Los ojos de Videl se cristalizaron ante la inesperada reacción de su compañero de cuarto.
La atmósfera positiva se había roto por completo.
El muchacho se bebió de golpe el jugo de uva para conseguir pasarse la comida que ahora deseaba escupir.
-¿¡Qué diablos pasa contigo!? - le reprochó ella para bajarse enseguida del lecho.
Él no respondió.
Sino que se limitó a tomar el traje que había usado la noche anterior para entrar al baño y asegurar la puerta.
Videl se quedó sentada al filo de la cama, de frente a la puerta del baño.
Toda su alegría se había esfumado y ahora contemplaba declinar la invitación de Olivue para evitarse mayores problemas. Pero se mantuvo pensando sobre lo que era lo mejor para ella.
En cuanto Gohan salió, ya listo para su entrevista de trabajo, se topó con una mujer muy diferente a la que había dejado esperando por una respuesta.
-Espero que te apresures con tu propuesta para el puesto como mi segundo guardaespaldas - dijo ella con severidad - no tengo intención alguna de llegar tarde a mi primera cita y tampoco dejaré que Raditz me lleve así nada mas. Así que si no quieres recibir una llamada de atención por tu pobre desempeño en tu primer día de trabajo, será mejor que acates mis ordenes.
Pasando de largo, Gohan se colocó los zapatos, se dirigió a la puerta y anduvo por la casa buscando al padre de la joven. Ella por su parte, espero unos minutos a que el varón se alejara para poder seguirlo y escuchar tras la puerta como se desarrollaban las cosas con su padre.
Los empleados que deambulaban por la casa, la veían pasar caminando de puntitas, con el dedo índice de la mano derecha puesto sobre sus labios.
Colocandose tras una de las paredes desde las que se podía observar la puerta del despacho de su padre, la primogénita Satán presenció el momento exacto en el que Gohan llamó a la puerta y fue atendido por el dueño de la casa.
-¿Qué se te ofrece muchacho? - fue la pregunta con la que lo recibieron.
Sin esperar una respuesta, Míster Satán lo hizo pasar y cuando la puerta estuvo cerrada, Videl avanzó, pegando el oído izquierdo a esta tanto como le fue posible. Sin embargo le tomó poco tiempo descubrir que con ese método no escucharía nada de la conversación. Por lo que se atrevió a realizar una acción más arriesgada, abriendo muy apenas aquella puerta.
Mientras hablaba con Gohan, el adinerado jefe de familia notó que había alguien más escuchando la conversación, para asegurarse ladeó la cabeza disimulando tanto como le fuera posible y así alcanzó a distinguir una parte del calzado de su hija.
Al inició pensé en levantarse y reprenderla por su intromisión pero luego eligió evaluar con más cuidado la situación. El hecho de que su hija estuviera escuchando a escondidas no era más que su curiosidad queriendo enterarse de algo que desconocía y si él muchacho era su novio como decía, quizá era necesario que supiera sobre al asunto que tratarían.
-Vengo a pedirle trabajo, señor - contestó Gohan un tanto tímido.
Entonces Míster Satán comprendió por qué su hija estaba espiando.
-Tengo que admitir que me alivia saber que estas aquí por empleo y no por otra cuestión.
Enterarme apenas anoche de lo que había entre ustedes no habla muy bien de ti.
-Si usted me lo permite, puedo explicarle señor - comenzó diciendo Gohan.
Pero el padre de Videl levantó la palma para indicarle que todavía no era su momento de hablar.
El joven asintió y aguardó su turno escuchando con atención a su suegro.
-Cómo te decía - continuó el millonario - me gustan las cosas formales, sobre todo cuando se trata de mi hija. Así que encontrarte anoche en su habitación y enterarme así de su relación, no fue la mejor decisión que pudieron haber tomado, aunque siendo sincero contigo, no te culpo del todo.
Conozco a Videl y siempre le ha gustado hacer las cosas a su modo. Por eso es que todo ha resultado como todo el mundo sabe.
Desde que era pequeña, hacía las cosas como quería y yo la dejaba hacer vigilandola a la distancia. Creía que su madre debía estar orgullosa de ella donde quiera que se encontrara y con esto no quiero decir que no me enorgullezca de mi hija, porque como has notado lo hago y mucho.
Debo confesarte que no estoy muy seguro de que merezcas un trabajo dentro de mi familia pero... cuéntame ¿A que puesto aspiras?
-Quisiera ser guardaespaldas de Videl.
El campeón de las artes marciales, inspiró profundo y luego espiro, cansino.
-Escuchar tu elección me pone en una postura todavía más complicada. Sobre todo luego de enterarme que Videl y tú estaban en su habitación, a puerta cerrada con un arma.
¿Comprendes mi angustia y desconfianza?
-Desde luego señor. Pero puedo prometerle que las cosas sucedieron tal y como las relatamos. En lo que a nuestro noviazgo se refiere, queríamos decírselo durante el festejo pero no encontramos el momento exacto.
-Bueno puedo elegir creerles y lo haré por amor a mi única hija. Pero aún tengo mis dudas con el arma.
-Está usted en todo su derecho señor. Pero quisiera resaltar un punto a mi favor en lo que respecta a la seguridad de Videl a mi cuidado.
Ninguna de las ocasiones en las que ha estado conmigo, a sufrido daño alguno. Ni siquiera la noche en que los encargados de su seguridad intentaron matarla en el restaurante ¿lo recuerda?
-Jamás olvidaré ese día y tampoco dejaré de estar agradecido contigo.
-Entonces piénselo señor.
Comprendo que con el hombre que recién contrató, puede pensar que Videl está muy segura. Pero considere que siempre es bueno reforzar la protección.
Míster Satán se mostró pensativo.
Afuera, Videl se mordía el labio inferior impaciente por conocer la decisión de su padre y al mismo tiempo por la preocupación que le causaba llegar tarde a su cita.
-El hombre al que contraté hace poco, tuvo que marcharse a su hogar para asearse y regresar a trabajar. Como ya debes saber, mi Videl despierta temprano y ahora tiene más energía para dar paseos por la ciudad o acudir a algún sitio que le guste, razón por la que puedes serme de utilidad.
Abriendo el cajón central de su escritorio, el propietario de la mansión Satán, extrajo un documento junto a un bolígrafo y se lo extendió al muchacho.
-Lee bien lo que se especifica en el papel.
Muchos han firmado sin conocer lo que se requiere y botan el trabajo en menos de una semana.
Los ojos de Gohan recorrieron las líneas escritas.
-El empleo parece sencillo - siguió hablando el hombre - pero no lo es.
Videl es como una celebridad en el mal sentido de lo que esto significa.
Los fotografías la acosan.
Siempre hay uno que se encuentre en cada sitio al que va. Incluso la gente la agrede.
Así que entiendo que existan personas que no soporten la presión de tener ciudadanos encima todo el tiempo.
"Es lo menos que se merece" - se halló pensando el varón de repente.
No obstante la respuesta que salió de su boca, no tuvo nada que ver con lo que estaba en su mente.
-Comprendo a la perfección lo que desea enfatizar.
Y le aseguro que podré lidiar con eso.
La gente no suele olvidar un acto reprobable con facilidad pero por fortuna también existe gente que se encuentra de su lado en medio del escándalo.
La prueba de ello fue toda la gente que acudió ayer para celebrar con usted a su hija.
Como puede darse cuenta, no todo es malo.
-Tienes mucha razón, muchacho.
Después de esta conversación estoy dispuesto a darte el beneficio de la duda. Pero no me falles, no suelo ser misericordioso con quienes incumplen mis órdenes.
-Puedo asegurarle que no se arrepentirá de haber confiado en mi.
Ambos adultos se levantaron de sus lugares y se dieron la mano, cerrando así el contrato.
-Ve al cuarto de lavandería y pídele a la encargada que te provea un uniforme nuevo.
Cambiate y sigue las indicaciones de Videl.
En cuanto él se dio la vuelta para salir del despacho, Videl corrió hasta llegar a medio pasillo y aguardó hasta verlo aparecer.
-¿Como fueron las cosas? - inquirió en un tono que le restaba importancia al asunto - ¿te han permitido convertirte en mi esclavo?
Gohan entornó los ojos.
-Voy al cuarto de lavado ¿eso no te dice nada? - contestó él con desagrado.
-Esa no es forma de dirigirte a tu ama.
-Basta de tonterías, Videl.
-Entonces contestame con educación - lo reprendió ella con firmeza.
Gohan tuvo que recordarse la razón por la que decidió convertirse en empleado de aquella familia.
Todo lo hacía por proteger la vida de aquella mujer que ahora parecía detestarlo.
-Gohan, mírame cuando te hablo - volvió a ordenar ella mientras continuaba trabajando tras él - ni siquiera entiendo por qué te comportas de esa forma.
Me disculpé con tal de mejorar la relación entre ambos y tú solo arrojaste mis disculpas al suelo.
Casi desde el inicio de la perorata de la joven, Gohan ni siquiera estaba prestando atención.
En cambio sufría siendo torturado por la impresión de que Mai debía odiarlo por querer proteger la vida de quien se la arrebató.
Cuando Gohan se detuvo en seco ante la entrada al cuarto de lavado, Videl también se frenó, con el enfado visible en su rostro.
-Si continuas portandote de esa forma conmigo, te echaré sin contemplaciones.
No importa que este sea tu primer día.
-No tienes que angustiarte por despedirme, quizá yo me largué sin avisarte.
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SIMPLEMENTE TE ODIO
FanfictionSIMPLEMENTE TE ODIO. El amor es una de las emociones más bellas que el ser humano puede experimentar cuando se tiene la fortuna de ser correspondido. Pero ¿Qué sucede cuando no? ¿Qué sucede cuando la persona a la que amas, no siente lo mismo por ti...