33. UN RING PARA LA SUPERVIVENCIA

72 7 4
                                    

[¡¡Alerta de contenido para adultos en este capítulo!!]


La noche había caído sobre la prisión. La charla post cena en el comedor se había alargado más de lo esperado. Las risas y los comentarios jocosos habían distendido la tensión que habíamos vivido horas atrás. En una situación normal se podría decir que aquel comportamiento era como si barriéramos los problemas bajo la alfombra, hacer como si no existieran, no obstante, lo que estábamos viviendo no era una situación normal y aquello era lo mejor que podíamos hacer si queríamos enfocarnos en lo que realmente debía preocuparnos. Parecía que la cruenta discusión grupal y la inesperada visita de Andrea habían logrado unirnos de nuevo. Éramos un grupo muy dispar por lo que siempre podría haber discusiones y conflictos entre nosotros, sin embargo, no podíamos dejar que las rencillas internas nos volvieran débiles ante posibles ataques externos, teníamos que protegernos con nuestras diferencias y desavenencias producto de la rutina, como si fuéramos una verdadera familia.

Mientras esperaba a que el cazador llegase a la habitación para dormir, me senté en la cama y, tras mecer a Judith durante un buen rato, conseguí dormirla. Aquella noche le había costado especialmente coger el sueño, supuse que se debía al ajetreo del día y al estado de nervios que le había sometido todo lo que había sucedido aquella mañana. Nya se había tumbado ante la puerta de la habitación, escuchando con atención los ruidos que hacían el resto de miembros que se dirigían a sus estancias. Di gracias mentalmente porque todos hubieran decidido dar por terminado el día. Estaba agotada, no obstante quería hablar con Daryl, saber qué era lo que había hablado con Rick y con el anciano y, sobre todo, poder disfrutar por fin de su compañía a solas.

Dejé a la niña en la cama, lo más pegada a la pared posible para que no cayera, me levanté, me quité la cazadora y la dejé en la silla. Volví a sentarme en el camastro y empecé a desatarme los zapatos.

― ¿Se puede?― susurró el cazador al otro lado de la cortina.

― Adelante.― respondí con el mismo tono de voz que usaba normalmente.― Si hablas tan flojo por la peque, no hace falta. Está acostumbrándose a los ruidos y a que se hable en tono normal mientras duerme.

Daryl entró a la habitación con una cajita, sorteando con cuidado a la loba para no pisarla. La pobre estaba tan cansada que ni tan solo alzó la cabeza para mirar al hombre.

― Entonces cuando sea mayor no se va a enterar de nada si pasa algo mientras duerme.― dijo tras dar un resoplido.

Miré la caja con curiosidad.

― De eso ya nos preocuparemos más adelante. Por ahora lo prefiero así. Si se despertase asustada en un ataque de caminantes estaríamos perdidos. Sus llantos no son precisamente silenciosos que digamos.― señalé con el dedo índice el objeto que aún no había soltado.― ¿Se puede saber qué es eso?

― Es una cuna. La hicieron Beth y Carol cuando te fuiste de expedición con Jonathan.

La inclinó un poco para que pudiera verla mejor. En el interior de la cajita había un pequeño colchón improvisado y una manta de color azul apagado. Recordé haberla visto de pasada en el rellano de la planta superior, donde la joven tenía su habitación, el día que volví de Woodbury, pero no le había prestado atención hasta que me la enseñó él. A decir verdad, a pesar de ser una cuna improvisada, tenía cierto encanto.

― Es bonita.― admití con una sonrisa amable.― Aunque no la ha usado desde que volví porque dormía conmigo en la cama.

― Pues lo siento mucho, la niña será tan nuestra como quieras, pero no estoy dispuesto a compartir esa mini cama con dos mujeres.― espetó con obviedad, abriendo los ojos como platos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 14 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

My bow girl  [Daryl Dixon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora