Capitulo 8

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Narra Javiera

Después de que Flavia me dejara en mi departamento me entró una llamada de Gonzalo, atendí mientras iba a mi habitación a cambiarme de ropa

*Llamada*

– Hola Javi, ¿Cómo te fue hoy?
– Me fue genial, me ofrecieron un contrato por cinco años
– Eso es la raja Javi, hay que celebrar esto
– Tu siempre buscando una excusa para celebrar
– Vamos en serio, no te pudo haber ido mejor
– Lo se
– ¿Voy a tu casa o vienes?
– Ven, no tengo ganas de salir hoy
– Nos vemos en unos minutos, te quiero
– También te quiero

*Fin de la llamada*

Mientras me cambiaba la ropa ordene la comida, ni Gonzalo ni yo éramos muy buenos en la cocina, así que casi siempre que nos juntábamos terminamos ordenando algo para comer.

Narra Flavia

Desde que Javiera bajó de mi auto no pude dejar de pensar un segundo en lo que ella dijo, más bien lo que dio a entender, su madre está muerta y alguien lo hizo.

Quise llamarla para ver si quería hablar, pero no quería incomodarla, ya habíamos hablado mucho durante el día y ambas terminamos contándonos sobre nuestras últimas relaciones.

– ¿Estás bien Fla?
– Si Milito tranquilo
– Es que te noto muy distraída desde que llegaste
– Perdona, tuve un día ocupado
– Cuéntame, soy tu hermano– mira rápidamente alrededor nuestro estando segura que estábamos solos.
Teresa estaba en su habitación haciendo quien sabe que, mientras que nuestros padres estaban en el jardín, nosotros desde el balcón podíamos verlos, por lo que podría estar segura de que nadie nos escucharía.

– Hoy estuve con Javiera
– ¿De nuevo?
– Si, somos amigas y me ofrecí a llevarla a una entrevista
– Okey…
– Eso no es lo que me preocupa, es algo que dijo… bueno no que dijo, algo que dio a entender
– ¿Qué cosa dio a entender?
– Que su madre está muerta
– ¿Y qué tiene eso de raro?, muchas personas mueren todo el tiempo
– No es eso, dio a entender que alguien la mató
– ¿Qué?
– Si, dijo que su madre estaría orgullosa de ella, lástima que él se lo impidió
– Okey entiendo, ¿y no le preguntaste qué quiso decir con eso?
– No pude, ella se fue y yo no quise llamarla para preguntarle eso
– Mira Fla, se que ustedes son amigas ahora, pero no debes meterte en esto, ella te va a contar lo que quiera cuando quiera
– Lo se, hoy estuvimos hablando, ella terminó con su ex hace poco tiempo y yo le conté de Isidora
– ¿Lo dices en serio?
– Si, ella me genera confianza… no se como explicarlo
– No tienes que explicarlo hermanita, esta bien

Me quedé junto a Emiliano un rato largo, él también me hacía sentir cómoda, siempre fuimos mucho más unidos, él era el menor por lo que siempre fue mi protegido.

Yo siempre había sido más apegada a mi padre y Teresa a mi madre, pero cuando nació Emiliano supe que debía protegerlo, él es mi hermanito, aunque siempre fue el más revoltoso y se metía en problemas, todo el tiempo buscaba como defenderlo.

– Hola, ¿qué hacen aquí?– Teresa entró en el balcón
– Sólo estábamos charlando
– ¿Nuestra hermana te contó sobre esa chica del bar?– ella se limitó a asentir mientras me miraba con una mueca de desagrado, se sentó al lado de Emiliano– Se llama Javiera, nuestra futura cuñada
– No digas idioteces Emiliano, ella no va a ser nuestra futura cuñada
– ¿Futura cuñada?, ¿de parte de quien?– los tres giramos y vimos en la puerta a nuestros padres
– De parte de Flavia– en cuanto esas palabras salieron de la boca de mi hermano quise matarlo
– ¿Estás saliendo con alguien hija?
– No, no, es solo una amiga
– ¿Una amiga?, ¿y por qué no la invitas a la casa?
– Mamá por favor, ya no soy una niña
– Sigues siendo nuestra hija, invitala
– Que les quede claro, Javiera es solo una amiga
– Lo que quieras hija, pero invitala

¿Y ahora cómo le explicaría a Javiera que mis padres creen que estamos juntas?

Dormir me costó bastante, no podía dejar de pensar en todo,  mis padres pidiendo que trajera a Javiera a la casa para que ellos puedan conocerla; esas palabras dando a entender que alguien había matado a su madre; y en ella, desde que la había conocido no dejaba de pensar en Javiera, sus ojos verdes me tenían atrapada, su sonrisa que lograba que sus ojos brillen y la forma tan delicada que tenía cuando cantaba.

En cuanto me levanté, me cambié y salí rumbo a la cafetería, quería pasar por allí antes de ir a la empresa, en cuanto entré logré ver a Javiera atendiendo una mesa; me acerque un poco notando que se trataba de Merino.

– Buenos días Merino, Javi 
– Señora Betancourt, estaba aquí hablando con la señorita quien me ha dicho que ustedes están juntas– la morena me miró esperando que recordará lo que le había dicho el día anterior– aunque yo creo que es una simple excusa para no aceptar salir conmigo
– No es ninguna excusa Merino– pase mi brazo alrededor de la cintura de Javiera y la pegue a mi– lo que te dijo Javiera es cierto, así que te pido que no la molestes más,  ahora si nos disculpas nosotras tenemos que hablar y tu estas llegando tarde a trabajar

Camine junto a Javiera hasta la barra, en cuanto llegamos ella dejó un beso en mi mejilla y se colocó detrás

– Gracias por eso y perdona que tuve que usarlo
– Oye esta bien, te dije que podías
– ¿Quieres un café o algo para tomar?
– Ponme un cortado por fa– ella asintió y comenzó a prepararlo– necesito pedirte un favor
– Dime
– Mis padres quieren que vayas a cenar esta noche a la casa
– ¿Qué?– casi dejó caer el café pero pudo agarrarlo a tiempo
– Mis hermanos les dieron a entender que nosotras estamos juntas y aunque les dije que eres mi amiga insistieron– Javiera me miró unos segundos pensando en lo que le había dicho
– Esta bien
– ¿En serio?
– Si, me has ayudado mucho y me agrada tu compañía, quien dice que tal vez con tus padres y hermanos sea igual, ¿no?
– No te va a arrepentir, gracias

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