaba por volver a alejarme sentí que él apretaba mi muslo, volví sobre mis pasos y me incline solo para que fuera el único en escucharme.

– Linda falda– pasó su vista por mi cuerpo
– No te atrevas a volver a tocarme o te aseguro que será lo último que hagas con esas manos
– ¿Me está amenazando señorita Cáceres?
– Yo no amenazo, yo advierto– me incorpore y me aleje un poco– disfrute su café Merino

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora