― Sara, despierta.
Sentí cómo una mano se posaba sobre mi pierna derecha y la zarandeaba suavemente. Gruñí a modo de respuesta y parpadeé lentamente. La luz de una lámpara de gas iluminaba la estancia. Los rayos de sol que bañaban la ventana del pasillo cuando me había estirado en el catre habían desaparecido, fuera del módulo reinaba la oscuridad. Me lamí los labios para despegarlos.
― ¿Cuánto tiempo he dormido?― cuestioné, perpleja y aún somnolienta.
Jonathan esbozó una sonrisa.
― Falta poco para la cena. No he querido despertarte al mediodía para que pudieras descansar un poco. Además, sé que cuando estás nerviosa no tienes mucho apetito.― respondió.
Me conocía como si hubiéramos nacido y crecido juntos, entendía el significado de cada uno de mis gestos y miradas, aunque no dijera nada. y sobre todo sabía cuál era mi forma de actuar en determinadas situaciones de estrés o ansiedad.
Me incorporé lentamente. Un calambre me recorrió el hombro derecho e inmediatamente recordé todo lo que había sucedido esa misma mañana. Reprimí una mueca de dolor. El boxeador suspiró y me tomó de la mano con delicadeza. Parecía incómodo por algo que le rondaba la cabeza. Carraspeó.
― Rick quiere que respondas algunas preguntas antes de ir a cenar.
Entonces entendí su gesto preocupado y pensativo. Otra vez la misma historia... Me solté del suave agarre de su mano y lo miré directamente a los ojos.
― ¿Estarán todos?
Él sabía cuál era la verdadera pregunta. No me importaba tener que responder a las dudas o interrogantes de cualquiera de los miembros del grupo, de cualquiera menos Carol. No iba a tener la paciencia ni el autocontrol suficiente como para no intentar partirle la cara si volvía a llamarme asesina.
― No, puedes estar tranquila. El sheriff ha reunido un grupo pequeño, algo así como un comité de representación del grupo. Rick, Daryl, Hershel y yo.― contestó Jonathan.
Todos hombres... ¡Qué viva la paridad en el grupo!
No sabía cómo debía sentirme al respecto. Por un lado, entendía que quisieran saber qué había sucedido con Thomas, por otro, estaba cabreada ante la idea de que me considerasen una persona peligrosa e incluso pudieran llegar a pensar que era una asesina.Sin decir nada, me puse de pie y acaricié la cabeza de Nya, que ya estaba preparada junto a la puerta para salir detrás de mí.
― ¿Estás bien?
La pregunta de Jon no se refería a mi estado de salud física, sino más bien al estado mental en el que me encontraba. Sabía que para mí no era fácil volver a revivir ciertas experiencias del pasado y mucho menos tener que hacer frente a acusaciones de ese calibre.
― Estoy preparada para enfrentarme al interrogatorio del sheriff.― respondí secamente.
El boxeador me miró y en sus ojos pude ver cómo se decía a sí mismo "esto no va a salir bien". ¿Cómo quieres que salga bien? ¡Mi grupo, la gente con la que he peleado codo con codo, a quienes he defendido ante cientos de caminantes, me está dando la espalda por haber matado a un hijo de puta! Empezaba a sentir una creciente presión en el pecho, lentamente la ira se iba abriendo camino.
Seguí al hombre. Cuando cruzamos el comedor, pude sentir cómo se clavaba en mí la mirada acusatoria de Carol, que ya no tenía la misma expresión de antaño que daba a entender que no había roto un plato en su vida. Se cree ganadora por el simple hecho de que me interroguen, la muy... Mis pensamientos se interrumpieron al encontrarme con los ojos apesadumbrados de Lori, que limpiaba los platos al lado de la fastidiosa mujer. La tensión casi podía palparse en el ambiente. Quise decirle a Lori que estuviera tranquila, que sabía que aquello no tenía nada que ver con ella porque tenía muy claro que me creía, no obstante, si abría la boca corría el riesgo de que fuera para plantarle cara a la mujer que vilmente se había atrevido a acusarme de asesinato ante el resto del grupo.
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My bow girl [Daryl Dixon]
FanfictionEl fin del mundo tal y como lo conocía ha cambiado por completo su vida. Ahora que no le queda nada ni nadie, tiene que hacerse fuerte y adaptarse a este nuevo mundo hostil. Un encuentro inesperado le da un vuelco a su ya de por sí caótica vida. Ell...