Un puñetazo certero en el pómulo hizo que Randall se cayera de la silla. Tenía la cara hinchada y escupía largos regueros de sangre espesa, lo cual poco importaba a Daryl, que siguió golpeándolo repetidas veces. A cada golpe, el chico se doblaba un poco más para mitigar el dolor.
― Ya le he contado todo...
Parecía estar a punto de llorar. Maniatado como estaba no podía ni moverse, así que su rostro reposaba sobre el charco de sangre, que cada vez se hacía más grande. El cazador lo cogió de la camiseta y lo incorporó, dejándolo sentado en el suelo. Observaba la escena casi sin pestañear, intentando analizar el lenguaje no verbal de aquel sujeto que parecía querer proteger a los suyos a toda costa.
― Apenas conocía a esos tipos.
Di un paso adelante, situándome frente a él.
― ¿Cuántos erais en tu grupo?― formulé con voz fría.
Esperamos una respuesta que no llegó. Daryl sacó su cuchillo y se acuclilló, apuntando con él la pierna herida de Randall. Los ojos del chico se abrieron de par en par cuando el filo del arma rozó la herida apenas cicatrizada.
― Te han hecho una pregunta.― espetó enfurecido.
― Treinta. Eran treinta tíos. No sé dónde están porque nunca pasábamos más de una noche en el mismo sitio.― respondió al fin.
― ¿Teníais pensado quedaros por aquí?
― ¿Cómo voy a saberlo? Me abandonaron.― su voz desesperada sonaba aguda.
El cuchillo se hundió aún más.
― Supongo que nunca has tenido que arrancarte una costra tan grande. No te preocupes, pronto sabrás lo que se siente.
― No, por favor.― las primeras gotas de sangre empezaron a brotar.― ¡Tienen armas, de las buenas, automáticas, pero yo no hice nada!
― Disparasteis a los nuestros, queríais haceros con la granja... ¿Vas a intentar hacernos creer que tú estuviste de brazos cruzados?― me agaché y le tiré del pelo hacia atrás, para ver mejor su rostro.
― ¡Sí! En ese grupo no solo hay hombres, también hay mujeres y niños. Es como el vuestro. Confié en que era un buen grupo al que unirme.― Daryl alzó el cuchillo de su pierna y ambos nos levantamos.― Sin embargo... Un día los hombres salimos de expedición. Encontramos un pequeño campamento donde vivían un hombre y sus dos hijas, apenas eran unas adolescentes. El hombre tuvo que verlo todo y ni siquiera lo mataron a modo de compasión. Juro que yo no toqué a esas niñas, ¡lo juro!
El rostro de Daryl se llenó de rabia. Quiso pegarle, no obstante logré detenerle a tiempo.
― Déjamelo a mí.― susurré.
El primer golpe fue una patada en la pierna lesionada. El grito debió haberme helado la sangre, sin embargo, me llenó de una ira aún más profunda. Imaginaba los gritos de aquellas pobres criaturas a manos de treinta desalmados. Seguidamente, le propicié algunos puñetazos en la cara, haciendo que volviera a escupir sangre y probablemente rompiéndole el tabique nasal.
ESTÁS LEYENDO
My bow girl [Daryl Dixon]
FanfictionEl fin del mundo tal y como lo conocía ha cambiado por completo su vida. Ahora que no le queda nada ni nadie, tiene que hacerse fuerte y adaptarse a este nuevo mundo hostil. Un encuentro inesperado le da un vuelco a su ya de por sí caótica vida. Ell...