Parte sin título 45

13 1 0
                                    


Todo conflicto que Míster Satán hubiera tenido en relación al estatus de su relación con Erasa de ahora en adelante y en cómo este tema se relacionaba con su hija, quedó atrás en el instante en que él la enteró de todo y ella lo tomó de buena forma. Ahora solo quedaba pensar de verdad en cómo él manejaría la infidelidad de su amor de cabellera rubia y en cómo haría para conseguir que Milk cayera a sus pies sin que su marido o — al menos quien él creía que era su marido — se diera cuenta de nada.

Saliendo ya de darse una ducha y secándose el cuerpo con la toalla, Milk comentó a su marido, que ya estaba acostado en la cama.

—Gohan no vendrá a casa por unos días.

—¿Ah no? — preguntó Goku con esa inocencia que siempre parecía acompañar a su voz.

—No, la hija de Míster Satán se lo ha llevado a un hotel y el padre no tiene ni idea de cuanto tiempo su hija se quedará ahí.

—Bueno — Goku soltó una risa gustoso llevando uno de sus brazos detrás de su cabeza — entonces espero que Gohan se divierta mucho.

—¿Cómo puedes pensar así sobre esa situación, Goku? — contestó su esposa tratando de no enfadarse — te amo, pero de verdad no entiendo cómo funciona tu cabeza a veces.

Dicho esto Milk se sentó al borde de la cama para empezar a peinar su cabello.

—No tiene caso preocuparnos de nada Milk.

Gohan es ya un adulto y solo él sabe lo que siente respecto a esa muchacha y el hecho de que ella haya matado a Mai. Esto tal vez puede sonar demasiado frío, pero si nuestro hijo se ha enamorado de Videl entonces no creo que haya mucho que nosotros podamos hacer.

Aún cuando los padres de Mai nos aborrezcan y a él si ese llegara a ser el caso, tendríamos que cargar con eso.

Milk recordó entonces la larga y pacífica sonrisa de Mai y le dolió el corazón solo de pensar que la muchacha debiera morir en el olvido y ser reemplazada por nada más y nada menos que la chica que había terminado con su vida.

El matrimonio Son durmió pensando en esto e incluso la madre de familia despertó también con esto en mente.

—Me voy a trabajar Goku pero te he dejado una cantidad muy grande de comida recién hecha en la mesa.

—¿Estás hablando en serio, Milk? — Goku exclamó emocionado.

Su mujer en respuesta sonrió y lo dejó en la sala de casa no sin antes despedirse de él con un beso en la mejilla.

Raditz en tanto ya se encontraba despierto, bien uniformado y de pie junto a la camioneta en la que ambos se irían a la mansión Satán.

Encendió la camioneta incluso antes de que ella se encontrara ocupando su sitio en el asiento del copiloto.

—Si no te das prisa, te dejo — escupió él con enfado.

—Puedes decirlo cuantas veces quieras. — ella respondió sin inmutarse — Sé que al final del día no lo harás.

Raditz volcó su atención en el camino, pensando en que si volara el trayecto sería tan corto qué resultaría ridículo. Pero no, desde que había llegado a la tierra no había hecho más que actuar igual de estúpido que un humano normal.

La pareja cruzó la puerta de la mansión lista para ponerse a sus deberes pero entonces otro de las trabajadoras de la casa alcanzó a Milk y le tocó el hombro para darle un mensaje.

—El señor Satán pide que acudas a limpiar su oficina tan pronto como puedas después de desayunar.

Milk frunció el entrecejo. Sabía a lo que se arriesgaba al entrar sola a ese despacho.

SIMPLEMENTE TE ODIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora