Capítulo 20

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Seungmin estuvo muy feliz durante la primera parte de la mañana, el desvelo por su pequeña aventura de la noche anterior le estaba cobrando factura, pero no le importaba porque la felicidad era mayor. Sin embargo, para la hora del almuerzo ver a Kwangmin no le ayudó, el chico le contaba sobre sus planes para las vacaciones qué se aproximaban y, en esas ideas, estaba incluido. Una vez más confirmó que terminar iba a ser difícil, quizás más difícil que el haber dicho que estaba listo para ser su novio, en esos momentos se enojaba consigo mismo por haber sido tan necio y testarudo.

Mientras el chico todavía hablaba, Seungmin visualizó a Hyunjin con sus amigos en una mesa lejana. Definitivamente el de cabellos rizados estaba haciendo un mejor trabajo como novio, aunque fuera sutil y en secreto. Su mirada viajó hasta Yeonha en ese momento, la jovencita lo observaba también, le dedicó una sonrisa y unos pulgares arriba para brindarle animo. Los apoyaban. Los pocos que sabían estaban de su lado, así que podía saber que lo que haría era correcto.

Tomó una gran bocanada de aire cuando salieron del comedor. Kwangmin seguía hablando, contándole sobre toda la ropa nueva con la que su padre decidió actualizar el closet de cada miembro de la familia. Era una conversación innecesaria, pero extrañamente familiar.

— ¿Y tu closet qué tal está? —Preguntó de repente, emocionado— Con Yeon hablamos de que el verano se acerca, serán vacaciones y después estaremos en el último año de los estudios medios. Necesitamos, definitivamente, actualizar ese closet.

— Mi closet ya está demasiado lleno —afirmó Seungmin, con un suspiro atrapado entre sus labios—, y es muy grande, por cierto —murmuró, como un mal chiste para sí mismo.

Él continuó la charla, dándole buenas sugerencias y dictando, casi inconscientemente, sus caprichos de niño consentido, aunque no tanto como su mellizo. En eso Kwangmin le recordaba a Youngmin, ambos eran chicos nacidos en cuna de oro, nunca les faltó nada, nunca tuvieron miedos... encima, llevaban una crianza estricta y conservadora. Kwangmin no lo apoyaría nunca, Youngmin mucho menos, y quizá hacerlos enojar no era sensato, pero era un riesgo que debería tomar si quería mantener la conciencia tranquila.

Se detuvo cuando pasaron por los lagos del campus, él guardó silencio al darse cuenta de que Seungmin no lo miraba. Le observó con curiosidad.

— ¿Pasa algo?

— Kwangmin debemos terminar —declaró sin preámbulo, el aludido abrió los ojos sorprendido, una risilla nerviosa escapó de sus labios mientras miraba a sus alrededores para intentar entender la broma.

— Pero ¿por qué dices eso?

— Últimamente no me siento bien -le explicó, tomando un gran respiro para calmarse—, tengo mucha presión con el club, siento que no estoy dando lo suficiente en las asignaturas y no puedo concentrarme.

— ¿Yo aumento esa presión? —Preguntó preocupado, presionando su mano con temor, las lágrimas nublaron la visión de Seungmin casi al instante— ¿Estoy siendo un problema?

— No, no, Kwangmin, tú no eres un problema —intentaba hablar con firmeza, pero verlo tan decepcionado y él sentirse tan culpable no estaba entre sus planes—, es solo que si continuamos juntos, no va a funcionar.

— ¿Hay una razón más? —La cuestión fue realizada con la intención de que abriera el corazón. Si bien Kwangmin era ignorante de sus secretos, lo conocía y solía tenerle confianza, pero en esas circunstancias no podía decirle nada.

— No... No realmente —murmuró, avergonzada—, eres lindo, pero no me siento listo para esto, quizás me apresuré contigo. Por favor, quiero que terminemos bien, sin problemas y sin quedar mal... Yo, por ahora, solo quiero concentrarme en mí mismo.

Antologías De La Nueva Tierra: El Canto Del Dragón (HYUNMIN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora