Capítulo 11

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Narra Javiera

Sabía que podía confiar en Flavia para contarle todo de mi vida, pero era difícil recordar lo que había pasado con mi madre cuando era solo una niña.

Después de tomar todo el contenido de mi copa volví a llenarla, si iba a hacer esto necesitaba juntar fuerzas de donde sea. La pelirroja me miraba impaciente mientras hacía girar lentamente la copa en mis dedos removiendo de a poco el vino y pensando por dónde empezar a contar.

– Mi madre Alexandra también quiso dedicarse a la música, ella era toda una artista, había logrado escribir varias canciones y estaba en un buen camino, pero para su padre eso no era vida. Él le prohibió que se dedicara a lo que ella quería, cuando tenía 23 la obligó a casarse con un tipo al que ella no amaba, su nombre era Daniel.

Flavia estaba atenta a cada palabra que salía de mi boca, mientras yo sentía un nudo formarse en mi garganta.

– Ella se casó embarazada y lo supo pocos meses después, así que le dijo a su marido que el bebé era suyo pero sabía que no era verdad

Recordaba perfectamente toda la historia, mi madre me la había contado cuando yo tenía 11 años y me había hecho prometer que si quería buscaría a mi padre biológico y le contaría todo.

– Siempre se encargó de ser una madre presente, pasaba horas enteras conmigo, jugando o ayudándome con la tarea mientras iba creciendo. Cuando tenía 6 años fue la primera vez que vi que él le levantaba la mano

Podía sentir las lágrimas acumulándose en mis ojos y el nudo en mi garganta cerrarse aún más, bebí un poco más del vino y dejé que mi cabeza se consumiera por esos recuerdos.

– Tenía mucho miedo de lo que él era capaz de hacer, cuando cumplí 11 también empezó a golpearme a mí, todos los días cuando llegaba del trabajo debíamos esperarlo con un vaso de whisky, cuando lo terminaba empezaban los golpes. Yo le pedía a mi mamá irnos lejos de él, pero ella me pedía que aguante un poco más que algún día iba a parar.

Me senté a su lado, Flavia puso su mano en mi pierna, apretando levemente para calmarme.

– Pero no paró, él siguió golpeandonos, pero ella no lo veía… siempre intentaba justificarlo y nadie lo pudo parar, siguió una y otra vez hasta que la mató.

Narra Flavia

En cuanto escuché las palabras salir de la boca de Javiera sentí todo el dolor que guardaba dentro suyo. Algunas lágrimas se deslizaban por sus mejillas, pero ella se mostraba calmada, ya resignada a la historia.

– ¿Nunca intentaste buscar a tu padre biológico?
– No, no me interesa buscarlo, estoy bien así
– ¿Y qué pasó con ese hombre?
– Lo último que supe de él es que está preso– Acaricie su mejilla secando las lágrimas que seguían cayendo– elegí dedicarme a la música para estar cerca de ella, la canción que use para la entrevista fue la última que ella escribió
– ¿Te importaría mostrármela?
– Claro– se levantó del sillón y entró en una habitación, poco después volvió con su guitarra.

Se sentó esta vez en el piso quedando frente a mí, se acomodó y empezó a tocar los acordes.

– Yo te esperaba
Y veía mi cuerpo crecer
Mientras buscaba
El nombre que te di

En el espejo
Fui la luna llena y de perfil
Contigo dentro
Jamás fui tan feliz

Su voz sonaba delicada y hasta un poco frágil pero me sentía en una nube escuchándola.

– Moría por sentir
Tus piernecitas frágiles
Pateando la obscuridad
De mi vientre maduro

Soñar no cuesta, no
Y, con los ojos húmedos
Te veía tan alto, es más
En la cima del mundo

Poco a poco su voz iba tomando fuerza, esa canción era sumamente hermosa y ella estaba tan tranquila cantando para mi.

– Yo te esperaba
Imaginando, a ciegas, el color
De tu mirada
Y el timbre de tu voz

Muerta de miedo
Le rogaba al cielo que te deje
Llegar lejos
Mucho más que yo

Me moví del sillón para sentarme frente a ella en el piso, ella me dio una pequeña sonrisa, pero sin desconcentrarse de su canción.

– Yo te esperaba
Y pintaba sobre las paredes
De tu cuarto
Sueños en color

Restaba sin parar
Días al calendario
Sólo tú me podías curar
El mono de escenario

Era mágico escuchar su voz, me sentía en otro mundo escuchándola, podría estar horas así, solamente nosotras dos, todo es tan perfecto con ella.

– El mundo es como es
Y no puedo cambiártelo
Pero, siempre te seguiré
Para darte una mano

Yo te esperaba
Imaginando a ciegas el color
De tu mirada
Y el timbre de tu voz

Muerta de miedo
Le rogaba al cielo que te deje
Llegar lejos
Mucho más que yo

Yo te esperaba
Y el espejo nos miraba, mientras
Ya te amaba

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora