Narra Javiera
Emiliano insistió en que por lo menos debíamos ir a cenar todos juntos para celebrar la gaviota de oro, quise negarme pero terminé aceptando al ver la ilusión de Flavia por ir.
Después de cenar subimos a nuestras habitaciones, Flavia entró directamente al baño para tomar una ducha mientras que yo revisaba un poco mis redes sociales, leyendo los mensajes de las personas felices porque gané el premio.
El sonido de la puerta del baño abriéndose me hace saber que es mi turno para ducharme, dejo mi celular cargando y cuando alzó la vista, mi hermosa pelirroja lleva solamente una bata blanca y con la toalla seca un poco su pelo tratando de no dejar un rastro de agua en toda la habitación.– Mientras tomas una ducha, voy a pedir que nos traigan un buen vino para brindar
– Mi amor, ¿no crees que ya es tarde?
– Todavía tenemos que brindar nosotras dos
– Está bien– agarre mis cosas, me acerque a Flavia y deje un pequeño beso en sus labios antes de entrar al baño.
Dejó que el agua me relaje por unos cuantos minutos, cuando por fin me decidí a salir me envolví en mi bata de algodón, seque un poco mi pelo dejando que se formen unas pequeñas ondas naturales, antes de abandonar el calor del baño.
Flavia está parada en el balcón de la habitación, tiene dos copas en mano y camina despacio hacia mi.– Ten– tiende una de las dos copas para que la agarre
– Gracias mi amor– caminamos hacia el balcón, me quedo apoyada en el barandal, mientras que ella me encierra con sus brazos, ambas dejamos las copas sobre la baranda
– Estoy tan orgullosa de ti mi morena, esa presentación fue magnífica
– Gracias– acaricie su mejilla unos segundos– eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, quiero que brindemos– agarre mi copa y ella me imito– brindo por nosotras
– Antes...– se separó un poco más de mí, la veo tomar algo de sus bolsillos pero no logro distinguir que es, vuelvo mi vista a sus ojos, puedo notar que esta algo nerviosa por lo que instintivamente acaricio su mejilla para calmarla – estos meses juntas me hizo darme cuenta de muchas cosas, estoy enamorada de ti, de quien eres, amo la forma en la que todos los días te esfuerzas por conseguir lo que quieres, me quieres, me cuidas y me respetas, nunca antes había sentido tanto por alguien, quiero un futuro a tu lado por eso, Ingrid Javiera Cáceres, ¿te quieres casar conmigo?
Flavia me mira sosteniendo la cajita de terciopelo dejándome ver un anillo dentro, vuelvo a mirarla, sus ojos tienen un pequeño brillo mientras espera mi respuesta; se que sigo viendo a la misma mujer de la que me enamoré hace ya casi cuatro años y a la que una vez perdí, pero que ahora está aquí preguntando si me casaría con ella.
– Si, me quiero casar contigo Betancourt– vuelvo a dejar la copa a un lado y tomó su cara en mis manos– eres lo que más quiero en mi vida y quiero que estemos juntas todo lo que podamos y no me importa si me das 10 minutos, un mes, un año o toda la vida pero quiero tomar cada momento que me des a tu lado
Flavia pasa sus manos en mi cintura y une nuestros labios por unos segundos, cuando nos separamos ella desliza el anillo en mi dedo.
– Te amo mi morena
– Te amo Betancourt– vuelvo a tomar sus labios en los mios, caminamos torpemente hacia la cama donde ambas caemos.
Sin esperar mucho tiempo ella quita la bata que cubre mi cuerpo y yo la imitó, pasó mis uñas con un poco de fuerza en su espalda dejando marcado el camino desde su espalda baja a su nuca donde enredó los dedos en su pelo. Sus labios se dirigen de forma hambrienta a mi cuello donde estoy más que segura que deja una marca.

ESTÁS LEYENDO
Serendipia
FanfictionSerendipia: Descubrimiento o hallazgo afortunado, valioso e inesperado que se produce de manera accidental, casual o por destino, o cuando se está buscando una cosa distinta.