SECRETOS SIN REVELAR.

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Luego de la reprimenda de su padre, Videl tuvo que aguantarse el llanto hasta que las dos figuras frente a la puerta se fueron. Desconocía si su guardaespaldas se quedaría de pie a un lado de su habitación durante toda la noche para cuidarla o si por el contrario, lo vería hasta la mañana siguiente.
-No tenías que mentir - le hizo saber a Gohan un rato después - bien habría podido informarles que eras solo un amigo que ya volvería a ver a partir de esta noche.
Escuchar su tono de voz y la forma en la que ella luchaba por evitar romper en llanto, volvió a provocar en Gohan un extraño deseo de protegerla de todo lo que quisiera hacerle daño.
-Lo hice por una cuestión que no entenderías.
Videl arrugó la frente, confundida.
-¿De qué estás hablando? Lo haría si me explicaras.
-Ahora no es el momento. Ni siquiera yo conozco cuál es el fin de todo esto.
Creyendo que Gohan hablaba de la mentira que habían hecho creer a su padre y al extraño aquel, la joven se quedó en silencio.
Triste, sabiendo que en definitiva para Gohan era una carga más.
-¿Por qué dijiste que teníamos una discusión?
-Porque fue lo primero que se me ocurrió.
-Al propósito de todo lo dicho hace un rato, te he notado extraño y en tu declaración a ese tipo dijiste que yo había hecho algo que te molestó.
La joven miró al muchacho que de nuevo estaba sentado en su cama, con las piernas abiertas, los codos sobre las rodillas y la barbilla apoyada en las manos, pensativo.
-Gohan - habló Videl con suavidad - ¿estás enojado  conmigo?
¿Hice algo que te molestó?
Él pareció ignorarla durante un buen rato. Su cabeza no paraba de darle vueltas al asunto de qué interés podría tener su tío en la familia Satán, que lo hubiera llevado a convertirse en el guardaespaldas de Videl.
¿Dinero? Quizá.
La avaricia no sería una característica que no tuviera.
Aquel hombre era un cumulo de toda clase de sentimientos y acciones negativas.
-Olvidate de lo que dije - contestó Gohan de pronto a la muchacha - solo lo hice para librarnos a ambos lo más pronto posible de un incómodo interrogantorio.
Tu padre no podía enterarse del pacto que acordamos ambos.
-Gracias - pronunció la chica con sinceridad.
-No tienes que agradecerme nada.
De ahora en adelante podrás hacer una vida normal con Olivue, cosa que por lo que veo te entusiasma bastante. No obstante si yo fuera tú, no me quedaría tan tranquila con un sujeto como Raditz cuidándome las espaldas.
Tienes que estar alerta todo el tiempo, no te olvides de eso.
-¿Lo conoces?
¿Qué sabes tú de él?
¿Quién es en realidad?
-Demasiadas preguntas que por el momento no puedo responder.
-¿Por qué? - su angustia casi podía palparse.
-Solo mira el estado en el que te has puesto ahora.
Te alarmas de una forma terrible y eso no es para nada bueno. No sabrías guardarte las cosas importantes.
No es tiempo de decirtelo aún.
-¿Entonces cuando será apropiado? Porque si no volveré a verte nunca, todos en esta casa estaremos en riesgo y si nos matan será gracias a que no quisiste revelarme lo que conocías de ese hombre.
A menos que... quieras que nos maten.
Videl se mantuvo hablando en voz muy baja desde que su padre y su nuevo cuidador se marcharon pero aquellas últimas conclusiones a las que había llegado, las habló casi para sí misma.
-Lamento informarte que tu teoría es errónea y que para tu mala suerte, tu nuevo romance no podrá realizarse bajo la privacidad de una pareja normal.
Ahora que Raditz irá contigo a todas partes, tú y ese muchacho estarán en riesgo.
Siento no poder hacer efectiva mi marcha de tu hogar esta noche, pero tendré que esperar hasta que amanezca para poder hablar con tu padre.
-¿Con mi padre, para qué?
-Seré parte del cuerpo encargado de tu seguridad.
Videl no podía dar crédito a lo que escuchaba.
-Lamento si no te agrada la noticia, pero es la única forma de mantenerte a salvo.
A partir de entonces, Gohan permaneció en la habitación de Videl, compartiendo un extremo de su cama.
Ella se había acostado dándole la espalda con su teléfono móvil en mano y tecleaba en lugar de dormir.
Era cierto que no se esperaba una noticia tan repentina como la que Gohan le había dado pero eso no cambiaba su decisión de dejarlo tranquilo al menos en el terreno sentimental.
Videl tenía toda su atención puesta en lo que hacía, por lo que no advirtió que su compañero miraba de soslayo lo que escribía.
Según lo que él muchacho alcanzaba a leer, ella estaba saludando al hombre con el que había estado conviviendo esa noche. Sabía que se trataba de él porque había visto su nombre figurando en el texto.
Al parecer las cosas entre ambos prosperaban con rapidez y él no perdió tiempo para Invitarla a salir.
Gohan se encontró de pronto queriendo que Videl le diera una negativa a aquel sujeto. Sin embargo ella hizo todo lo contrario.
Se encontrarían en una heladería de la ciudad.
Eso era todo lo que necesitaba ver. No deseaba mirar más.
Cerró los ojos y se dio la vuelta, adoptando la misma posición en la que ella estaba acostada.
Al cabo de un rato, Videl dejó su celular sobre el buro y agregó:
-No tengo vínculo sentimental alguno con Olivue.
Lo conocí apenas hoy.
La respuesta por parte del hombre que dormía a su lado llegó, aunque un poco tarde.
-No tengo interés alguno en tu vida íntima.
Todo lo que dije delante de tu padre y tu cuidador, fue para que se fueran de una vez.
No soy tu novio y tampoco tienes la obligación de rendirme cuentas.
Gohan estaba molesto, y que Videl le mintiera de esa forma solo agravaba su enojo.
-No te riendo cuentas, es solo para que sepas que no me incómoda tener que salir con alguien mientras tengo compañía.
Sé que no eres mi novio. Ya he podido asimilar que eso es solo parte de una obsesión mía pero también he conseguido entender que debo soltar ese sueño desde ahora para no seguir haciéndome daño.
-Si tienes un sueño de esa índole , no esperes cumplirlo mientras besas a otro chico en la pista de baile.
Ese comportamiento es propio de las mujeres de reputación poco respetable y un hombre correcto, nunca tomaría enserio a esa clase de chica, por bonita que sea.
-Así que estás enojado por qué me besé con Olivue.
-No emitas juicios que no me pertenecen.
-Gohan, por favor, no quieras jugar conmigo - contestó Videl molesta - y tampoco busques ofenderme con insinuaciones.
Los hombres correctos como tú les dices, muchas veces no saben lo que quieren. Juegan al gato y al ratón con las mujeres, persiguiendolas durante un rato, desapareciendo después y regresando a la caza de nuevo pero sin decidirse. Tal vez solo esperando el momento para saltarles encima, dejarlas heridas o matarlas, y largarse después.
-Si esa es tu opinión entonces deberías escoger mejor a los hombres por los que te obsesionas.
-Eso es lo que estoy haciendo.
Eso es lo que quise empezar a cambiar esta noche.
Esas fueron las ultimas palabras que la falsa pareja intercambió antes de quedarse dormidos.
A la mañana siguiente, Videl despertó temprano y se encargó de cubrir a Gohan con las sábanas.
Segundos después abandonó su habitación y se dirigió a la cocina para hacerle el desayuno.
Tenía la esperanza de que un detalle como aquel pudiera hacerle olvidar su enfado. Si su padre le otorgaba el empleo al que ahora aspiraba, lo menos que podían hacer era llevarse bien.
Además si tenían que continuar manteniendo la mentira de su noviazgo, su comportamiento debía ser acorde para no levantar sospechas.
Apenas servir el desayuno sin olvidarse de agregar una nota de disculpa, Videl anduvo escaleras arriba, sacudió a Gohan con suavidad para despertarlo y dejó el plato con panqueques, los huevos, las salchichas fritas, y un vaso de jugo de uva sobre el buro mientras le pedía que se levantara.
El muchacho se movió pero no abrió los ojos, por lo que la joven optó por ducharse en tanto él despertaba.
Esa mañana se sentía alegre, radiante.
Muy temprano su celular sonó y le notificó que tenía un mensaje de texto de Olivue, quien la invitaba a desayunar en su hogar.
Era la primera ocasión después de mucho tiempo que Videl experimentaba una felicidad genuina ante algo que no involucraba a Gohan. Pero no estaba tan segura de que el hecho de saber que el muchacho estaría a su lado todos los días, durante todo el día, no tenía nada que ver con su buen ánimo.
Mucho se había esforzado por no empezar a creer que Gohan había desarrollado celos a raíz de su beso con Olivue, a pesar de tener la corazonada de que en esta ocasión tenía razón.
Sacudió la cabeza con fuerza para deshacerse de los pensamientos abrumadores y se concentró en usar sus mejores fragancias de baño para su encuentro con el muchacho de la noche anterior.
Con un sencillo vestido juvenil floreado, corte bustier, a juego con unas zandalias bajas blancas, la muchacha estuvo lista para su cita temprana.
Gohan se despertó a causa del aroma del desayuno, varios minutos antes de que ella culminara su aseo personal y mientras comía se ocupó en leer la breve pero encantadora nota que la fémina había escrito para él.
"Lamento que las cosas terminarán tan mal anoche. Por mi parte, deseo que nuestra convivencia mejore ahora que estaremos la mayor parte del tiempo cerca.
Te quiere, Videl."
El muchacho colocó la nota en el buro y continuó consumiendo sus alimentos hasta que vaciar el plato.
La puerta del cuarto de baño se abrió y Gohan miró complacido a la mujer que se acercaba con paso grácil hacia él.
Llegada al pie de la cama ella sonrió al muchacho con inocencia y un segundo después saltó sobre él, quedando separados solo por las sábanas.
-¿Qué me dices del desayuno? - inquirió ella con dulzura - ¿te ha gustado?
Él le devolvió la sonrisa y engulló un trozo de salchicha antes de responder de forma positiva.
-Bien - contestó ella - tienes que darte prisa en hablar con mi padre, porque después, cuando obtengas el puesto tendrás que llevarme a casa de Olivue.
La sonrisa de Gohan desapareció al instante y una mueca amarga la reemplazó.
Alargó la mano hasta encontrar la nota, la tomó y la arrugó tanto como le fue posible para después dejarla caer al suelo.

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