Parte sin título 43

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Videl hubiera preferido no tener ningún sentimiento real por Olivue pero para su infortunio este golpe emocional venía a demostrarle que no estaba exenta de sentir algo por el muchacho aunque su convivencia romántica fue relativamente corta.

—¿De verdad piensas comer toda esa cantidad de dulces? — preguntó Gohan sorprendido e inocente.

—Sí ¿por qué? — respondió Videl con enfado.

—Porque te dolerá el estómago.

Aquella respuesta hizo que la muchacha se sintiera conmovida al saber que Gohan se preocupaba por ella. Sin embargo, su estado emocional no le permitía ver más allá de eso.

—Agradezco tu preocupación — contestó con dureza — pero en este momento me duele algo más que el estómago.

El resto del camino la hija de Ox Satán iba haciéndose preguntas con una voz que era casi un susurro pero que poco a poco dejaban ver su dolor.

"¿Por que tuvo que ser Erasa? ¿Por qué la traición no podía haber venido de otra chica?"

Primero con su padre, enseguida con su novio.

Tenía ganas de hacer todo, menos de quedarse quieta y ponerse a llorar pero si lo pensaba bien, era probable que eso fuera lo único que hiciera.

Una vez que tanto ella como su guardaespaldas estuvieron dentro de la camioneta, él preguntó:

—¿Directo a casa?

Ella lo pensó detenidamente.

Uno de sus índices colocados en la comisura derecha de sus labios.

Cuando tuvo la respuesta negó con la cabeza.

—Irnos a casa sería igual a condenarnos al sufrimiento sin fin. En su lugar tengo un plan mucho mejor.

Gohan esperó por la orden.

—¡Chófer, llévame directo a un hotel y quédate conmigo, nos divertiremos!

El varón que manejaba la camioneta presionó un botón en su teléfono móvil. Era el marcado rápido a Raditz, quien era su jefe.

—Diga — contestó la seria voz al otro lado.

—Llamo para informar el cambio de planes de la señorita Videl para que su padre sea informado.

—De acuerdo.

—Pasamos a una dulceria y ahora vamos directo a uno de los mejores hoteles de la ciudad. Todavía no puedo decir con exactitud el nombre, pues la señorita lo elegirá sobre la marcha.

—Entendido. Ahora informo a su padre.

Raditz terminó la llamada al mismo tiempo en que Gohan lo hizo.

Los enormes ojos negros que daban a Milk un aspecto de gato airado, se fijaron en Raditz.

—Escuchaste la voz de tu hijo y quieres saber qué dijo ¿no?

—¡Por supuesto que quiero! — contestó al instante la mujer.

—Entonces te aconsejo que respires profundo y te relajes porque será lo único que te quedará por hacer.

—Ahorrate las sugerencias y habla.

—La señorita Videl decidió que esta noche tu hijo sea su compañero de aventuras en un hotel.

—¿Quéeeee? — Milk se colocó en pie furiosa y con las palmas de ambas manos golpeó la mesa de la cocina.

—Aprende a aceptar que ya no es un niño o morirás de un coraje.

SIMPLEMENTE TE ODIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora