Capítulo 36

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A partir de ese día algo comenzó a ser diferente, el simple hecho de saber que en las diferentes villas de los marginados comenzaba a esparcirse la información lo mantenía pensando en cuanto tiempo se tomaría el convencer a los alcaldes de cada una de las villas al rededor de todo el mundo.

— Las noticias vuelan —declaró su padre bydei, echando una mirada al reporte diario del planeta en la televisión, Seungmin se quedó cerca de él, mirando también—. Otro matrimonio para La Villa de Los Marginados, pero al otro lado del mundo.

Las noticias volaban. Todos los días el planeta entero se enteraba de lo que ocurría incluso en el extremo contrario, por lo que Seungmin suponía que pronto cada uno de los marginados se enteraría de lo que ocurría.

Cuando quince días habían transcurrido, la tensión era capaz de sentirse en su cuerpo entero. Notó que sus uñas habían adoptado un ligero tono rojizo que se combinaba con el púrpura habitual. También podía disimular eso, pero no era lo único diferente. Levantó la mirada de su computadora cuando las radios de los supervisores sonaron anunciando un código que ningún practicante conocía, todos los adultos parecieron alarmarse, pero intentando mantener la calma se retiraron. Seungmin imaginaba por donde iba el tema.

— Suena a caos —murmuró Youngmin, asomandose a su oficina. Seungmin evitó voltear a mirarlo, pero sabía que estaba ahí—. Últimamente estás más calladito, ¿sabes algo que yo no?

— Intento vivir mi vida, es todo —encogió de hombros, pero su compañero no se quedó tranquilo, por lo que tomó su silla giratoria para darle vuelta— ¡¿Que crees que haces?

Youngmin lo observó atentamente, reparando en cada detalle de su rostro, analizando los espacios en busca de algo inusual, se rio antes de tomar sus manos para mirarlas.

— No puedo creer que hicieras eso —negó con decepción, Seungmin lo apartó con un empujón suave—. Vi a Hyunjin y lo noté, pero tenía esperanza de que no fuera contigo. Eres una persona estúpida. ¿Que pasaría si quedabas embarazado?

— No lo estoy.

— ¿Pero y si sí hubiera ocurrido? Iban a dormir a ese inocente niño por culpa de tus tonterías.

— No iba a permitir que sucediera

— Seungmin, despierta —declaró, chasqueando los dedos delante de sus ojos—. El mundo real no es una ilusión que cambie solo porque tú así lo decides. En la vida real... No se mezclan elementos.

— Estás equivocado, y un pronto vas a saberlo.

— No quiero saberlo... Y yo, lo siento, pero ya no puedo permitir que sigas con esto —murmuró, antes de retirarse.

El haber entendido su comentario como una amaneza lo preocupó de alguna una manera, aunque en parte le aliviaria si Youngmin de encargaba del trabajo sucio. Aquella tarde los dejaron salir más temprano, definitivamente algo estaba ocurriendo, en el autobús Youngmin no se sentó junto a él. Notaba lo indignado y molesto que se sentía, pero no tenía ni la más mínima intención de hacer las paces, hacia ya un tiempo desde que lo había soltado.

Al llegar a casa sus padres no habían vuelto, su hermano estaría en su habitación jugando o viendo televisión, porque podía escuchar los electrónicos funcionando. Él ingresó a su alcoba, sorprendido al encontrarse con Hyunjin en su sofá, tomando una taza de té. Se sonrió antes de acercarse para besar sus labios. Le había dicho que salía antes, pero no esperaba encontrarlo ahí.

— ¿Que haces aquí? ¿Este es un nuevo tipo de vandalismo?

— No, pero me pareció que era buena idea que mi esposo se enterara por mi lo que está ocurriendo —comentó, tomando a Seungmin por la cintura para sentarlo en sus piernas, él sonrió nuevamente.

Antologías De La Nueva Tierra: El Canto Del Dragón (HYUNMIN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora