UNA PUNZADA DE CELOS.

47 3 0
                                    

Durante el resto de la mañana, Milk se mantuvo mirando la televisión y haciendo cualquier cosa que le ayudara a evitar pensar en la oferta que Raditz le había traído de parte de Míster Satán. Pero en cuanto sus manos dejaban de estar ocupadas, el pensamiento se entrometia. Por una parte sabia que era mejor dejar las cosas como estaban, su hijo estaba trabajando para Videl ahora y aunque a ella no le agradaba, él parecía estar bastante conforme. Sin embargo las alarmas porque Videl hubiera asesinado a alguien, continuaban encendiendose.
Goku no se preocupaba y sabía que ella tampoco debía hacerlo. Pero la muchacha le agradaba tan poco, que no podía concebir la idea de que ella terminara emparentando con la joven.
Sentada en su cama, Milk suspiró de cansancio.
Ojalá su hijo no hubiera crecido nunca.
Desde que era un niño, al pequeño Gohan le gustaba llevarle la contraria. Ese era un rasgo que había sacado de su padre porque Goku había corrido siempre tras su libertad. Ni siquiera casándose y convirtiéndose en padre, pudo convertirse en un hombre como los demás.
Gohan había heredado su gran corazón pero en esta ocasión era inconcebible que acabara enamorado de quien había matado a su ex novia.
Se detuvo a pensar.
Quizá sería mejor que ella entrara a esa casa para tener a su hijo un tanto bajo control. Tal vez Gohan estaba siendo víctima de algún enredo mental del que un profesional de la salud podría sacarlo. Pero por otro lado estaba el hecho de que todo parecía indicar que el millonario peleador de artes marciales estaba interesado en ella.
Mantenerlo contento mientras planeaba la mejor forma de acabar con su insoportable hija no sería tan difícil aunque siempre había que dejar un espacio abierto a que todo pudiera complicarse.
Era cierto que entraría a esa mansión como esposa de Raditz pero nada le aseguraba que él la protegería si en determinado momento él llegara a querer propasarse con ella.
-No quiero meterme en problemas con mi marido - se dijo en voz alta aquella tarde y ese fue el cierre que le dio al asunto.
Goku arribó a la casa con la sonrisa de siempre y manifestando su gran apetito.
-Ve a bañarte mientras caliento la comida - le indicó Milk con una sonrisa.
Goku le sonrió en respuesta y luego de asentir, desapareció.
Milk respiró profundo y luego exhaló.
No podía quedarse callada sabiendo que tenía la propuesta del millonario Satán en la cabeza. Decidió que tenía que hablar con su marido y contarle todo, incluso su intención por acabar con Videl.
Para cuando Goku salió del baño, Milk lo invitó a sentarse a la mesa y enseguida se sentó a su frente.
El saiyajin comenzó a comer y su esposa le tomó la mano dándole un cálido apretón.
-Tengo algo que decirte - Goku levantó la vista del plato sin dejar de comer.
-¿Estás embarazada, Milk?
El rubor subió a las mejillas de ella casi de inmediato y sintió con timidez antes de contestar.
-No Goku - contestó ella con una pequeña risita - pero no sería mala idea estarlo pronto.
-¿Quieres otro bebé? - inquirió Goku casi gritando debido a la incredulidad.
-¿Tú no?
-Bueno, eso no lo sé.
-Olvidalo - respondió ella con tristeza fingida - el tema del que quiero hablarte no tiene nada que ver con un embarazo.
De inmediato el guerrero frunció  el entrecejo y sus músculos se tensaron.
-Se trata de un empleo - le reveló su esposa.
-¿Un empleo? - inquirió él confundido.
-Míster Satán quiere que yo trabaje en la mansión.
Tu hermano vino a decírmelo hoy.
-Comprendo.
-¿Qué piensas al respecto?
-No tienes la necesidad de trabajar pero quizá te aburras en casa al pasar tanto tiempo sola, así que me parece mejor dejar que tú decidas.
-He estado pensándolo pero no sé si sea una buena elección.
-¿Por qué no? - preguntó Goku, con la boca llena de arroz.
-Porque tu hermano me dijo que Míster Satán tiene... otras intenciones conmigo.
-¿Otras intenciones?
Durante un instante a Milk le molestó la inocencia de Goku.
-Cuando asistí a la fiesta en la mansión, esa a la que Vegeta y tú no quisieron acompañarnos, Míster Satán mostró un interés romántico en mi.
-¿Romántico, Milk?
¿Qué quieres decir con romántico?
Enfadada y apretando los dientes, Milk se levantó de la mesa durante un instante y golpeó la superficie de madera con los puños ante la sorprendida mirada de su esposo.
-¡Lo que quiere decir Goku, es que al padre de Videl le gusto!
Los ojos de Goku se abrieron tan grandes como les fue posible.
Milk siguió hablando.
-Esa noche me invitó a bailar y tú hermano debió decir que era mi marido para que el hombre me dejará en paz.
-¿¡Quéeee!? - exclamó Goku sinceramente impresionado - ¡¿Raditz dijo qué?!
-Lo que oyes.
-¡Eso es increíble viniendo de Raditz!
El rostro de Milk enrojeció de nuevo, pero esta vez a causa de la ira.
-¡Y yo no puedo creer que eso es lo único que me dirás después de todo lo que te acabo de contar!
Sin esperar la respuesta de Goku, Milk se levantó y se dirigió a la habitación que compartía con su marido.
Desde el comedor, Goku solo escuchó la puerta sonar al cerrarse.
Sabía que Milk se había enfadado pero no comprendía que era lo que ella deseaba oir. Sin embargo, estaba de verdad extrañado porque su hermano, alguien que nunca haría nada por salvarle el pellejo a alguien en una situación peligrosa, hubiera intervenido.
Apenas terminó de comer, se levantó y entró a la cocina para lavar los platos sucios, luego volvió al cuarto de baño para ducharse una vez más y enseguida ingresó a la alcoba, en la que Milk permanecía dándole la espalda.
"Mi hermano ni siquiera notará tu ausencia si decides aceptar, te lo aseguro" - aquellas palabras de Raditz se repitieron en la mente de Milk.
Apenas culminaba aquel pensamiento de ocupar espacio en su mente, cuando sintió hundirse el colchón tras de si.
Las manos de Goku se cerraron sobre sus hombros y pudo sentir como su respiración se posaba en su cuello.
-Lamento mucho no haber dicho algo como lo que tu querías oír - dicho esto, depositó un beso en aquella parte del cuerpo de ella.
-No es culpa tuya - le contestó con dureza - yo sabía que me casaba con un hombre que no sabía nada del amor.
Ante sus palabras, Milk sintió como la figura de Goku se distanciaba un poco de ella.  Pero a decir verdad, no le importó.
-Lo que me sorprende - siguió diciéndole - es que tú hermano sin tener ningún vínculo emocional con nadie, sepa más de relaciones que tú que tienes una familia.
-Eso es porque Raditz es un manipulador, Milk - contestó él de inmediato, pero en cuento asimiló la totalidad de las palabras de su mujer, entrecerró los ojos e inquirió.
-¿Cómo sabes tú que él sabe más de relaciones que yo?
Milk no respondió, temiendo que le temblara la voz.
-Te hice una pregunta - la voz de Goku se había tornado seria, oscura, como cuando hablaba con los enemigos que estaban dispuestos a destruir la tierra.
-Es fácil saberlo - contestó ella con la primera idea que le pasó por la cabeza - él me defendió de un hombre que quería propasarse conmigo.
-Yo habría hecho lo mismo en su lugar si hubiera sabido que estabas en problemas. Pero ese no me parece motivo suficiente para justificar tus palabras.
-Tu no habrías hecho lo mismo - argumentó ella, tratando de dirigir la discusión hacia otro lado - porque tú ni siquiera lo habrías notado.
-Ya te lo dije, no me parece motivo suficiente.
Así que dame la cara y contestame.
Ella se volteó con violencia y su rostro lucia aún más enfadado.
-¿Y qué quieres oír? - exclamó.
-No sé. Lo que tengas que decirme.
Milk se llevó una de las manos a la frente, incrédula de que algo como eso estuviera sucediendole.
-No hay nada que decirte.
-¿Ah no?
¿Qué más pasó en esa fiesta con mi hermano? Porque no habías mencionado nada sobre el tema hasta hoy.
-Porque fue hoy que llegó la oferta de empleo y me hizo recordar el incidente.
-Entonces vamos, quiero que recuerdes todo lo que sucedió esa noche y me lo cuentes todo.
-Discutí con Gohan a causa de Videl.
-Ese no es  el tema.
-Estoy contándote lo que sucedió.
Tu hermano solo se presentó como mi esposo porque tenía que zafarme en ese mismo instante de ese loco.
-Sí consideras que ese hombre es un loco, entonces porque estás pensando en la posibilidad de ir a trabajar para él.
-¡Porque quiero salvar a mi hijo de las garras de Videl!
-Gohan puede defenderse solo y lo sabes.
-Perdona por querer sentirme necesaria para mi hijo.
-¿No será que también tienes algún interés en ese hombre?
-Será mejor que te calles antes de que me hagas perder la paciencia.
-Entonces será mejor que te expliques.
-Es que no hay nada que explicar.
-No te creo, aunque te ofendas.
-¿¡Pero que es lo que quieres oír, Goku!?
¿Qué me he acostado con tu hermano o algo así?
Pues esas palabras no las vas a escuchar jamás porque yo no he tenido nada que ver con otro hombre.
¡Te he respetado por años!
-Al igual que yo.
-¡Lo sé y no estoy acusandote de nada!
-Yo tampoco.
-Sí lo haces - aseveró Milk - lo has hecho.
Al instante, Goku vio a la madre de sus hijos acostarse otra vez y darle la espalda de nuevo.
Él se colocó a su lado, le sujetó el hombro y depositó un beso en él.
-Perdoname, hablé sin pensar.
-No hay problema, olvidalo.
Se hizo el silencio durante un instante.
-Pero mi decisión está tomada -agregó ella después - trabajaré en esa mansión, no puedo dejar que mi hijo haga lo que quiera.
Goku no alegó nada. Y entonces, solo entonces, Milk volvió a pensar que quizá Raditz tenía razón.

SIMPLEMENTE TE ODIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora