Prefacio

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"Vivimos en una época en la que ciertas cosas innecesarias, son nuestras únicas necesidades"

Óscar Wilde

— La humanidad consideró el dinero un recurso, agotaron sus recursos para ambicionarlo, hasta que abrieron el camino a su propia ruina. Entre mayor era su arrogancia, mayor fue la furia de los gigantes dormidos. La humanidad siempre notó que estaban allí, pero los creyeron mitos y cuentos inexistentes, hasta que un día despertaron.

<< La vida humana no perduró lo suficiente para el ajuste de las cuentas. El dinero no pudo comprar su salvación y tampoco esconderlos de lo que ellos llamaron "el día del juicio". Pronto solo quedaron vivos aquellos que no tenían culpa sobre sí mismos; recién nacidos. Una cantidad suficiente para poblar la tierra, fueron concedidos con los dones que los gigantes guardaban, para educarlos y guiarlos en un camino limpio, sin rastro alguno de las ambiciones pasadas con el fin de reparar el daño. Hoy, miles de años después, nosotros gozamos de un planeta puro, limpio, además bendito. Aún es nuestra responsabilidad cuidarlo y ocupar cada quien su lugar en la sociedad>>

Seungmin observaba con atención a la instructora mientras explicaba la clase. Responsabilidad histórica era una de sus materias favoritas. Ella, al igual que el resto, amaba el planeta y obedecía al pie de la letra cada instrucción a seguir. Esa unidad de pensamiento era lo que mantenía al planeta en óptimas condiciones, suficiente para su época.

— Obedecer no debería ser un problema, sino un placer —continuó la dama—. No hay mayor satisfacción que ver los beneficios de una sociedad unida en un solo propósito; honrar a nuestros fundadores —sonrió con orgullo, echando un vistazo a las montañas que se alzaban a lo lejano—. Le debemos la existencia a las grandes criaturas de las que, en la antigua historia, apenas se mencionaban como místicas y de dudosa existencia, pero ellos nos han salvado con todo y planeta para que pudieramos subsistir. Nuestra tierra cuenta con los recursos suficientes para su supervivencia, una vida cómoda podía ofrecerse a cada ciudadano, siempre y cuando se mantuvieran cada uno en su lugar. Cada residente según su reino; el  acuático, terrestre y los aéreos.

Los reinos convivían en paz, Seungmin decidió tomar nota de ello. Suficiente para su época, redundar era satisfactorio, también lo escribió. Las leyes de los grandes seres que fundaron su existencia establecían un intercambio y apoyo de virtudes. Un aéreo, un terrestre y un acuático podían ser mejores amigos, considerarse como familia, incluirse en sus mayores logros, pero jamás, nunca, debían mezclar sus lazos sanguíneos.

— Distintas razas, pero de un mismo reino, pueden formar hogares y proporcionar nuevos hijos. Pero distintos reinos jamás deberían emparentar. Si de casualidad algunos pasan por alto este mandato, deberán ser llevados ante la Administradora del planeta, Ruxandra Bakiu. Todos sabemos quien es ella —se enorgulleció la instructora, con una sonrisa que su alumnado correspondía—. Aprobará esa unión, pero a cambio la pareja deberá estar dispuesta a entregar su poder, de modo que sus hijos nacerán sin virtud y sin reino: serán viciados —les recordó como una sutil advertencia de un peligro latente—. Lamentablemente fue así como surgió la Villa de los Marginados. Familias sin un elemento y sin un reino, hijos sin poder sin patrimonio y sin clase social.

Seungmin volvió a entender el asunto, era frecuente que lo hicieran recordar cada cierto tiempo, sobre todo cuando se sabía de alguna nueva familia en la villa de los marginados.

— Por eso nunca deben mezclar lazos entre reinos —concluyó la profesora, mientras la aguja del reloj indicaba el término de la clase—. Vayan al almuerzo.

Antologías De La Nueva Tierra: El Canto Del Dragón (HYUNMIN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora