Capítulo 17

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La Villa de los Marginados era un lugar qué, al igual que todos los elementos, siempre tenía su propio espacio por diversas partes del planeta. Básicamente no tener elemento se había convertido en una normalidad y todos estaban medianamente de acuerdo con el asunto. Como sea, los marginados se tenían que esforzar mucho más por sobrevivir, pero contaban con algunas mejoras en sus villas. Esa información era toda la que Seungmin tenía a su alcance hasta ese momento.

A pesar de la incertidumbre fue consciente de que lo mejor sería ir a la villa más cercana durante el fin de semana. Según Hyunjin así sería más sencillo mezclarse entre ellos. De manera que esperó por él en el subterráneo, habían acordado verse en ese lugar para tomar el metro que los dejaría lo más próximo y después moverse por cuenta propia. Seungmin miró la hora en el reloj de la estación, en cinco minutos más llegaría el metro y por suerte Hyunjin llegó justo en ese instante. Él se sintió confundido al verlo aparecer con un overol diferente a cualquiera que antes le había visto, sabía que le gustaban, pero el que llevaba puesto tenía un color desgastado entre verdes con grises y además portaba un casco y zapatos industriales.

— ¿Estás bien? —Fue lo que Seungmin preguntó en cuanto él llegó a su lado. Hyunjin le dedicó una amplia sonrisa coqueta— ¿Que es todo esto? Quiero decir, te ves lindo, pero...

— Los marginados que tienen suerte tienen empleos en las fábricas —le contó, tomando su mano para dirigirlo hasta otra área de la estación, él lo permitió sin comprender—. Nosotros nos mezclaremos entre ellos para poder subir al tren que va directo a la villa. Con el uniforme, mi acceso a asientos de empleados se vuelve válido.

Seungmin se mostró impresionado con la cantidad de información y métodos que Hyunjin poseía. Él avanzó por varios pasillos que conforme se consumían se iban quedando con menor luz y colores menos brillantes. Era como un pasadizo a una sociedad degradada. Finalmente llegaron a una puerta alta que prohibía el acceso al público, pero Hyunjin pudo ingresar sin mayor problema hasta que por fin se encontraron en una estación diferente, con poca iluminación y pocas comodidades, pero estaba funcionando. Inmediatamente Seungmin notó que las personas en ese lugar llevaban atuendos como el de Hyunjin, y evidentemente eran marginados, incluso los que prestaban servicio de seguridad o se encontraban detrás de las ventanillas de atención.

— ¿Que es todo esto? —Preguntó cuando se detuvieron en la fila para los boletos.

— La estación de los marginados, naturalmente esto no aparece en Internet ni te lo enseñan en el colegio —le contó con calma, sin soltar su mano. Seungmin miraba a su alrededor sin creerlo todavía—. Los marginados solo pueden salir de las villas por motivos laborales o escolares, así que cada una de estas personas viene de sus empleos o van en dirección a ellos —ante su buena explicación Seungmin no tenía reparo alguno, solo muchas preguntas.

Aguardó en silencio mientras la fila avanzaba, no quería soltar la mano de Hyunjin, su nerviosismo incluso le estaba haciendo temblar por lo que él se encargó de protegerlo con un abrazo considerado. Finalmente fue su turno de pasar a la taquilla.

— ¡Hyunjin, que bueno verte! —Saludó una amable dama al otro lado, observando a Seungmin con curiosidad, el chico de cabellera púrpura también se mostró interesado—. Veo que traes compañía —sonrió mientras elevaba las cejas.

— Hola, Pya, él es Seungmin... Mi novio —le contó con calma, tanta que al susodicho casi se le sale el corazón al pensar que las personas los mirarían mal, no obstante, el hombre se rio con encanto mientras imprimía los boletos—. Es nuevo en esto. Iremos a la villa de siempre.

— De acuerdo. Oye, es lindo, ¿sirenio, no es así? —Preguntó al entregarles los pases, Seungmin asintió con timidez—. Claro, esos ojos son distintivos. Y él es un dragón único, así que son una buena pareja —se enorgulleció, señalando la información del papel—. Hyunjin a ti ya te conocen, pero probablemente debas tener cuidado en cuanto a él. Le di un boleto de visitante, unas cuantas veces más y tendrá su pase recurrente como tú —le recordó antes de dejarlos ir—. Diviértanse y pásenlo bien.

Antologías De La Nueva Tierra: El Canto Del Dragón (HYUNMIN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora