Hyunjin estaba contento. En cuanto la empleada se fue no dudó en correr escaleras arriba para preparar la habitación. Tendría una pijamada con su novio, podrían pasar tiempo juntos ya que en el colegio no habían podido verse y al parecer ya nadie preguntaba nada. Esperó con paciencia hasta que el timbre sonó, caminó tan rápido como pudo acomodado sus cabellos. Tomó un poco de aire antes de abrir la puerta.
Sonrió ampliamente al ver a Seungmin, él correspondió su gesto con alegría, tal parecía que ambos estaban aguardando por ese momento con ansias.— Adelante —le invitó, quitándose de en medio para dejarlo pasar con su mejor cordialidad.
Seungmin observó el hogar del chico con más detenimiento, puesto que la primera vez que estuvo ahí no se permitió hacerlo. Definitivamente los hogares aéreos eran más frescos y con un tipo de oxígeno más puro, además poseían muchos ventanales que permitían una vista grandiosa. El cosquilleo en su estomago se hizo presente cuando Hyunjin tomó su mano, guiandolo por la casa hasta el segundo nivel, donde se encontraba la habitación. Apenas pudo tomar aire cuando el de cabellos rizados cerró la puerta y se apresuró a besarlo. Con torpeza siguió el gesto. Un suspiro escapó de sus labios cuando él se apartó. Ambos se habían extrañado lo suficiente.
Su pequeña fiesta nocturna comenzó con una gran cantidad de golosinas, sentados ambos en el suelo, mientras reproducían una película de terror.
Estaban contentos tomando sus manos, jugando de vez en cuando y compartiendo opiniones. La noche fue divertida, se entretuvieron con algunos videojuegos, y anécdotas. Hasta qué, de repente, Seungmin introdujo el tema que tenía en mente de manera abrupta.— Le conté a Minho sobre nosotros —dijo, sin anestesia. Hyunjin abrió los ojos de manera exagerada al escucharla. Pausó la película, volteando a verlo.
— ¿Eso debería preocuparme?
— No —le aseguró, dejando la cuchara en el helado—, su padre biológico fue hijo de marginados y su madre era una luciérnaga. Su familia actual lo adoptó cuando era muy pequeño, así que nadie lo sabe. Es abierta a la variedad.
— ¿De verdad? —Se impresionó, sonriendo por fin. Después de todo eso llenaría de sentido algunas cosas— Era... un poco evidente, pero creí que solo se trataba de imaginaciones mías.
— Sí, cuando convives mucho rato con él se vuelve un poco obvio. Pero creo que lo ha disimulado muy bien siempre —suspiró, observando el helado derretirse—. Bueno, Minho averiguó lo nuestro, me preguntó y me dijo que lo sabía. Además de qué, si recuerdas, él fue quien nos hizo besarnos en la fiesta.
— Sí lo recuerdo —rio Hyunjin robándose un poco del postre frío—, entonces Minho lo sabe y guardará nuestro secreto.
— Lo hará —aseguró, acercándose para apoyar la cabeza en su hombro.
Hyunjin decía que debían conocerse más, por lo que terminaron recostados en la alfombra, mirando al techo mientras hablaban de sus vidas. Seungmin descubrió que el padre de su novio había muerto algunos años atrás y que en la actualidad su padre bydei estaba sosteniendo la buena economía de su hogar siendo el vicepresidente de una empresa de transporte aéreo, muy bueno para su elemento. Él solía dejarlo solo a menudo, tanto que Hyunjin conocía mejor a la empleada de la casa, quién era marginada, qué a su propio padre.
— De todos modos, es una buena persona —sonrió el de cabellos rizados, jugando con los dedos de Seungmin—, cuando está por aquí no es insoportable. Más bien es dulce y me escucha. Creo... que en algún momento él podría aceptar que me gustes.
— Vaya, tienes suerte —murmuró con sinceridad, acomodándose sobre su lado izquierdo para verlo mejor, Hyunjin también se acomodó, llevando la mano hasta su rostro para acariciarlo.
— ¿Qué hay de tu familia?
Seungmin se quedó en silencio por un momento, pensando en cómo explicarle que su mayor obstáculo siempre serían sus padres. Suspiró.
— Son demasiado conservadores —asintió, entrecerrando los ojos—, nunca aceptarían que esté con alguien de otro reino. Son los vigilantes del elemento en nuestro distrito, velan por la buena función y disciplina de nuestra fuente de poder, así que ellos esperan que un día yo haga lo mismo y, de paso, adoran a Kwangmin.
— ¿Y como te sientes al respecto? —Preguntó, intentando no sentirse afectado por la información. Seungmin parecía preocupado, como si fuera un tema que le causara aflicción a menudo.
— No lo sé —confesó con temor—, mira, apenas empezamos con esta relación. Hoy me gustas demasiado, pero estoy consciente de que todo podría cambiar en un futuro. Entonces creo que debería comenzar a preocuparme por ello... cuando esté muy seguro de que lo nuestro va a funcionar y va a ser duradero. Además —se detuvo, para verlo también a los ojos, notando lo mucho que Hyunjin le ponía atención—, apenas tenemos dieciocho años. Si llegamos juntos a la mayoría de edad definitivamente sería de considerar el hacerles saber sobre lo que somos.
Era lindo que Seungmin hablase de un futuro en el que estuvieran juntos. Hyunjin era más futurista que el de cabellos púrpura, por lo tanto que dijera aquellas cosas le llenaba de esperanza.
— Te quiero, Seungmin.
— También te quiero.
Félix frunció el ceño, levantándose a mitad de la noche para salir de su habitación y atravesar el pasillo de manera sigilosa. Desde que su padre había decidido mudarse con su pareja, él intentaba ser un hijo poco problemático, pero algunas veces era sumamente dificil aceptar que todo estaba bien.
— Él es más feliz ahora —se recordó a sí mismo, sirviéndose un vaso de leche fría. Se sentó en uno de los bancos altos, delante de la isleta de la cocina.
— Por un segundo creí que un ladrón había entrado a casa —le dijo Jihwen, ingresando a la cocina. Félix le sonrió, observándola mientras ella arrastraba los pies hasta la nevera para proporcionarse un vaso de jugo —. ¿Tampoco puedes dormir?
— Es una noche larga —admitió, ahogando sus penas en lácteos. Jihwen rio suavemente, tomando asiento frente a él.
— ¿Me quieres contar? —Indagó, intentando ganarse su confianza, Félix asintió como si fuese una ansiada luz verde— Vamos, dime.
— Fue mi culpa... —murmuró, pasando la yema de su índice por el borde del cristal, ella lo observó sin comprender— lo de Jeongin.
Jihwen abrió los ojos ampliamente, mirándolo con atención. Sonaba escandaloso y quería averiguarlo cuanto antes.
— ¿Por qué lo dices?
— Yo fui quien los vio besándose en los tocadores. Se lo conté a una compañera de clase, porque no supe como reaccionar... y ella se encargó de esparcir el rumor. Luego pasó todo eso, lo expulsaron del club, su vida se arruinó...
— Félix, no lo hiciste a propósito —le consoló, tomando su mano con suavidad, su mirada comprensiva le caló en el alma, él no pudo hacer más que dejar escapar el par de lágrimas culpables qué rodaron por sus mejillas—, tú solo estabas asustado, no querías provocarle ese daño.
— Pero lo hice —sollozó, angustiado—, poco después papá me contó que estaba saliendo con alguien de otro elemento. Me asusta que el haber arruinado la vida de Jeongin se me cobre de manera cruel con nuestros padres.
— Hermanito, eso no va a pasar —le alentó Jihwen, poniéndose de pie para abrazarlo—. Nuestros padres son adultos qué sabrán lidiar con esos problemas. Y nosotros los apoyaremos siempre.
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Antologías De La Nueva Tierra: El Canto Del Dragón (HYUNMIN)
FanfictionLa vida terrestre tuvo una segunda oportunidad después de extinguir a los causantes del daño. Los líderes de la nueva tierra impusieron normas para velar por el bien de la existencia humana. Así que nada ni nadie, tenía derecho a corromper sus princ...