Capítulo 22

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Narra Javiera

Subimos al auto con Mariela y ella arrancó, le escribí a Oscar para avisarle que ya habíamos salido; nos había dejado volver en el auto desde Valparaíso con la promesa de que íbamos a llegar a tiempo a Santiago para el último show de la gira, teníamos poco más de una hora de viaje por lo que no debía ser muy difícil cumplir con el horario.

– Vamos Cáceres deja de estar revisando tus redes sociales y pon algo de música– la miré frunciendo el ceño– ya se que estas revisando las redes
– Bien– conecte mi celular al auto y puse una playlist

Avanzamos por unos cuantos minutos en completo silencio, apoyé mi cabeza en el respaldo del asiento y cerré los ojos intentando dormir.

– Oye, hay algo que en estos tres años nunca te pregunté
– ¿Qué cosa?– seguía sin abrir los ojos
– ¿Por qué tú y Flavia no se quedaron juntas hace 3 años?
– ¿De qué hablas?
– Hablo de que yo las vi besarse hace 3 años
– ¿Qué tú que?– me incorpore en el asiento, agarre mi celular y pare la música, estoy segura de que escuche mal lo que dijo
– Eso, las vi… besarse
– ¡Mierda!, no debiste ver eso
– ¿Por qué?, se veían muy lindas, ardientes diría yo
– Mariela por favor
– Oh vamos
– Bien– me resigno a intentar lograr que olvide lo que vio hace tres años– ¿que quieres saber?
– Ya te dije, ¿qué impidió que estuvieran juntas?
– Muchas cosas– elijo quedarme en silencio unos segundos
– Vas a hablar conmigo ahora– pellizco mi brazo para que le prestara atención
– ¿Es en serio?
– Claro, tu y yo sabemos que a partir de nuestra llegada a Santiago vas a volver a cruzarte con Flavia y nunca me dirás que paso hace tres años

Vuelvo a quedarme callada, esta vez porque sé que ella tiene razón. Pase casi 10 minutos en silencio sin preocuparme porque Mariela se enojara conmigo, ella me tenía paciencia, me entretuve durante esos minutos viendo las nubes pasar sobre nosotras y recordando el último beso con Flavia.

Anhelaba poder besarla otra vez, sentirme segura en sus brazos, ¿cómo podía amarla tanto en tan poco tiempo?, solo bastaron unos días para que ella pusiera mi mundo de cabeza, aun agradezco que Emiliano me diera su número. Volví a mirar a Mariela, quien esperaba pacientemente a que hablara.

– Yo me enamore de ella en muy poco tiempo, nos conocimos y supe que ella sería alguien importante para mí, nos volvimos amigas, conocí a su familia y no le caí bien a su hermana
– ¿La novia de Gonzalo?– asentí
– Luego de eso nos besamos, pero al día siguiente le dije que no podíamos estar juntas porque no nos conocíamos, aunque en eso también influyó Teresa, ella me pidió que me alejara de Flavia
– ¿Se lo dijiste?
– ¿A Flavia?– asintió sin mirarme concentrada en la ruta– no, no iba a meterme en su relación de hermanas, si se lo decía se que hubiera enfurecido, pero  mi idea era seguir conociéndonos y en algún momento ser algo más
– Pero…
– Ella volvió con su ex y luego ese día, le dije lo que sentía ahí fue cuando nos viste
– ¿Entonces se besaron cuando ella estaba en pareja?
– Si– Mariela me miró por unos cuantos segundos
– Oh mierda– Seguimos avanzando por unos cuantos kilómetros en silencio– ¿y ahora qué sientes?
– No se

Mariela tomó mi mano unos segundos dándome apoyo, los últimos tres años se había vuelto mi confidente en todos los sentidos.

Al poco tiempo de empezar la gira habíamos intentado tener una relación como pareja, estuvimos dos meses juntas pero nos dimos cuenta que no funcionabamos de esa manera, por lo que decidimos ser solamente amigas y eso hizo que nos volviéramos completamente inseparables, sabía que a ella podía confiarle cualquier cosa.

– ¿Cambiamos?– mire a Mariela y asentí ante su propuesta para que ahora maneje yo
– Me va

Noté que no podía direccionar el auto, me miraba nerviosa e intentaba bajar la velocidad pero no podía.

– ¿Qué pasa?
– No se, no puedo frenar
– ¿Qué?– me incorpore en el asiento para mirarla– ¿qué dices?
– No hay frenos

Ella intentaba controlar el auto pero era casi imposible, me miró asustada y cuando la vi supe que esto iba a terminar mal para nosotras. 

– Aférrate con fuerza Javi

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La cabeza me daba vueltas, un pitido seguido de gritos sin sentidos era lo único que escuchaba, quería abrir los ojos pero dolía como la peor mierda.

Podía sentir unas manos tomándome por los brazos y como me movían, parecía como si alguien hubiera jugado a los bolos con mi cabeza y mi cuerpo eran los pinos, sentía cada centímetro de mi doliendo.

Quería gritarle a quien sea para que mi cuerpo dejara de doler pero no podía hacer nada, respirar duele y arde, algo presiona mi pecho, quiero moverme, abrir los ojos y seguir el camino a casa.

Alguien me estaba sacudiendo para que abra los ojos, pero lo único que quiero es dormir y que todo deje de doler, pude escuchar gritos desesperados y muchas voces alrededor mío.

¿Y Mariela?, ¿dónde está ella?, ¿qué está pasando? No logro reconocer ninguna de las voces que me están rodeando, trato de calmarme para intentar entender algo de lo que dicen, pero es casi imposibles, la voces suenan lejanas, como si estuvieran en un túnel o bajo el agua, hasta parece un mal sueño, del que sólo quiero poder despertar.

Pasa algo de tiempo, no se cuanto… solo se que todo parece ir en cámara lenta hasta que vuelven a tomarme por los brazos y también las piernas, pusieron algo en mi cuello para impedir que me mueva de más, mi espalda choca contra algo duro y pronto se escuchó el ruido de una sirena.

La sirena solo lograba que mi cabeza duela aún más, alguien abrió uno a uno mis ojos y puso la luz de una linterna directo, algo pincha mi brazo pero el dolor no es nada comparado con cómo se está sintiendo mi cuerpo,de pronto un fuerte pitido seguido de más gritos.

– ¡NO HAY PULSO!– silencio, eso es todo lo que puedo recordar

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N/A: Hola ¿como están?, aquí el segundo capítulo de esta pequeña maratón.
¿qué creen que va a pasar con Javiera y Mariela?, ¿se salvan o es momento de que nuestras protagonistas se despidan?
Los leo en los comentarios

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