Capítulo 28

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Narra Javiera

Flavia estaba un poco más tranquila pero todavía tenía algunas pequeñas lágrimas que caían por su cara,  acaricie sus mejillas para secarlas y le sonreí.

– Linda

– Gracias por venir– la atraje de nuevo a mi lado– todo esta siendo tan difícil

– Lo se– deje un beso en su cabeza– tranquila

Nos quedamos un rato así, solamente sosteniendola, no había forma de que volviera a dejarla irse, no sin pelear por lo menos.

– Así que…– me separe despacio de ella y caminé hasta el barandal, me apoyé de espaldas a ésta de forma que pudiera mirarla a la cara mientras hablábamos– supe que has estado teniendo días malos

– Si, creo que fueron muchas cosas– se acomodó en el sillón y dejó caer su cabeza hacia atrás– tuve mucho miedo de que te pasara algo por lo del accidente– de pronto se incorporó y me miro– perdona, ni siquiera te pregunte como estas llevando lo de Mariela

– Como puedo… la verdad, la extraño, era mi mejor amiga

– Entiendo, te vi el otro día en la presentación del bar

– Lo se, Emiliano me lo dijo– Flavia también se levantó del sillón y caminó hasta mi lado, se apoyó en el barandal mirando hacia la calle

Las dos nos quedamos en silencio unos cuantos minutos, no era incómodo, aún después de tres años estar a su lado me tranquilizaba, escuchaba su respiración lenta y el repiqueteo de sus uñas en los fierros.

– Gracias por la guitarra, pero no debiste hacerlo

– Quería hacerlo, se cuanto significaba la que tenias y aunque no puedo reemplazar el regalo de tu madre, intenté compensarlo

– Bueno, ahora tengo un regalo tuyo– ella me miró sonriendo– ¿tú e Isidora… siguen juntas?

– No, no se porque volví con ella… bueno si, lo hice para cabrearte

– ¿Para cabrearme?

– Fue después de que me dijiste que nos conocíamos poco y ella se presentó aquí con la idea de volver, entonces dije si para cabrearte y demostrar que tenías razón, nos conocíamos poco

– Y aun seguimos sin conocernos– recordé lo que le había dicho la última vez que habíamos hablado antes de separarnos– la otra vida nos volvió a cruzar– extendí una de mis manos a ella, ofreciéndole un pacto– ¿qué dices si te propongo conocernos más?

– Hagámoslo– tomó mi mano aceptando la idea– te invitó a cenar esta noche Cáceres

– Me parece bien Betancourt

Hablamos por unos cuantos minutos más hasta que decidí que tenía que volver a mi casa y Flavia se ofreció a llevarme, el viaje en auto fue tranquilo y en silencio, cuando llegamos a mi casa estaba por bajar cuando ella habló.

– Paso por ti a las 19:30, ponte más hermosa de lo que eres

– Tu también ponte guapa para mi– sonreí y baje de su auto

Después de que Flavia se fue, entré en mi casa, estuve un rato preparándome cuando alguien golpeo la puerta, me acerqué y cuando abrí.

– Perdóname Javi

– Maira, ¿qué haces aquí?

– Perdóname por favor

– ¿De qué hablas?

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora