Seungmin observaba el bonito collar de granos de café que Jisung había elegido, y los pulsos a par qué Minho se encargó de conseguir. Después de su pijamada productiva con Hyunjin , sus amigos le dijeron que ya habían cubierto el tema del regalo, por lo que el lunes después del colegio lo llevaron a recogerlo.
Terminó de acomodar sus cabellos, decidiendo si era o no lo suficientemente atractivo. Youngmin era un chico de familia, solían hacer muchas cosas juntos a menudo, por lo tanto sabía que la cena de esa noche sería en compañía de todos los miembros de su casa. Pero no esperaba que su propia familia también estuviera invitada.
— ¿Van a salir? —Preguntó al ver a sus padres y a su hermano bien arreglados. Esperaban por él en el vestíbulo.
— Nos invitaron a la cena —le notificó su padre, acercándose para acomodarle sus aretes de estrella marítima—, ¿no es increíble?
— Claro...
Seungmin estuvo incómodo, viajando en los asientos posteriores del auto junto a su hermano, quién no dejaba de hablar, como siempre. Suspiró preocupado. Desde que había reconocido qué le gustaba Hyunjin, sus atenciones para con Kwangmin no eran las mismas, aunque el chico no se había quejado para nada, sabía que disimular no era precisamente su virtud. Limpió el sudor qué por los nervios había cubierto su frente. Se detuvieron frente a la enorme residencia y el mayordomo les indicó el camino. En cuanto los adultos se vieron se saludaron con alegría. Los padres de Seungmin solían insistir en conocer a sus amigos, pero con los padres de Kwangmin eran amigos desde antes, se conocían casi de toda la vida, por lo que era cómodo cuando estaban juntos. Quizás podía sobrevivír a esa noche, de no ser porque otro de sus mayordomos apareció con otra familia.
— Llegaron los demás invitados y compañía —notificó el servidor.
Los adultos se acercaron para saludar a los recién llegados. Kwangmin exclamó contento al escuchar el grito femenino de cierta chica, supuso qué era Yeonha. Seungmin tuvo que tomar una gran bocanada de aire antes de girar en sus talones y encontrarse, ante sus ojos, con Hyunjin.
Su novio lo miraba, tan angustiado como él. Nuevamente la realidad los golpeaba sin piedad; sus parejan eran mejores amigos, ellos deberían ser únicamente amigos también. Se acercaron con tranquilidad para golpear sus puños con suavidad a modo de saludo. Seungmin evitó mirar demasiado los ojos de Hyunjin y este, por cuestiones de seguridad, también.
— Es muy lindo que nuestros hijos estén en una relación —comentó el padre del sirenio, mirando a los demás adultos—, y que la mejor amiga de tu hijo y su novio sean amigos de mi hijo también, es muy agradable.
— Lo es, además Hyunjin es un buen muchacho —asintió el padre de Kwangmin, mirando al joven de cabellos rizados mientras lo escudriñaba—. Kwangmin dijo que eres parte del equipo de atletismo, Hyunjin, y que posees un dragón fuerte ¿nos cuentas sobre eso?
Otras vez el tema favorito de los adultos; las expectativas. Seungmin deseaba qué no sometieran a Hyunjin a esos interrogatorios presuntuosos respecto al futuro y lo importante que era mantener su prestigio como atleta y como aéreo, pero en sus circunstancias no podía interferir. Aquella no era la mejor manera en la que su novio pudiera conocer a sus padres, pero estaba sucediendo.
Dirigió su vista a Youngmin, quién repasaba la situación de manera analítica. Como hermano menor de Kwangmin debería sentirse orgulloso de todo lo que para él suponía un logro. Pero eso solo conseguía hacer sentir a Seungmin como un traidor. No solo estaba mintiendo a sus padres o a su novio oficial, sino a su mejor amigo, al chico con el que había crecido. Por esa y más razones se mantuvo triste hasta que se marcharon, la ansiedad y la pesadez no lo abandonó, quedándose con él hasta el día siguiente. No habló con Hyunjin por mensajería, pero quería verlo, lo extrañaba, lo necesitaba y sentía que le debía una gran disculpa.
— Oye, sé que él lo entendió —le consoló Minho, ambas sentados en la alfombra de su habitación. La madre de la luciérnaga, por suerte, no estaba—. Hyunjin y tú sabían que estaban en el papel de ser novios de Yeon y Kwang, así que él no está molesto contigo.
— Sé que no está molesto, pero me preocupa mucho que algo salga mal —suspiró, tomando su teléfono para ver las notificaciones, había varios mensajes del susodicho— ¿Crees que alguien sospeche algo?
— No lo creo, la verdad.
Una vez más suspiró, echando un vistazo en la mensajería, efectivamente Hyunjin le hablaba con naturalidad, siendo tan amable y cariñoso como solía ser.
— Hyunjin quiere que vayamos por un helado —le hizo saber, mostrándole el mensaje. Minho sonrió como enamorado— ¿Debería?
— Claro que deberías. Adelante, Seungmin, disfrútalo.
— A veces quisiera no tener tanto miedo y poder ser quien soy en total libertad, ¿Sabes?
— Todos debemos tener un momento, aunque sea pequeño, para ser nosotros mismos —estuvo de acuerdo, poniéndose de pie para ir en dirección al closet, lo abrió de par en par, mostrando una puertecilla asegurada, Seungmin se puso de pie sorprendida cuando dicha puerta fue abierta—. Ellos fueron mis padres —sonrió, mirando con nostalgia—. Ella era una descendiente importante de las luciérnagas, y él había nacido sin reino. Mis padres adoptivos fueron muy buenos conmigo, pero a veces necesito conectarme con mis orígenes. Seungmin se acercó para mirar con más detalle la pequeña exhibición de los padres de Minho, fotos, atuendos, algunos artículos personales.
Los mixtos eran un asunto que pocas veces se veía. Un hijo o hija de marginados, un viciado, era aceptado como pareja de una persona con elemento y podían tener hijos, estos resultaban ser los mixtos. Su carga genética era tan baja qué, la mayoría de veces, la misma naturaleza los dejaba sin elemento. En caso de que lo tuvieran era débil y les costaba ejercerlo. Estos niños poseían una mente menos susceptible a la obediencia, por lo regular formaban líos y acababan en La Villa de los Marginados. Eran contados quienes eran así, por lo que Minho era el primer mixto que conocía.
— Me encanta como eres, Minho —dijo con honestidad, volviéndose para mirarlo con cuidado—, eres el mejor amigo que puedo tener.
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Antologías De La Nueva Tierra: El Canto Del Dragón (HYUNMIN)
FanficLa vida terrestre tuvo una segunda oportunidad después de extinguir a los causantes del daño. Los líderes de la nueva tierra impusieron normas para velar por el bien de la existencia humana. Así que nada ni nadie, tenía derecho a corromper sus princ...